Director: Javier Ruiz Caldera
Intérpretes: Inma Cuesta, Rossy de Palma, Quim Gutiérrez, María Botto, Martín Rivas, Laura Sánchez, Paco León, Sílvia Abril, Joaquín Reyes, Berto Romero
Sinopsis: Ruth (Inma Cuesta), una joven investigadora de una universidad, asiste a las sucesivas bodas de sus ex, de los que fueron sus "hombres de su vida", sin que ella consiga encontrar a su media naranja. ¿Hay algo peor que tu ex novio se case con otra y te invite a su boda? Sí, que te pase tres veces en un mes, no saber decir que no, y que el único al que consigas convencer para que te acompañe sea tu nuevo becario. Un alérgico al compromiso, un surfista pasado de rosca y un transexual convertido en pibón... Tres ex novios para tres bodas. Un cóctel explosivo para Ruth, que tendrá que enfrentarse a su pasado y decidir con quién quiere compartir su futuro.
No está nada mal, pese al discreto año del cine español, que éste nos haya obsequiado con dos comedias decorosas, dignas, más que decentes, algo que el estadounidense, en franco retroceso de calidad en un género que siempre ha dominado -salvo puntuales incursiones italianas, inglesas, francesas o patrias- no ha sido capaz de ofrecer. Y nos ha confirmado a una actriz, con enorme talento e indudable vis cómica, que aquí lleva a cabo todo un plausible recital. Me refiero a la guapa jiennense Inma Cuesta, revelada en la serie televisiva ÁGUILA ROJA y en la simpática PRIMOS. Y cuyo debut en la gran pantalla se produjo con la más bien olvidable CAFÉ SOLO O CON ELLAS.
De lo mejorcito existente en el panorama actual, con una gran formación –no necesariamente imprescindible para demostrar cosas si no se poseen magnetismo o talento natural- y a la que dedico estas primeras líneas pese a su todavía considerable juventud, porque me parece de justicia y porque no estamos tan sobrados de figuras refulgentes.
También quiero destacar a su director, el barcelonés Javier Ruiz Caldera, por dos motivos. Porque indudablemente es francamente diestro fabricando respetable celuloide comercial y porque tan sólo con tres títulos en su haber (la fallida pero bienintencionada y maliciosa SPANISH MOVIE, la descarada y graciosa PROMOCIÓN FANTASMA, oportuno homenaje al cine ochentero americano de fantasmones y adolescentes, y ésta que aquí me ocupa) ha demostrado que con unos cuantos como él habría mucha esperanza para nuestra industria. Un profesional que bebe de manera atractiva en géneros diversos, creando a su vez ocurrentes híbridos sin renunciar nunca a un afortunado sentido del humor. Y demostrando siempre buen gusto y elegancia en sus encuadres.
Indudablemente, 3 BODAS DE MÁS cae en algunos chistes escatológicos o algún tópico, casi inevitable en este tipo de productos, pero muestra un personaje con mucho tirón, el de Ruth, una ratita de laboratorio, todo un ejemplo de continuo fracaso amoroso que por los azares del destino, le invitan sus tres ex novios a sus respectivas bodas en el mismo mes. Toda una patosa anti heroína del cuore.
No es menos cierto que se gasta una modernidad saludable, jacarandosa, cogiendo de aquí y allá, desde la factoría de los Farrelly hasta la de Judd Apatow, del Paul Fig de LA BODA DE MI MEJOR AMIGA al Todd Phillips de RESACÓN EN LAS VEGAS, hasta BETTY LA FEA o BRIDGET JONES asomaN de vez en cuando, centrifugándolo todo en una lavadora de marca inequívocamente hispana que cuanto menos no provoca sonrojo, de efectiva estructura clásica y hasta con un look internacional muy de valorar.
Si el guión no se hubiera mostrado un tanto reiterativo o el trazo grueso no hubiera asomado de vez en cuando (algún chiste en la primera boda a propósito de glándulas mamarias o a cargo de Rosy de Palma), carencias que se encargan de suplir la citada dirección de Ruiz Caldera, muy por encima del texto, y una Inma Cuesta que ya ha quedado más que notificado que resiste perfectamente que el peso del entramado recaiga sobre sus hombros, desplegando una amplia variedad de registros, tal vez estaríamos hablando de una de las mejores comedias, nupcial en este caso, de nuestra historia. Eso sí, es cierto que el ritmo baja ligeramente en su parte final.
Otro buen punto de apoyo son sus secundarios, con un Paco León verdaderamente brillante como la tronada ex pareja surfera o un Quim Gutiérrez ya considerado como uno de los mejores comediantes que se pueden ver por nuestro suelo (protagonista en ¿QUIÉN MATÓ A BAMBI?). Inclusive el “showman” televisivo Berto Romero muestra desparpajo y suyo es el protagonismo de uno de los mejores gags que salpican la trama, el relativo a una evacuación de su chucho compartido.
De lo más exportable.
José Luis Vázquez