viernes, 23 de mayo

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Estreno en Royal City

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Imprimir crítica

Cruce de caminos ()

Director: Derek Cianfrance

Intérpretes: Ryan Gosling, Bradley Cooper, Eva Mendes, Dane DeHaan, Emory Cohen, Ray Liotta, Rose Byrne, Ben Mendelsohn, Bruce Greenwood, Mahershala Ali, Olga Merediz, Craig Van Hook, Gabe Fazio, Robert Clohessy, Luca Pierucci, Anthony Pizza, Kayla Smalls

Sinopsis: Luke (Gosling), un motorista que trabaja como especialista, trata de ponerse en contacto con su antiguo amor, Romina (Eva Mendes), y descubre que recientemente ella ha tenido un hijo de él, Jason. Decide entonces dejar su trabajo en la carretera y dedicarse a su familia trabajando como mecánico.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

CRUCE DE CAMINOS, en el original THE PLACE BEYOND THE PINES, o sea EL LUGAR MÁS ALLÁ DE LOS PINOS, es el tercer largometraje de Derek Cianfrance, uno de los cineastas estadounidenses que ha irrumpido con más fuerza en el panorama de la década de los diez del siglo XXI. Tras un debut prácticamente desconocido y de culto en 1998, BROTHER TID, no sería hasta su segundo largometraje en 2010, visto en España a comienzos de este año, ese devastador y admirable drama (anti)romántico titulado BLUE VALENTINE, cuando mostraría unas brillantes cartas de presentación, aquí ratificadas, que le hacen ya digno de una gran consideración, pues una sola y gran obra puede ser fruto de la casualidad, pero dos y media ya señala a alguien a quien seguir atentamente.  

Mediante un original y personal estilo, nos ofrece tres historias en una, una especie de variante de la modélica CRASH de Paul Haggis, de historias, de vidas cruzadas pero narradas linealmente. Tres registros diferentes, muy bien combinados, que pierden ligero gas en el último tramo. El primero, negro, un drama sombrío, de ladrones a la fuga, de motoristas rebeldes al borde del abismo a la búsqueda de redenciones imposibles. El segundo, de policías y corruptelas, bebe o guiña algún ojo al cine de Scorsese. Y el tercero, casi puro Dostoievski cruzado con REBELDE SIN CAUSA versión “teenagers” actualizados, un drama juvenil y moral que el director dilata un pelín de manera innecesaria. Tengan en cuenta que su metraje es de casi dos horas y media.  

Varios son los personajes importantes y dos fundamentales, santo y seña de esas dos primeras historias, que pueblan su recorrido. En un momento dado, el personaje del desastrado Robin, encarnado ejemplarmente por el australiano Ben Mendelsohn, le dice a su colega Luke "el Guapo" (Reynolds) “si corres como un rayo te estrellarás como un trueno”. Resulta una perfecta descripción del individuo al que van destinadas esas palabras, alma y espíritu del primer segmento de este tríptico encadenado y sobre el que gravita el resto de la trama. Luke, encarnado hierática y magistralmente por Ryan Gosling, formidable en EL DIARIO DE NOA o la impresionante DRIVE, es pues quien otorga sentido, fuente y vida a todo lo que vendrá a continuación. El actor compone perfectamente a ese individuo ya en sus minutos iniciales.    

El antagonista, el policía Avery interpretado por el cada vez más emergente y consolidado Bradley Cooper (EL LADRÓN DE PALABRAS, EL LADO BUENO DE LAS COSAS) es un perfecto contrapunto para que el drama alcance cotas de gran intensidad. Porque la película cuenta con abundantes momentos de ese calado… intensos, complejos, de gran densidad emocional.  

Cianfrance muestra su dominio de la cámara en numerosas escenas, a veces de manera minimalista, otras en el mejor estilo de profesional avezado de Hollywood, como esa persecución policial tras el último atraco de Luke. Pero siempre ofreciendo un corte y confección naturalista.  

El guión del propio director, de Ben Coccio y Darius Marder abarca asuntos de enjundia: crímenes y castigos,  redención, culpabilidad, búsqueda de orígenes y raíces, principios éticos, complicadas relaciones paterno-filiales y una serie de emociones al filo de la navaja.  

No acaba de redondear al final, pero es un robusto film que posee momentos de gran cine. Atención a la banda sonora, con un tema sesentero tan especial como ese PLEASE STAY de The Cryin´Shames que da pie a una preciosa secuencia con Reynolds, o los ochenteros MANEATER de Hall & Oates y DANCING IN THE DARK de Bruce Springsteen.

José Luis Vázquez