jueves, 8 de mayo

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Estreno en Royal City

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La herida ()

Director: Fernando Franco

Intérpretes: Marian Álvarez, Manolo Solo, Rosana Pastor, Ramón Barea, Andrés Gertrudix, Luis Callejo, Ramón Agirre

Sinopsis: Ana es una mujer de 28 años que se siente útil y satisfecha en su trabajo rutinario ayudando a otros. Sin embargo, fuera de su jornada laboral, Ana tiene serios problemas para relacionarse, pues es socialmente torpe, incluso agresiva, con las personas más cercanas y queridas.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 2 estrellas

Finaliza la proyección de LA HERIDA y me pregunto… bueno, ¿y qué? Navego por el facebook y escucho algún comentario del tipo “gracias a esta película, ahora entiendo  mejor lo que le pasa a mi amiga”. Leo varias críticas que alaban su magnificencia y que a su novel director poco menos lo encumbran como un nuevo Orson Welles. Y me vuelvo a preguntar… bueno ¿y qué?  

En cambio, leo a otro colega que da con la clave de cómo poder definirla con precisión. Dice “Fernando Franco abandona la cámara literalmente en el rostro de la actriz Marian Alvarez”. Claro, se puede interpretar de doble manera, positiva o negativa. Yo más bien me inclino por esta última.  

LA HERIDA me parece un trabajo profundamente antipático, áspero, árido, fatigoso y exhaustivamente descriptivo sobre una enferma mental, pues desconozco el diagnóstico exacto, aunque los datos que me son revelados es que emocionalmente no está muy allá… y por supuesto, no es mi intención frivolizar sobre estos asuntos. Insisto una vez más, de lo que suelo hablar es de cine, aunque ocasionalmente me vaya por alguna tangente.  

De acuerdo en que su protagonista, Marian Álvarez disecciona, vampiriza en cada gesto y movimiento a su personaje, de acuerdo en que es loable su esfuerzo, en que parece que estamos ante un caso de lo más real, pero me queda la sensación de que puesto a disposición de nada especialmente recordable o perdurable en mi memoria. Si acaso todo lo contrario, olvido inmediatamente su pequeño catálogo de horrores, porque poco me importan ni le encuentro demasiado sentido. Y ese rebozo en autodestrucciones me deja completamente gélido, ese recreo en esas pequeñas automutilaciones con cuchillas, cuelgues con alcohol y coca y otro tipo de dislates. Al cine no voy a que me detallen un catálogo médico, aunque sea legítimo por supuesto, voy a otras cosas.  

El problema es que lo aquí mostrado no me provoca ni frío ni calor, me deja indiferente. ¿Y al servicio de qué, me pregunto seriamente? Supongo que no hay intención morbosa, ¿pero entonces?  

No me suele interesar mucho este cine. Si me muestran patologías, aspiro a que me provoquen escalofríos, tensión, emociones; lo que me sucede, aunque sean diferentes no tengan nada que ver ni estilísticamente ni en intenciones, con EL SILENCIO DE LOS CORDEROS o PSICOSIS. Para darles alguna pista más, esta película entraría más en el mundo de LA PIANISTA de Michael Haneke, otra obra que no me seduce al contrario que las anteriormente citadas. Ambas, me parecen híbridos de no sé muy bien qué. Al final, voy a tener que darle en parte la razón al finado Jesús Franco “el cine o es de género o es una mierda” (disculpen la palabra malsonante, pero es textual, y no era mi deseo amputar nada ni restar fuerza a dicha proclama, con la que no es necesario que esté del todo de acuerdo).

Y me invade una incertidumbre. Tiene cualquiera todo el derecho del mundo a hacer este tipo de cosas, pero no se olvide que el Séptimo Arte es una industria ¿de verdad se cree que con títulos como éste o CANÍBAL se puede remontar vuelo? ¿Puede precisamente una industria tan “paupérrima” en este momento y tan en horas bajas como la nuestra permitirse varios títulos de dicho calibre al año? Insisto, absolutamente respetable que cada uno haga lo que le dé la gana, pero luego que sus profesionales no se rasguen las vestiduras si la gente no quiere asistir a ver sus obras o si no se las financia como ellos desean.  

Finalmente, hay un baremo que nunca falla… les garantizo que salvo causa de fuerza mayor, es una película que no deseo volver a repetir en mi vida. Y no digo que sea horrorosa o fallida, digo que si esto lo hubiera visto de pequeño, seguro que divulgar este maravilloso mundo no hubiera sido mi vocación.  

Con todo, no está de más que la vean y juzguen por ustedes mismos, pues los críticos no dejamos sino de ser meros espectadores como ustedes con una opinión X también como ustedes, aunque llevemos muchísimo celuloide acumulado en nuestras retinas.  

Eso sí, qué gustazo poder el mismo día que la vi, restallar heridas, disculpen el comentario facilón, disfrutando como un bendito de la adorablemente merengue UNA CUESTIÓN DE TIEMPO. Dinosaurio que es uno y fuera de onda vaselina que estoy también. Puede que me invada una falta de buen gusto o inminente decadencia, qué le vamos a hacer.  

José Luis Vázquez