viernes, 23 de mayo

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Estreno en Royal City

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Smallfoot ()

Director: Karey Kirkpatrick y Jason Reisig

Intérpretes: Animación.

Sinopsis: "Smallfoot" da un giro a la leyenda de Bigfoot cuando un Yeti joven y listo se encuentra con algo que pensaba que no existía: un ser humano. La noticia de este "humano" le trae la fama y la oportunidad de conseguir a la chica de sus sueños. Asimismo, provoca una conmoción en la sencilla comunidad de Yetis al preguntarse qué otras cosas pueden existir más allá de su aldea nevada. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

“Solo hay algo más poderoso que el miedo: la curiosidad”

 

Sin constituir algo definitivamente especial o rompedor, me supone una de las producciones animadas más –nunca mejor dicho, disculpen la reiteración- animosas y alegres vistas por este informador en lo que se lleva de 2018. Sin duda, las dos mejores hasta la fecha son LOS INCREÍBLES 2 (mi favorita rotunda para la próxima edición de los Oscar e ISLA DE PERROS). Ni mucho menos llega a la altura de estas dos, pero cuenta con un puesto destacable en la cosecha de este año.

Es también un tanto audaz al insertar una serie de números musicales, incluyendo un elocuente rap, que en este tiempo que estamos viviendo casi constituye un riesgo (solo la divina LA LA LAND ha sido últimamente una bendita excepción a la regla). Y todos ellos tienen gracia, ritmo, desenvoltura y texto… que muchas veces nos olvidamos de este aspecto en las letras de las canciones y también me parece muy importante.

No se queda en eso SMALLFOOT, pues tras sus pliegues sonoros y fácilmente vistosos, esconde una serie de contenidos que no por elementales dejan de tener su calado. Y no se olvide otra cuestión importante en la que acierta, su buen tino a la hora de construir gags no por socorridos y alguno previsible, bastante efectivos en su conjunto.

La cosa va de la relación entre no ya del yeti (el famoso hombre de las nieves), sino de una comunidad entera de ellos, y los seres humanos. Su premisa bien podría ser que el temor no solo nos pertenecería a nosotros, sino que sería recíproco, pese a que nos ganen con diferencia en fuerza y tamaño. Pero el temor al otro, al diferente… es el temor, da igual la diferencia de estatura u otras cuestiones.

Dentro de estos presupuestos absolutamente fantásticos –el género ya lo es en sí mismo- no deja de tener su aquél y sus cuotas imaginativas.

Y trata con bastante acierto asuntos tan comunes para niños, adultos o criaturas fantástica cómo la importancia de la curiosidad para combatir el miedo. Creo que ese –y conste que es un término que no me suele gustar utilizar- mensaje puede hacer mucho bien a los más menudos de la casa… y a cualquiera. Al respecto, su final resulta de lo más esperanzador y emotivo.

Ojo, también el hecho de que en plena era Trump introduzca el hecho de un pueblo que se limita a distorsionar la historia y a vivir limitado a sus propias fronteras, murallas o cómo prefieran denominar.

Y conste en acta que la supuesta gravedad o seriedad de estos contenidos está hábilmente empaquetada, sin constreñir su apariencia ligera y festiva. Otro acierto más.

A título anecdótico y patrio, destacar que la historia en que está basada, YETI TRACKS, es obra del justamente prestigioso animador español Sergio Pablos.

Pose la rara gracia de ser social y fiestera, de imbricar ambas tendencias sin que el resultado resulte latoso.

José Luis Vázquez