Director: Tatsuya Nagamine
Intérpretes: Animación.
Sinopsis: La Tierra disfruta en paz la celebración de el Torneo del Poder. Sin embargo, Goku es consciente de que existen enemigos aún por descubrir en el Universo, por lo que sigue entrenando sin descanso para alcanzar cotas de poder nunca antes conocidas en un superguerrero. Confirmando sus peores temores, un día aparece un supersayano que responde al nombre de "Broly", un poderoso guerrero que debería de haber sido eliminado junto con el planeta Vegeta cuando éste fue destruído hace ya algunas décadas. ¿Cómo ha podido sobrevivir un guerrero de tal poder? La situación no deja de empeorar cuando el mismísimo Frieza vuelve desde el Infierno para verse envuelto en un terrible mix que llevará a los héroes a luchar por salvar el planeta Tierra una vez más. (FILMAFFINITY)
Mis temores eran del todo fundados, aunque los fans de la que fuera inicialmente producto televisivo DRAGON BALL/BOLA DE DRAGÓN pensarán, piensan (por lo que he recabado hasta la fecha), radicalmente diferente.
Es lo que me suele ocurrir cuando tengo que acceder a nuevos títulos de franquicias de las que ya conozco lo suficiente como para saber que lo ofertado no creo que vaya a ser de mi agrado. Y conste que hago siempre todo lo posible por dejar los prejuicios a un lado, pero los gustos de cada uno son los gustos de cada uno.
Por supuesto, se puede producir el milagro, como sucedió esta pasada Navidad con la muy atractiva BUMBLEBEE, última entrega de esa saga para quien esto firma por lo común indigesta e inaguantable que es TRANSFORMERS. Y eso que detrás de su gestación se encuentra ese cineasta exhibicionista, pero decididamente entretenido que es Michael Bay.
Debo reconocerles que la irrupción televisiva de DRAGON BALL me pilló en su momento a traspie. No la vi, ni la percibí, ni por supuesto la sentí como parece ser que lo hicieron sus descubridores en su momento, principalmente niños, aunque luego se sumaran espectadores de todas las edades. Mis lagunas respecto a la misma son considerables. Y con lo poco que revisé en su momento, jamás conseguí empatizar.
Admito, por tanto, mi incapacidad, mi desinformación también, para acceder a este muy concreto mundo manga (AKIRA en cambio, u otros títulos, me han encantado… ya saben, todo depende), en cualquier caso, demasiado estruendoso, atropellado, confuso, Supongo que esto último les provocará carcajadas o condescendencia a sus acérrimos seguidores, que no hay que desdeñar, pues son bastantes. Aun teniendo ello en cuenta, nada que ver, aunque su procedencia sea igualmente nipona, con los maravillosos exponentes surgidos de los míticos estudios Ghibli, con el maestro Hayao Miyazaki a la cabeza
Por no enredarme ni ensañarme más, me limitaré a informarles de un par de datos meramente anecdóticos que tal vez resulten solo valgan para los no iniciados o para quienes descubran ahora esta franquicia. Como el hecho de que son más de veinte películas las que componen la serie, por no enumerar las incontables series a las que ha dado lugar. También que esta entrega es la primera de DRAGON BALL SUPER, continuadora de la fundacional DRAGON BALL Z.
Mucho me temo que esté prácticamente restringida a sus incondicionales… y poco más. Desde luego a mí este aliño mix de peleas, piñazos,fuegos artificiales y alaridos se me atraganta. Además, su combate final no acaba nunca. Ni tan siquiera me estimula una animación mil veces expendida, carente del menor relieve o toque personal, sin por ello quitarle mérito al esfuerzo, al trabajo de sus dibujantes.
Nota a pie de página: Insisto, si son muy deudores de este universo, no se fíen para nada de lo que acaban de leer, pues quienes así se consideran no paran de hablar maravillas sobre la misma. Y si no, compruébenlo ustedes mismos acudiendo a las páginas digitales de Filmaffinity.
José Luis Vázquez