Director: Carlos Therón
Intérpretes: David Verdaguer, Ernesto Sevilla, Carlos Santos, Ernesto Alterio, Cristina Castaño, Miren Ibarguren, Amaia Salamanca, Pedro Casablanc, Gracia Olayo, Luis Varela
Sinopsis: Amigos desde la facultad y sobradamente preparados, Pedro, Arturo y Eligio son tres profesores universitarios a los que la crisis ha dejado sin trabajo. Cansados y sin blanca, encuentran accidentalmente la solución a sus problemas en el proyecto de investigación en el que Pedro lleva años trabajando: un complejo vitamínico que ofrece, para su sorpresa, desfase a tope sin efectos secundarios. Los tres profesores, con el apoyo de Anabel, una abogada reconvertida en empleada de gasolinera, y de Jota, una alumna más interesada en la juerga que en los estudios, se lanzarán al mundo de la noche y de los negocios turbios para comercializar la mercancía. Algo para lo que no parecen estar aún tan sobradamente preparados. (FILMAFFINITY)
Menudo añito este de 2019 de insulsas, insufribles o sencillamente inaguantables comedietas de raigambre autóctona. LO DEJO CUANDO QUIERA no es la peor de todas ellas, pero no llega al ni muchísimo menos al aprobado. Comienza a fatigarme seriamente este desembarco indiscriminado, malogrado y pleno (siete de siete).
Supongo que éxitos como OCHO APELLIDOS VASCOS abrió la puerta y todos debieron pensar que estaban dotados para el género. Pero no es así, el porcentaje en estos últimos tiempos está alcanzando cotas alarmantes, al contrario de lo sucedido la pasada temporada, que se encadenaron cuatro aportaciones magníficas y diversas en menos de un año: LA LLAMADA, PERFECTOS DESCONOCIDOS, MUCHOS HIJOS UN MONO Y UN CASTILLO y CAMPEONES. Detrás de todas ellas se encontraban unos profesionales que demostraron talento, pericia e imaginación. No es el caso de lo aquí desplegado por su máximo responsable.
De ya considerable formación televisiva (EL BARCO, OLMOS Y ROBLES, LOS HOMBRES DE PACO…), el salmantino Carlos Therón, que venía avalado por el prestigio alcanzado por alguno de sus cortos tanto en su faceta de director como de montador (en este apartado, uno de ellos, MIENTE de Isabel de Ocampo obtendría un Goya), no acaba de descollar con este su tercer largometraje tras IMPÁVIDO y FUGA DE CEREBROS.
Eso sí, parece haberse contenido un poco más y atemperar ese ritmo tontamente locuelo de aquellos dos trabajos, pero ni así acaba de remontar vuelo.
Sus mayores inconvenientes son unos personajes que no progresan adecuadamente, acartonados en sus arquetipos, caricaturescos. Y unos gags fundamentados en chascarrillos o una escatología primaria sin llegar al salvajismo de otros de sus coetáneos. En cuanto a ese previsible humor negro que apuntan algunos colegas, no acabo de cogerle el punto.
Tampoco sus actores, aunque algunos vengan aclamados por ciertos sectores de la cinefilia y del show en general (me refiero a Verdaguer, Santos y Sevilla, el trío protagonista), proporcionan motivo para ganarme para su causa. Y vuelvo a repetirlo, Amaia Salamanca es muy guapa y fotogénica, pero tiene la gracia que pueda tener una estera. Hasta Ernesto Alterio no me acaba de convencer (qué fenomenal estaba en cambio en PERFECTOS DESCONOCIDOS como ese tipo un tanto verderón) en su composición, debido tal vez a esa mal graduada caricatura anteriormente señalada, pues como parodiador se queda escaso, o si prefieren, resulta facilongo.
Otra oportunidad desperdiciada. Supongo que tendrá su público, pero mucho me temo que su estela no dará la vuelta a la esquina, es de las que se olvidan con suma facilidad, en mi caso al instante.
José Luis Vázquez