domingo, 16 de junio

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Estreno en Royal City

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Parásitos ()

Director: Bong Joon-ho

Intérpretes: Song Kang-ho, Lee Seon-gyun, Jang Hye-jin, Cho Yeo-jeong, Choi Woo-sik, Park So-dam

Sinopsis: Tanto Gi Taek (Song Kang Ho) como su familia están sin trabajo. Cuando su hijo mayor, Gi Woo (Choi Woo Shik), empieza a dar clases particulares en casa de Park (Lee Sun Gyun), las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Inicialmente, la primera vez que vi PARÁSITOS en una maratoniana sesión madrileña a la que me invitara mi gran amiga Rut Rebato Redondo (citar siempre el segundo apellido me parece fundamental, ya está bien de relegaciones injustas... sin que suene a frivolidad, el espíritu empoderado me está poseyendo, en realidad me puedo jactar que jamás trate a nadie desigualmente en cuanto a sexo... ni aun cuando estaba posicionado en posturas más derechosas), procedí a ello tras haber asistido asombrado y sin pestañear a las tres horas y media de la magistral EL IRLANDÉS. Y no quiero decir que eso pesara en mí, pues estoy acostumbrado a ese tipo de maratones a lo grande (en un día he llegado a ver 8 películas y no solamente una vez precisamente), pero no es menos cierto que mi naturaleza no está acostumbrada al trasiego de una gran ciudad como Madrid (me declaro urbanita de pequeñas ciudades… y no desdeño lo rural, pues fui concebido y pasé los primeros años de mi niñez en un entorno de ese tipo). El caso es que la disfruté, pero no me volvió tan loco como esperaba.

Hasta el punto fue así que utilicé un extracto de la crítica de Carlos Boyero publicada en Filmaffinity que asumí como mía para posicionarme ante esta película. Ese en el que el salmantino “amadrileñado” señala que es “una interesante película… no me entusiasma, pero me parece inquietante… Es difícil prever lo que va a ocurrir… Posee toques de comedia rara y un lado torturado que resulta creíble y entretenido”.

Pues bien, vista por segunda vez su alcance me llega mucho más. Para que vean lo relativo que es a veces situarse ante una pantalla y la de diversos elementos que pueden condicionar su contemplación, aunque yo suela jactarme en un elevado porcentaje de las primeras impresiones (está claro que a quienes somos cinéfagos de largo recorrido se nos va desarrollando un sexto sentido al respecto). Ese humor raro mencionado, y truculento y sanguinolento, se me acaba trocando esta vez en gozosa diversión, lo cual no disminuye su calado verdaderamente desagradable para quien no sea afecto a estas cuestiones. Supongo que el hecho de haberme inmunizado –y en ocasiones hartado- un tanto ante esas explosiones de violencia a lo Tarantino, que no siempre consiguen ganarme del todo para su causa, provocaron inicialmente mi relativo cuestionamiento (pero casi todo en la vida puede ser revisable).

Por supuesto, hay que verlo, ubicarlo en contexto, un contexto que nos va preparando para esa catarsis enloquecida y brutal, esa metáfora o incluso parábola social nada complaciente con casi nadie, o menos todavía con los de arriba, según como cada espectador lo quiera contemplar. Esa visión sobre los eternos perdedores que no acaban de dejar de serlo por mor del control de los de siempre pese a puntuales explosiones que conducen a bien poco, e indistintamente de que su crueldad –o hartazgo- puedan rebasar la de sus “opresores”. En las que esas supuestas escaleras de salvación o superación acaban siendo una añagaza (entenderán que no pueda ser más explícito, vuelvan a leer la crítica tras su contemplación)

Y lo que sin duda tanto en su primer visionado como en el segundo me deslumbró es la manera que tiene de manejar los espacios su director, el excelente Bong Joon-ho, responsable de ese maravilloso policíaco titulado MEMORIES OF MURDER, de esa ciencia-ficción también social que supuso su relativo desembarco en el cine norteamericano, SNOWPIERCER, o ese delirante e inteligente homenaje al cine de monstruos que es THE HOST. No quiero olvidarme tampoco de esa original e inclasificable producción realizada para Netflix, OKJA, o el drama criminal o thriller familiar MOTHER, seleccionada por Corea del Sur como candidata al Oscar en 2010 a la mejor película de habla no inglesa.

Su rúbrica es patente, sin resultar por ello un lastre o una losa. Como tantos otros grandes autores, muestra la suficiente personalidad como para adaptarse a códigos genéricos que acaba dinamitando.

Tira, eso sí, de un humor un tanto particular, negruzco como el tizón, apabullante en su contenido descontrol. Lo cual acaba otorgando a su propuesta un tono pesadillesco que le sienta francamente bien… dentro de una ambientación opulenta, como corresponde a la posición social de una de las familias protagonistas, pero fielmente realista.

Y cuando se tiene que mostrar sutil lo hace, en buena parte de su metraje hace gala de causticidad y de bárbaro cuando llega el caso. El Buñuel de EL ÁNGEL EXTERMINADOR puede que la hubiera abrazado, y digo tan solo puede, pues mientras que el susodicho no se pueda pronunciar –y en este caso lo considero tarea complicada por su desaparición hace poco más de treinta y cinco años- este comentario no deja de ser de lo más gratuito. Pero ya no es tanto lo que el genio de Calanda pudiera haber manifestado, sino del espíritu del que ha imbuido Joon-ho a su criatura, que bien la puede conectar con el título citado.

Por una vez no es desproporcionada la Palma de Oro obtenida en la última edición del Festival de Cannes a esta subversiva, reflexiva implícitamente (y explícitamente) y brillantísima propuesta, amén de demoledor y singular retrato social.

José Luis Vázquez