lunes, 12 de mayo

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Estreno en Royal City

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El séptimo cielo ()

Director: Frank Borzage

Intérpretes: Janet Gaynor, Charles Farrell, Gladys Brockwell, David Butler, Ben Bard, Albert Gran, Marie Mosquini

Sinopsis: Chico (Charles Farrell) es un joven que trabaja en la limpieza de las alcantarillas de Paris. Diane (Janet Gaynor) es una chica muy desgraciada que es víctima de los abusos de su atrabiliaria hermana mayor. Un día, mientras ésta la golpea, Chico la rescata y se la lleva a vivir con él a su buhardilla, en el séptimo piso de un edificio de Montmartre. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Obra cumbre del cine romántico más desbordante y enfebrecido, tanto de la etapa silente en particular como de la historia del cine en general.

Por otra parte, ha quedado para las antologías como la producción más laureada en la primera edición de los Oscar junto a AMANECER, al obtener 3 estatuillas (la tercera en cuestión fue ALAS con 2, entre ellos el de mejor o sobresaliente película, tal como fuera denominada en aquella inicial salida a escena) en apartados tan importantes como director, guion adaptado y actriz a Janet Gaynor. Aunque en este último caso, la primera en la historia en obtenerlo, el reconocimiento fue debido a tres interpretaciones: la que comento, la anteriormente citada y fundamental AMANECER y EL ÁNGEL DE LA CALLE, dirigida igualmente por el mismo genio de esta, el extraordinario, sensible y exquisito Frank Borzage.

Es este es un cineasta ungido… y urgido de una necesaria reivindicación, aunque en su época –años 20, 30, 40 e incluso 50, con dos broches “menospreciados” pero a tono con lo excelso de su filmografía, CHINA DOLL y EL GRAN PESCADOR- fuera uno de los grandes referentes de la industria hollywoodiense. No se olvide que fue galardonado con dos tíos Oscar, por este trabajo y por el llevado a cabo en la estupenda BAD GIRL.

Centrándome en la película en sí misma, manifestar en primer lugar que constituye un torrente de emociones fabricadas con enorme sutileza y delicadeza. Parece mentira, y lo proclamo en su sentido más elogioso, que cien años la contemplen. Pero el verdadero arte, y soy consciente que el término resulta pomposo, es lo que tiene.

EL SÉPTIMO CIELO es una oda al amor en toda su magnitud, al más noblemente ingenuo y sincero, el verdadero y el más místico. El colega Dan Callahan llegó precisamente a manifestar “que captura con paciencia los pequeños detalles del amor”. Y resultan impagables, bellísimos, esos haces de luces que rocían a la pareja protagonista.

El misticismo y un particular sentido de lo religioso, propio de su autor, están aquí presentes en esta versión prácticamente inmejorable, pues irrepetible desde luego. Puesto ello al servicio de dos seres desarraigados, desgraciados, que encuentran la felicidad y de alguna manera la redención dándose calor y afecto mutuo.

Janet Gaynor, en una composición antológica que aúna fragilidad y arrebato, es Diane, una chica de los bajos fondos parisinos. Encuentra consuelo, refugio y dicha en un pocero, Chico, encarnado por uno de los grandes galanes del momento, Charles Farrell (junto a George O´Brien, el de AMANECER).

Su historia está impregnada de un lirismo imposible de ver en una pantalla en la actualidad. Es más, linda los límites del ridículo, a base de una puesta en escena primorosa de Borzage y de las mencionadas interpretaciones de sus dos intérpretes principales, que el primero esquiva con un dominio del encuadre, del movimiento de los actores y de la puesta en escena verdaderamente admirable.

Quede también constancia que el “remake”, hoy en día todavía más desconocido aún que el original, producido en 1937, en pleno auge del sonoro, no tiene nada que desmerecer a su antecesora. De idéntico título, fue dirigido por Henry King y protagonizado por James Stewart y Simone Simon.

 De obligado visionado.

José Luis Vázquez