martes, 10 de junio
martes, 10 de junio
Director: Lukas Dhont
Intérpretes: Victor Polster, Valentijn Dhaenens, Nele Hardiman, Arieh Worthalter
Sinopsis: Lara es una chica de 15 años, nacida en el cuerpo de un niño, que sueña con convertirse en bailarina. (FILMAFFINITY)
Venía avalada por el premio del público –más fiable que el del jurado- a la mejor película europea en el reciente Festival Internacional de San Sebastián y por la mejor actuación, ópera prima y el FIPRESCI dentro de la sección Un Certain Regard de Cannes. Todos esos reconocimientos pueden estar perfectamente justificados. Quiero decir, la calidad es notable indistintamente si era la mejor película o no en competición en esos dos prestigiosos certámenes.
Aborda el delicado, espinoso y nada fácil asunto del cambio de género, de la transexualidad. Está de moda en la gran pantalla y como tal lo constato sin frivolidad alguna por mi parte. Era algo que estaba hasta hace muy poco vedado, oculto, prácticamente invisible para la sociedad, aunque cada vez se está haciendo más manifiesto y difundiendo con altavoces más potentes. El cine es al respecto una magnífica plataforma.
A la estética, preciosa e impecable LA CHICA DANESA de hace tres temporadas seguiría este año la oscarizada producción chilena UNA MUJER FANTÁSTICA con una estupenda Daniela Vega, la primera en ser premiada teniendo a una transgénero al frente del reparto. Y no puedo olvidarme de la hace cuarenta años pionera y española CAMBIO DE SEXO de Vicente Aranda, con una jovencita e incipiente Bibiana Fernández, o sea, Bibi Andersen.
La diferencia de esta nueva entrega temática respecto a sus antecesoras es un más detallado y casi crudo realismo, un intimismo de mayor hondura, aunque yo prefiera ligerísimamente LA CHICA DANESA por meras cuestiones formales entroncadas con la manera a veces académica de contar las cosas que a mí más me gusta. Pero sin por ello desdeñar en modo alguna esta otra apuesta.
Muestra una visión menos transigente con la estética relamida o con cierta ensoñación de la que tiraba en un momento dado UNA MUJER FANTÁSTICA. Es más directa, con una mayor vocación de ir al grano en lo referido a las cuestiones cotidianas y a exponer la cuestión en su primera instancia, en una adolescente que está en proceso de cambio físico y hormonal. Y sin que tenga que hacer renuncia alguna de registros de una considerable personalidad visual, afectividad y empatía sin rastro de gazmoñería alguna.
Transmite además con bastante credibilidad y autenticidad, no exenta de sutileza los escollos del día a día. Lo hace mediante una cámara manual, tan nerviosilla como las pequeñas o grandes contrariedades con las que tiene que lidiar y enfrentarse su protagonista, un convincente y por momentos estremecedor Víctor Polster.
Sin duda, la cinematografía belga proporciona de vez en cuando gratas sorpresas como esta (recuerden también EL OCTAVO DÍA, por ejemplo), y no necesariamente en coproducción con la habitual, fraternal, influyente, vecina y potente industria francesa.
Supone la opera prima Lukas Dhont al que, obviamente, no tenía el gusto de conocer. Apunta buenas maneras (aplomo, determinación, hondura dramática sin aspavientos), habrá que esperar en cualquier caso a siguientes trabajos.
Entre otras (aplomo, determinación, hondura dramática) posee una cualidad destacada, no necesita tirar de estridencias ni de exhibicionismos gratuitos para hacerme llegar claro, diáfano, conmovedoramente, sin alharacas o aspavientos, lo expuesto, ese proceso interno de esa girl todavía confusa y serenamente desesperada, su desgarro y dolor apremiante. Y encima tira de una sensibilidad nada impostada.
Una valiosa y notabilísima propuesta. Una pequeña gema de frondosos interiores.
José Luis Vázquez
