Director: Marina Seresesky
Intérpretes: Carmen Machi, Pepón Nieto, Kiti Manver, Jon Kortajarena, Montse Pla, Ricardo Nkosi, Malcolm Sitté, Jimmy Castro, Paco Tous, Pepa Charro, Txema Blasco, Mariana Cordero, Esperanza Elipe, Enriqueta Carballeira, Pablo Carbonell, Santi Ugalde, Sonia Almarcha
Sinopsis: Teresa (Carmen Machi) ve apagarse Fuentejuela de Arriba, la pequeña aldea de la montaña donde ha vivido toda su vida. Pero el pueblo recibe una visita inesperada: en medio de la nieve aparece un desubicado grupo de africanos… cuya llegada conmociona la aldea. Teresa lo tiene claro: huidos de una situación de explotación a la que habían llegado engañados, los africanos quieren quedarse en España como sea… y esa puede ser la solución al problema de falta de habitantes en el pueblo. Con ayuda de sus amigos Jaime (Pepón Nieto), y el "Guiri" (Jon Kortajarena) decide ocultarlos y armar un plan. Poniendo patas arriba prejuicios y expectativas, los recién llegados y los habitantes locales trabajarán juntos para que su hogar continúe existiendo.
Estupenda comedia española… Vale, disculpen, es broma. He comenzado así para que ustedes, sobre todo los lectores habituales, no tuvieran qué decir ya sé lo que va a poner al tratarse de otro exponente de nuevo cuño de raíz cañí. Pero quede clara una cosa, este género es probablemente el que le haya otorgado más alegrías, lustre y esplendor a nuestro a cine… claro que, a costa de parir también numerosos, ingentes bodrios. Y el que me ocupa viene a sumarse a tan nutrida saca.
Aquí albergaba alguna expectativa por tratar un asunto tan interesante como el de la despoblación rural. Y también porque el anterior trabajo de su directora, la argentina Marina Seresesky me había generado suficientes expectativas para este su segundo largometraje, dado su prometedor debut con LA PUERTA ABIERTA, también protagonizado por la –en esta ocasión no tanto- eficaz Carmen Machi.
Y es que parece que el éxito de OCHO APELLIDOS VASCOS haya atontolinado a los cineastas autóctonos lanzándose a fabricar torrencialmente una serie de bobaditas gobernadas por los tópicos más lacerantes, los contrastes y todo tipo de chistes rancios pese a que en su fondo se adviertan tiempos más tolerantes. Y es que lo que en la notable obra de Emilio Martínez-Lázaro estaba bien pergeñado y tenía verdadera gracia, en tantas otras producciones que he tenido que padecer en el último año supone acartonamiento, carencia de verdadera gracia o innovación de cualquier tipo.
Leo que a algunos compañeros les ha parecido “refrescante, inteligente, comprometida y muy divertida”. Lástima no haber advertido –y lo digo sin ironía- el menor rastro de esas cualidades en los escasos 90 minutos del, en cualquier caso, para mí interminable metraje.
En cuanto a los intérpretes, algunos muy avezados como la propia Machi, Pepón Nieto o las veteranas Kiti Manver y Enriqueta Carballeira ponen todo el buen oficio que acumulan, pero poco pueden hacer por salvar esta nave a la deriva del definitivo naufragio.
A quienes de ustedes decidan acercarse a la sala donde la exhiben, o aunque la vean en cualquier otro momento, formato o lugar, tan solo les solicito que reparen en los chistes de negros que gastan durante casi todo el rato… y juzguen ustedes mismos. Igual les parecen descacharrantes y entonces volvería a quedar claro que el cine, el humor y tantas otras cosas en la vida, está claro que responden a cuestiones subjetivas. No menos cierto es que cuando ya se llevan 35.000 películas a ojos vista como en mí caso, el bagaje da como para estar un tanto cansado de tantas salidas fuera de tiesto o de un nivel tan bajito. Y no tanto porque que las películas puedan resultar previsibles o convencionales, sino porque al menos requiero que consigan mostrarme un poquitito de creatividad, o gracia, o imaginación, o solvencia, o agilidad narrativa, o…
Créanme que llega un momento en que semana sí y otra también se hace muy difícil encarar las reseñas sobre algo ante lo que me reconozco incapaz de extraer nada que rascar. Pero demás, no vale con tener en cuenta las buenas intenciones, pues estas a veces se muestran insuficientes.
Ustedes mismos.
José Luis Vázquez