lunes, 5 de mayo

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Estreno en Royal City

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The Gentlemen: Los señores de la mafia ()

Director: Guy Ritchie

Intérpretes: Matthew McConaughey, Charlie Hunnam, Henry Golding, Michelle Dockery, Jeremy Strong, Colin Farrell, Hugh Grant, Eddie Marsan, Brittany Ashworth, Jason Wong, Jordan Long, Russell Balogh, Chidi Ajufo, Lyne Renee, Max Bennett, Eugenia Kuzmina, Togo Igawa, Serhat Metin, Christopher Evangelou, Eliot Sumner, Chloe Arrowsmith, Simon. R. Barker, Alex Batareanu

Sinopsis: Un capo de la droga con un marcado estilo británico intenta vender su imperio a una dinastía de multimillonarios procedentes de Oklahoma. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

He de reconocer, así de primeras, que he disfrutado mucho con este pastiche, parodia, divertimento, inclasificable y violento juguete –otro más de su autor- mafiosillo de Guy Ritchie, ese tipo que no le queda otra que estar permanentemente a la sombra de Quentin Tarantino, aunque hace ya tiempo, desde el principio de su carrera allá por 1998 con la estupenda LOCK & STOCK que ha venido mostrando credenciales y universo propio.

Esta vez no abusa tanto de esa marca suya distintiva de parada de imagen y acercamiento de personajes, pero sí vuelve a optar por el barullo, el acelerón narrativo, los giros imprevistos, un metalenguaje en el que cabe casi todo, la mezcla genérica (comedia, intriga, drama, cine de gangsters…) y hasta abundantes guiños al mismísimo Shakespeare… ahí está si no –entre otros- esa libra de carne solicitada (EL MERCADER DE VENECIA dixit).

Pero una de las cosas que más sobresale en esta ocasión, una virtud inapelable, es un reparto de lujo en roles rocambolescos. Por ejemplo un Hugh Grant verborreico y enredador como detective y chantajista de un patrón periodístico. O el que me acaba resultando la estrella de la función sin ser ni mucho menos el que más sale en cuanto a extensión en metraje… un renovado –reinventado que dirían los modernos- Colin Farrell, ese actor veneno para las taquillas que piensan muchos, aquí en un delirante y divertido entrenador de gimnasio con chándal incorporado. Y, por supuesto, Matthew McConaughey, mayúsculo actor desde hace mucho, incluso desde aquella etapa que tantos defenestraban en la que su palmito asomó en múltiples comedias. Ah… y por favor un puesto destacado a ese matón elegantón que encarna Charlie Hunamm, mano derecha del jefe supremo.

A ritmo del THAT´S ENTERTAIMENT de The Jam, del SUNSHINE OF YOUR LOVE de Cream, incluso IN EVERY DREAM HOME A HEARTACHE de Roxy Music, incluso me apunta un amigo el FREE ME de Paul Jones, la película se acelera y se vuelve a acelerar en cuestión de milésimas de segundos. Pero todo acaba teniendo sentido, proporciona diversión e impregna la historia de un potente buen rollo al que no le hace falta la coartada tarantiniana.

Merece de todas todas la pena aunque no sea un trabajo redondo, y aunque claro, sean conscientes de que en alguna de sus imperfecciones está también su gracia y pedigrí.

Modernos con vocación de tales y clásicos dispuestos a cambiar un poco el almidón pueden disfrutar por igual. Y quien navega en aguas diversas, como el que esto escribe, puede dar fe y constatar que agradece mucho este paso adelante en la carrera de un Guy Ritchie que rara vez me ha decepcionado, si acaso en la penúltima suya sobre el REY ARTURO, un dislate que, además, me resultó un tanto latazo (ALADDIN en cambio me pareció chula, resultona). Pero con este nuevo trabajo se redime completamente.

José Luis Vázquez