Director: Walter Lang
Intérpretes: Robert Young, Maureen O'Hara, Clifton Webb, Richard Haydn, Louise Allbritton, Randy Stuart, Ed Begley, Larry Olsen, John Russell
Sinopsis: Tacey y Harry King, acaban de quedarse sin niñera para sus tres traviesos chicos. Cualquier otro intento de hacerse a una nueva babysitter resulta frustrado... hasta que a Tacey (Maureen O'Hara), se le ocurre poner un anuncio en el periódico que pronto recibe respuesta de Lynn Belvedere, pero, cuando ellos esperan a una eficiente joven, llega un elegante caballero (Clifton Webb) que traerá consigo un montón de cambios y sorpresas. Entonces, este genio, hará que Harry (Robert Young) conozca los celos y otras cosas de su propia personalidad. Y entre tanto, los cotillas de Hummingbird Hill, tendrán otro espacio para inmiscuirse. (FILMAFFINITY)
Vuelta a revisar no hace mucho, me ratifico en la primera impresión causada al descubrirla en TVE en 1973, con tan solo diez años, NIÑERA MODERNA es una rotunda y breve -80 minutos- obra maestra de la comedia, lamentablemente hoy en día desconocida para una gran mayoría.
Su premisa argumental es, aparentemente, sencilla, pues trata sobre un matrimonio con tres hijos que necesita contratar a alguien que se haga cargo de estos. Este socorrido punto de partida, no solo deriva en desternillante historia, sino en perfecta excusa para la reflexión. Por ejemplo, para cuestionar el cotilleo o chismorreo (una escalada a un árbol resulta de lo más esclarecedora al respecto), o sobre la amenaza que supone la gente brillante para los mediocres o grisáceos.
Esto viene servido por un ritmo perfecto, que no da tregua. Y no es necesario para ello ningún tipo de aparatosidad extra, sino un guion brillantísimo y milimétrico, que utiliza perfectamente el fuera de campo para luego introducir inmediatamente la acción dentro del encuadre. O la naturalidad con el que expone la relación de la familia, la de esos padres y críos (alguno con afición al yoga que ve ejemplificado en su cuidador). O como muestra el paso del tiempo a través de los diálogos. Por cierto, estos y la mayoría de frases resultan en todos los tramos francamente memorables (concluyo esta reseña con un ramillete de ellos y juzguen ustedes mismos). Un verdadero prodigio.
De verdad, aunque no figure entre los listados de títulos más destacados del género, está a la altura de los mejores. Para quien esto firma es alta comedia sin posible debate alguno.
Acompañado ello de algo tan esencial como un grupo de actores formidables, en especial su protagonista, la susodicha niñera del título, encarnado por un sensacional Clifton Webb (nominado al Oscar), Mr. Belvedere para los restos de su carrera (un genio: bailarín, ginecólogo, electricista… o lo que se ponga por delante, experto en todo y… con fundamento), aunque continuaría ofreciendo muchos papeles memorables.
Su interpretación se caracteriza por la solemnidad, cierta pompa, una divertida y sofisticada altivez (esa mirada desdeñosa que lanza a los críos no tiene precio o el plato o ese plato volcado sobre el pequeño) un hieratismo muy currado. Su imagen con delantal ha quedado como una de las prototípicas cuando se evoca esta película. Sus aforismos son de los que dejan huella. Curiosamente, la situación y ciertos tics de su metomentodo vecino (un estupendo Richard Haydn), no deja de ser un alter ego de aquel, pues también el genial actor viviría con su madre hasta el fallecimiento de esta a los 71 años.
Pero no pierdan de vista al ya citado Haydn o a quienes encarnan al matrimonio, la siempre extraordinaria Maureen O´Hara y un impecable Robert Young.
Téngase en cuenta como un factor también muy positivo, la eficaz y plausiblemente artesanal dirección de Walter Lang, firmante de otras perdurables comedias como LA PEQUEÑA PRINCESA (con Shirley Temple), EL REY Y YO (rutilante “remake” musical de ANA Y EL REY DE SIAM) o TRECE POR DOCENA (de nuevo con Webb, pero esta vez invirtiendo el rol).
Tal fue el éxito obtenido en su momento, que inspiraría dos secuelas –MR. BELVEDERE, ESTUDIANTE y EL GENIO SE DIVIERTE- y hasta una serie de televisión encabezada por Christopher Hewett, ya sin el definitivo encanto del original.
El título original de la urbanización y de la novela que escribe Belvedere, HUMMINGBIRD HILL, o sea LA COLINA DEL COLIBRÍ, no es caprichoso ni casual, pues alude a ese pájaro picaflor, territorial, que impide el fisgoneo de otras aves.
La diversión está garantizada. Y la conclusión, ese comentario final, simplemente descacharrante.
Frases/Diálogos:
“-Usted tiene ciertas cualidades –No puedo estar de acuerdo con usted, señor King, porque no tengo algunas, tengo todas” (Robert Young y Clifton Webb)
“-La única virtud que le falta señor Belvedere es la modestia –Yo no la considero una virtud” (Maureen O´Hara y Clifton Webb)
“Su esposo tiene motivos para ser modesto” (Clifton Webb)
“Escuchar conversaciones es poco digno, pero me gusta” (Clifton Webb)
“Mis motivos no son desinteresados, algún día necesitarán un busto mío en el museo de celebridades” (Clifton Webb)
“Permaneceréis sentados. Tomad el desayuno y masticad cada bocado 28 veces, no he dicho 20 ni 26, sino 28 veces” (Clifton Webb)
“La intoxicación es la válvula de escape que emplean las mentes inmaduras” (Clifton Webb)
José Luis Vázquez