Director: Denis Rovira van Boekholt
Intérpretes: Emma Suárez, Manuela Vellés, Maggie Civantos, Alain Hernández, Claudia Placer, Mariana Cordero, Ramón Esquinas, Bianca Kovacs, David Luque, Daniela Rubio
Sinopsis: Alicia regresa a la siniestra mansión de la que huyó siendo una niña -un hogar que nunca ha albergado infancias felices- convertida ahora en una joven madre de familia. Acompañada por su marido y su hija Nora de nueve años, Alicia busca rehacer su vida mientras se ve obligada a enfrentarse a un pasado que creía enterrado y a un cuerpo que se resiste a morir: el de Victoria, la posesiva matriarca de la familia, quien ha caído en coma profundo y sobrevive conectada a una máquina, y por la que la pequeña Nora siente una fascinación malsana. (FILMAFFINITY)
Los primeros minutos de metraje me hacen concebir esperanzas de que estoy asistiendo a un terror –a la larga… horror- sugerente, elegante, clásico. Pronto son disipadas. Lo que discurre a continuación transcurre por caminos más que trillados. Y ya la parte final resulta un batiburrillo insufrible de alaridos, efectismos, golpetazos de música aturdidores, inverosimilitudes argumentales y otras lindezas parecidas. Me acaba agotando, aunque ya hace un buen rato que miro con disimulo de vez en cuando, tratando de no molestar a nadie en derredor, el reloj de mi móvil. Esta vez no me salgo de la proyección porque se está muy fresquito en la sala.
Los sustos que esgrime, por otra parte, son de manual descatalogado, un tanto trasnochados o bastantes veces vistos. Ni tan siquiera el reclamo de una Emma Suárez de abuela satanista o lo que sea la buena señora, no palia en momento alguno el espanto en su doble acepción de lo que contemplo.
Evidentemente, no llega al tono casposo de buena parte del terror setentero ibérico (pienso en Amando de Ossorio o Paul Naschy, por no hablar del ultra prolífico Jesús Franco/Jess Franco), su acabado resulta un tanto mejor, pero eso no puede ser atenuante por la pobreza del resultado final.
Su debutante director, Denis Rovira van Boekholt, supongo que habrá querido seguir las huellas de sus colegas Jaume Balagueró con LOS SIN NOMBRE y Paco Plaza con EL SEGUNDO NOMBRE, anteriores adaptadores de la obra del británico Ramsey Campbell, otra de cuyas novelas con familias desestabilizadas le ha servido de fuente de “inspiración”. No lo ha conseguido. Y no tanto por ir con ínfulas, si no por incapacidad de aportar algo u ofrecer una narración medianamente interesante.
Al menos aquellos, sobre todo Balagueró, consiguieron productos de lo más decorosos, principalmente creando una atmósfera amenazadora, sombría, ominosa, algo que aquí se acaba quedando en baldía intentona.
Muy flojito también en general el elenco actoral. Supongo que la oxidada batuta del maestro de ceremonias habrá tenido algo que ver, pues hasta Manuela Vellés, que estaba francamente bien en la saga REC, aquí resulta muy endeble. Casi prefiero a la que hace de su hermana, una taciturna Maggie Civantos.
No da más de sí, creo sinceramente que se la pueden perfectamente ahorrar.
José Luis Vázquez