viernes, 26 de abril

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Estreno en Royal City

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Doctor Sueño ()

Director: Mike Flanagan

Intérpretes: Ewan McGregor, Rebecca Ferguson, Zahn McClarnon, Carl Lumbly, Alex Essoe, Bruce Greenwood, Catherine Parker, Robert Longstreet, Carel Struycken, Emily Alyn Lind, Selena Anduze, Jocelin Donahue, Chelsea Talmadge, Juan Gaspard, Kyliegh Curran, Deadra Moore, David Michael-Smith, Kevin Petruski Jr., Mistie Gibby, Met Clark

Sinopsis: Secuela del film de culto "El resplandor" (1980) dirigido por Stanley Kubrick y también basado en una famosa novela de Stephen King. La historia transcurre algunos años después de los acontecimientos de "The Shining", y sigue a Danny Torrance (Ewan McGregor), traumatizado y con problemas de ira y alcoholismo que hacen eco de los problemas de su padre Jack, que cuando sus habilidades psíquicas resurgen, se contacta con una niña de nombre Abra Stone, a quien debe rescatar de un grupo de viajeros que se alimentan de los niños que poseen el don de "el resplandor". (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Venía rozando la obra maestra, o si prefieren por no resultarles tan “exagerado” o generoso en mis calificativos como es conscientemente habitual en mí, la gran película, el estupendo y joven cineasta norteamericano Mike Flanagan, especialista hasta la fecha en el género terrorífico en diversas variantes (ABSENTIA, OCULUS, HUSH, OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL (fue en el título de mayor enjundia el Halloween de 2016), GERALD´S GAME y la formidable serie para Netflix LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE).

Bueno, pues con DOCTOR SUEÑO, ya está aquí ese trabajo redondo que venía acariciando con la yema de los dedos desde hace un tiempo y que le convierte en uno de los valores a seguir en el futuro dentro del género terrorífico, pues acumula méritos más que suficientes para ello.

Una vez más vuelvo a recurrir a las reflexiones de Miguel Ángel Palomo recogidas en Filmaffinity, de lo más atinadas y con las que me identifico plenamente (para que enmendar una plana que otras han esculpido impecablemente): “Flanagan armoniza el mundo literario de King con los iconos visuales de la película de Kubrick… Filma algunas de las secuencias más intensas de su carrera y marca a conciencia el tono alucinado y sobrecogedor de la película… Un cuento cruel sobre la posibilidad de redención, sobre el valor del sacrificio y sobre la brutalidad de la existencia…”.

La película de Kubrick a la que se refiere, como seguramente estarán al tanto una aplastante mayoría de lectores, es la excelente y geométrica EL RESPLANDOR, todo un exitazo en los albores de la década de los 80, no por muchos reivindicada, aunque estas alturas haya superado la prueba del algodón del paso del tiempo y sea considerada por otros tantos –entre los que me encuentro- uno de los clásicos incontestables de la época.

Flanagan ha optado por un tratamiento menos legítimamente “intelelectual” –lo cual no quiere decir que no vierta diversas ideas y reflexiones implícitas sugerentes, algunas ya apuntadas en el párrafo de Palomo-, cerebral, pero igualmente intenso y aterrador, sobre todo en su tramo final, cuando volvemos a reencontrarnos con los moradores del siniestro y horripilante hotel Overlook. Diré más, su oportuna revisión de alguno de los grandes momentos de aquella primera entrega me parecen formidables. Y no es cuestión que les señale detalle alguno para no chafarles la supuesta sorpresa, que tampoco es que sea tanta, pero sí de lo más molona y resultona… y de complicidad cinéfila.

Por otra parte, constituye un acierto la elección del reparto. Especialmente las dos chicas están bien cada uno en su estilo y edad. La preciosa Rebecca Ferguson, en su rol de Rose la de la chistera, no es que esgrima ductilidad o una gran interpretación, pero su fascinante belleza acaba resultando un reclamo… si no perturbador, sí de lo más placentero. La jovencita Kyliegh Curran (Abra Stone, una chica también poseedora de dicho resplandor) demuestra una decisión y aplomo que ya las quisieran para sí muchos actores veteranos.

Ewan McGregor como ese crecidito, alcoholizado y descolocado por los trágicos recuerdos Danny Torrance es un sólido hilo conductor del relato y de esos dos mundos tan opuestamente contrapuestos como esas dos mujeres que representan el bien y el mal… con aristas que dirían los modernos.

Me encanta y aplaudo la ambientación, los momentos climáticos, esas dos horas y media que se me pasan volando o que no recurra a golpes de efecto baratos aunque no renuncie a instantes de gran vigor y contundencia.

Y por supuesto que vuelvan a sonar en mis tímpanos esos compases escalofriantes, de lo más perturbadores, de esa fanfarria musical de hace más de 800 años –un himno en latín fechado en el siglo XIII- titulada DIES IRAE (EL DÍA DE LA IRA), rehecha por los sintetizadores de Wendy Carlos y utilizada en numerosas ocasiones en tantos títulos de gratísimo recuerdo, desde ¡QUÉ BELLO ES VIVIR! hasta EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, pasando por EL REY LEÓN.

Creo que muchos seguidores de este tipo de relatos pueden no solo no sentirse defraudados, sino que es posible que se topen con toda una perlita. Desde luego, tal y como habrán deducido si han llegado hasta aquí en la lectura de mi reseña, así la considera el que suscribe… sin vacilación de ningún tipo.

José Luis Vázquez