jueves, 23 de mayo

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Estreno en Royal City

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David Copperfield ()

Director: George Cukor

Intérpretes: Freddie Bartholomew, Frank Lawton, W.C. Fields, Roland Young, Edna May Oliver, Basil Rathbone, Maureen O'Sullivan, Lionel Barrymore, Lewis Stone, Lennox Pawle, Elsa Lanchester

Sinopsis: casar. Su padrastro es un hombre cruel que, después de enviudar, manda a David a Londres para que viva de su trabajo. Adaptación de la famosa novela de Charles Dickens. Obtuvo tres nominaciones a los Oscar, incluyendo la de mejor película. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Es un verdadero lujo, en todos los sentidos, esta versión cinematográfica de la novela de Charles Dickens auspiciada por el rutilante Hollywood de 1935.

El material literario le supuso dos años de preparación al escritor inglés, desde 1848 a 1850, publicándolo por primera vez por entregas en 1849 y ya como libro al año siguiente. Planificaría con mucho mimo y escrupulosidad su trama y estructura. Su título original es LA HISTORIA PERSONAL, AVENTURAS, EXPERIENCIA Y OBSERVACIÓN DEL JOVEN DAVID COPPERFIELD.

Seguramente es de todas las suyas la obra que contiene más elementos autobiográficos. Y dadas propias manifestaciones suyas, su criatura preferida… y eso que tenía donde elegir por abundancia y calidad.

Y aunque no suelo entrar al trapo en estas cuestiones por una serie de principios o reglas que siempre me he impuesto, entre tantas otras virtudes resulta admirable la poda sintética a la que fue sometido el original por parte de los excelentes guionistas Hugh Walpole y Howard Eastabrook. Cierto que en el camino se dejaron u omitieron –inevitable por otra parte, estamos refiriéndonos a un considerable tocho- algún que otro episodio relevante, como el tiempo que David pasa en el internado de Salem House, pero en cualquier caso no merma en modo alguno su alcance y grandeza.

Lo que sí continuó respetándose es la narración en primera persona del relato. E igualmente tratar con tacto el aprendizaje vital, la vida emocional y moral del protagonista, del héroe, todo un exponente, un ejemplo de generosidad, educación, humanidad y benignidad.

En lo que a producción se refiere volvió a suponer una aparatosa y generosa producción Metro a la que tan habituados estaban los espectadores, bendecida de nuevo por el mítico David O´Selznick, cuyo padre, Lewis J. Selznick había aprendido inglés gracias a esta obra que les leía todas las noches a sus hijos. Así que en esta ocasión supuso por su parte algo más que un ambicioso empeño profesional.

La verdad es que se echaron los restos en esta empresa, comenzando con un reparto, que contemplado con la perspectiva que otorga el mucho tiempo transcurrido –ochenta y cinco años cuando escribo esta reseña- tal vez podríamos estar hablando de uno de los más señeros de la historia, como lo es la propia película, elegida entre las 100 mejores de todos los tiempos en una encuesta llevada a cabo por The New York Times.

Así, se pueden encontrar con un debutante niño prodigio Freddie Bartholomew, seleccionado en lugar del inicialmente previsto Jackie Cooper, y descubierto al ir a rodar una serie de planos generales en Londres. Continuando por el personalísimo y formidable cómico norteamericano W. C. Fields como el excéntrico y amistoso Wilkins Micawber (en un papel destinado inicialmente a Charles Laughton, nominado ese año por su memorable rol del Capitán Bligh en LA TRAGEDIA DE LA BOUNTY), siempre optimista respecta a lo que traerá cada día. Resulta característica e icónica su imagen con sombrero y gesticulante, algo extensivo a buena parte del elenco, pues no olvidemos que el cine sonoro todavía era deudor del mudo, tras tan solo ocho años de existencia. Atención a su acentazo yanqui que tira para atrás, pues no hubo forma alguna de que enmendara la plana al respecto.

Por no hacerles más exhaustiva la relación, también pueden encontrarse con la que ya se había estrenado como Jane en las películas de Tarzán, la guapísima Maureen O´Sullivan, madre de Mia Farrow. Y el malvado de malvados por excelencia Basil Rathbone (el padrastro de David) a punto de batirse en duelo tres años después con el mismísimo Robín de los Bosques/Errol Flynn. También las inefables y sensacionales características Ednay May Oliver, Elsa Lanchester (para las antologías la novia de Frankenstein) o Lionel Barrymore entre tantos otros.

Al mando de las operaciones uno de los directores más exquisitos que haya habido jamás, George Cukor, ya cotizadísimo en aquel momento y considerado un director sofisticado y especializado en papeles femeninos, aunque aquí los preponderantes sean más bien masculinos.

Sí es conveniente destacar que obtuvo un resultado impecable en su recreación de la Inglaterra ferozmente industrializada de mediados del siglo XIX, trufada de injusticias, explotaciones, miserias, maltratos infantiles, mezquindades e hipocresías. También como contraposición, de esperanza y bondad, plasmadas estas en el personaje del señor Pegotty.

No deja de resultar una foto finish, un fascinante y atmosférico retrato del momento, expuesto mediante primorosas composiciones fotográficas de Oliver T. Marsh y la extraordinaria dirección artística del indispensable Cedric Gibbons (¿recuerdan MY FAIR LADY?). Y que muestra de manera plausible el pálpito de la sociedad del período que refleja.

Se rodaron algunos exteriores en las Inglaterra, en concreto el exterior de la Catedral de Canterbury, metraje que en pantalla no rebasa el minuto. Y la casa de la tía Betsey y los elevados acantilados blancos de Dover (¿recuerdan esa otra obra maestra de una década después titulada LAS ROCAS BLANCAS DE DOVER?) fueron filmadas en Malibú.

Desde luego pocas versiones como esta han reflejado mejor el espíritu y la esencia dickensiano. Tal vez solo sean comparables esas dos magistrales aportaciones del genial David Lean firmadas en la década de los 40, CADENAS ROTAS y OLIVER TWIST.

Al novelista rindió merecido homenaje Clint Eastwood en 2010 con su subvalorada MÁS ALLÁ DE LA VIDA.

Tuvo 3 nominaciones al Oscar, entre ellas a mejor película, estatuilla que acabó obteniendo la primera versión de REBELIÓN A BORDO… LA TRAGEDIA DE LA BOUNTY en España.

De las más taquilleras y prestigiadas de 1935. Una verdadera gozada.

Apostilla: DAVID COPPERFIELD es en realidad -también la novela- una película sobre la BONDAD.

José Luis Vázquez