Director: Andrea Block y Christian Haas
Intérpretes: Animación
Sinopsis: El pequeño y veloz Manou crece creyendo que es una gaviota, como sus padres. Pero a pesar de que se esfuerza por nadar, pescar y volar, no es muy hábil. Cuando se da cuenta de que no es como los otros miembros de su familia, emprende una asombrosa aventura para descubrir su verdadero origen.
Pues no está mal, nada mal, esta muestra de la un tanto desconocida –por estos pagos- animación alemana que ha contado con dos actores de justificado prestigio, Willem Dafoe y Kate Winslet, para poner voz a sus protagonistas. Supone el debut de Andrea Block y Christian Haas, conocidos por ser los responsables de producciones espectaculares, opulentas, pero fallidas como ASALTO AL PODER o INDEPENDENCE DAY: CONTRAATAQUE.
Aunque ambientada en el reino animal (antropomorfizado), una golondrina ha perdido a sus padres y es adoptada por una pareja de gaviotas, resulta didáctica e instructiva ante algo que, afortunadamente, hoy en día ya es de cajón pese a brotes intolerantes por doquier. Como es el hecho del respeto a la diversidad en todos los sentidos, al diferente, y no me refiero solamente a cuestiones meramente sexuales. Al respecto puede llegar perfectamente a la comprensión de los más pequeños, por lo común mucho más receptivos y vivaces de lo que a veces creemos.
También ensalza la solidaridad, las relaciones fraternales y el compañerismo, amén de volver a planear sobre cuestiones como el aprendizaje o la necesaria confianza en los demás.
En lo referido a su técnica, esta presenta solvencia y calidad (el remonte de la tormenta es francamente vistoso), despliega realismo y veracidad, siempre teniendo en cuenta el registro en el que nos encontramos. Los paisajes son suficientemente espectaculares, los colores vivos y los animales están diseñados con esmero, los movimientos de las aves están currados.
Tengo la sensación que salvo los grandes títulos de las majors, de Disney, Pixar, Blue Sky, Dreamworks, Laika y algunas otras, el resto, sobre todo si son de países que carezcan de una larga tradición en el género, pasan desapercibidos, e incluso es posible que a veces se reseñen sin haberse visto. En ocasiones puede estar justificado, pero a veces se cometen lapsus o pequeñas injusticias como la que pudiera producirse en esta ocasión. Por supuesto, quede claro que no nos encontramos ante ningún hallazgo, ni tan siquiera un producto destacable, pero cumple con su cometido de proporcionar siempre reivindicable entretenimiento e interés en sus lecciones de vida, por muy manoseadas que se encuentren éstas. E incluso inserta hacia al final una loable, inesperada y tenebrosa secuencia con roedores.
No es una mala elección si quieren tener distraído a su hijo principalmente en fin de semana. Resulta simpática.
José Luis Vázquez