miercoles, 8 de mayo

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Estreno en Royal City

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Viudas ()

Director: Steve McQueen

Intérpretes: Viola Davis, Michelle Rodriguez, Elizabeth Debicki, Cynthia Erivo, Colin Farrell, Brian Tyree Henry, Daniel Kaluuya, Jacki Weaver, Carrie Coon, Robert Duvall, Liam Neeson, Jon Bernthal, André Holland, Garret Dillahunt, Kevin J. O'Connor, Lukas Haas, Manuel García-Rulfo

Sinopsis: Adaptación cinematográfica de 'Las viudas' ('Widows'), miniserie británica de 1983, aquí ambientada en Chicago en la actualidad, sobre cuatro mujeres con nada en común excepto una deuda heredada por las actividades criminales de sus difuntos maridos. Verónica (Viola Davis), Alice (Elizabeth Debicki), Linda (Michelle Rodriguez) y Belle (Cynthia Erivo), deciden tomar las riendas de su destino y conspiran para forjarse un futuro con sus propias reglas. Con guion de Gillian Flynn ('Perdida'). (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Esto no es OCEAN´S 8, ni pretende serlo, aunque se le parezca en el fondo argumental, pues también va de la preparación y ejecución de un atraco perfecto llevado a cabo por mujeres.

Pero aquí la intención no es solamente la de un lavado de cara superficial, un conveniente bruñido al género, sino que su alcance es mayor de lo habitual. Por ejemplo, la tensión mostrada no solo responde a una pura mecánica física, sino a un poderoso retrato de personajes y respectivas psicologías muy elaboradas ya desde libreto, sazonado por unos cuantos y de lo más efectivos giros de guion.

En esa descripción hay verdadera hondura, profundidad, sin caer por ello en la afectación, y sin dejar de responder a la vez a las mejores expectativas de la típica producción “made in USA” de acción.

Evidentemente, hay una clara toma de postura feminista, en oposición al rol que ha venido casi siempre jugando el hombre en este tipo de propuestas. Otro ejemplo más de empoderamiento llevado a territorios que antes eran casi exclusivamente masculinos.

Y se nota que tras las cámaras se encuentra un tipo con un punto de vista diferente, muy personal. Una mirada potente, tanto en lo referido al discurso manejado, como a la hora de otorgar sazón mediante un despliegue visual de elevados vuelos, y que no por estar expendido de manara sobria o contenida, deja de ser a la vez deslumbrante.

Algo nada de extrañar sabiendo que quién firma esto es Steve McQueen, el cual con tan solo cuatro largometrajes se ha aupado al Olimpo actual de grandes cineastas, tal como le ha sucedido a su coetáneo Damien Chazelle (WHIPLASH, LA LA LAND). Estos son THE HUNGER, SHAME, el oscarizado 12 AÑOS DE ESCLAVITUD y este que aquí me ocupa.

Un profesional que, por supuesto mima la carcasa, pero sin por ello dejarse llevar por la vana ostentación o la apariencia sin más. Lo suyo no son meros fuegos de artificio ni hueco diseño, sino un drama de envergadura y fuste. Y eso que su origen se remite a una serie británica de los 80 que resultaba una mera –lo que no es poco- distracción sin amparo de coartadas intelectuales. Su marco ambiental, eso sí, es aquí trasladado a Chicago.

Para llevar a buen puerto su nave se ha rodeado de un grupo de actrices más o menos conocidas a idéntica altura de la categoría de la empresa, comenzando por una enérgica y contundente Viola Davis, que hace ya tiempo que se encuentra encabezando el cotarro de grandes damas de la interpretación hollywoodenses, algo que ha ido ratificando en los últimos años gracias a sus plausibles interpretaciones en FENCES, PRISIONEROS, LA DESAPARICIÓN DE ELEANOR RIGBY o I FEEL GOOD. LA HISTORIA DE JAMES BROWN. Transmite perfecta e indistintamente crispación y contrariedad.

Me gusta mucho también Elizabeth Debicki en una composición nada fácil, con matices como suelen decir hoy en día los modernos.

Ellos son esta vez simples comparsas, ilustres (ni más ni menos que Liam Neeson o el veterano Robert Duvall, Colin Farrell), eficaces, pero subordinados a la fortaleza y a la toma de iniciativas de ellas, a las que no detienen ni las mentiras, ni las amenazas, ni las añagazas que estos ponen en su camino.

Pero lo más importante… no decae un solo instante. Va atrapando en su tela de araña de derrapaje y marcha atrás hacia un final elegante y liberador.

Grandísima película que casi no parece tal. De esas que me acaban calando sin casi ser consciente de su verdadera magnitud. Seguro que es de las que ganan ante cada nuevo visionado.

José Luis Vázquez