Director: Kelly Asbury
Intérpretes: Animación.
Sinopsis: Hace muchos años, se crearon los muñecos para dar felicidad a todos los niños del mundo. Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde vienen? Viven en una ciudad mágica donde todo es perfecto. Por el contrario, los UglyDolls, los muñecos de peluche imperfectos, viven en UglyVille. Un mundo en el que nadie les juzga y en el que se sienten felices y protegidos. ¿Qué pasaría si estos dos mundos se unieran?
-Meridiano de Fenavin, en el que aparte de hacer una visita a la feria y reencontrarme con alguna que otra querida amiga, es un día que aprovecho para el tercer y último estreno del fin de semana, UglyDolls: EXTRAORDINARIAMENTE FEOS (UglyDolls):
Acudí a ver esta nueva muestra de animación sin demasiadas expectativas tras un tráiler al que le eché un vistazo un tanto apresuradamente, obviando que su director y guionista (y actor de voz, autor de libros infantiles publicados y autor de no ficción… esto último entre paréntesis lo extraigo de Wikipedia, pero en esta ocasión es fiable), Kelly Asbury, es un respetado, un reputado especilista del género, al que debo –de una manera u otra, como maquetador, diseñador o lo anteriormente expuesto- trabajos tan destacables como LA SIRENITA, SHREK, GNOMEO Y JULIETA, ROMPE RALPH y ya como firmante principal, el que considero el más redondo suyo, el espléndido SPIRIT: EL CORCEL INDOMABLE.
Esto lo averigüé después, inicialmente iba en blanco, como me suele suceder en varias ocasiones en los últimos tiempos. Así se va menos condicionado, aunque dado el bombardeo masivo que se produce con todo tipo de estrenos, resulta cada vez más difícil ver una película en blanco pureza… sobre todo, si uno se dedica a esto, aunque de vez en cuando, como les acabo de señalar, lo estoy consiguiendo.
El caso es que disfruto moderadamente durante su proyección de esta historia elemental, pero edificante, acerca del valor del ser humano llevado al mundo de los juguetes, de los muñecos que alegran la existencia de los más pequeños. Para más precisión, es un canto la imperfección de la que estamos todos –en mayor o menor medida o en según qué aspecto- o a la fealdad bien entendida, según se mire. Y ya era hora, que, entre tantas premisas argumentales dedicadas a los niños, se tuvieran en cuenta éstas.
Ni en los trazos de los dibujos –su aparente desaliño supongo que ha sido buscado- ni en el propio texto que da pie a lo visto en pantalla, se han tenido que estrujar en exceso, pero todo desprende cierto encanto, profesionalidad, simpatía, incluyendo algunas canciones o números musicales gratos en tono menor.
No es su pretensión meterse en complejidades o en vericuetos extraños. No es necesario. El mensaje, como se decía antes en tiempos “cinecluberos”, llega directo en esta producción infantil francamente apta para los chavalines y puede que pasable para algunos talluditos… si se olvidan de Pixar u otros grandes referentes.
José Luis Vázquez