viernes, 19 de abril

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Estreno en Royal City

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El rehén ()

Director: Brad Anderson

Intérpretes: Jon Hamm, Rosamund Pike, Mark Pellegrino, Dean Norris, Shea Whigham, Alon Aboutboul, Jonny Coyne, Larry Pine, Jay Potter, Ben Affan, Mohamed Zouaoui, Mohamed Attougui

Sinopsis: Mason Skiles (Jon Hamm) es uno de los diplomáticos más importantes de Estados Unidos que abandonó el Líbano en la década de los 70 tras un trágico incidente. Diez años más tarde, la CIA lo llama de vuelta a un Beirut devastado por la guerra con una misión que sólo él puede cumplir. Mientras tanto, una agente de la CIA (Rosamund Pike) que trabaja encubierta en la embajada estadounidense tiene la tarea de mantener a Skiles con vida y asegurar que la misión sea un éxito. Sin saber quién está de su lado y con vidas en juego, Skiles debe superar todos los obstáculos para exponer la verdad.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

Una pareja de recién casados haciéndose fotos en las ruinas de una ciudad devastada por la guerra, tanques patrullando en medio de una playa de bañistas aparentemente ajenos a cualquier conflicto o camellos paseando por el mismo lugar… son paisajes después de la batalla, habituales en una ciudad, BEIRUT, enclave de razas, religiones y bandos de variado signo, que da además título en su versión original a esta esmerada y muy apreciable producción de suspense de espionaje.

Una fotografía terrosa, "sucia", muy trabajada, para capturar las tonalidades de una época –estamos a comienzos de los 80, con preámbulo en los 70- y una ciudad en permanente estado de alarma y desasosiego, pese a que la vida siempre aparente seguir igual… al llevar tantos años viviendo en continua contienda.

En este intrincado laberinto y polvorín de lo más explosivo (israelíes, palestinos, drusos, sirios y no sé cuántos más tratan de hacerse con el máximo control), Jon Hamm (compone todo un personaje, un antihéroe; recuerden, ha sido también el formidable protagonista de la no menos formidable serie MAD MEN) es un diplomático estadounidense que vuelve a los mismos sitios donde viviera una trágica circunstancia personal una década atrás para llevar a cabo una delicada y peligrosa misión. Se cruza en su camino una sagaz agente de la CIA encarnada impecablemente por la justamente cotizada Rosamund Pike (PERDIDA).

Siendo fiel a los mejores tópicos del género, en el camino de ambos se entrecruza una tipología de individuos de lo más torvos y aviesos… y también algún buen y desbordado colega. No creo que John Le Carré le hiciera ascos a esta propuesta… o sí, a saber.

La primera hora de metraje resulta espléndida. Y no es que la última media baje el listón de calidad, sino que todo ese desenlace que se va desarrollando, justo el que contiene más acción física, sin que por ello esta resulte en ningún momento abrumadora, viene determinado por situaciones muchas veces transitadas. Pero apenas anula el gran tono conseguido desde su inicio.

Y es que es una película que aparte de trasladar tensión está impregnada de un atractivo sabor local, que refleja muy bien una geografía y un estado de ánimo. Y a unos individuos que pululan en medio de intrigas de todo tipo descritas con bastante claridad expositiva pese a su aparente –y lógico- enmarañamiento. Se nota en ello la avezada mano de su guionista –y en ocasiones también director-, el neoyorquino Tony Gilroy, el de MICHAEL CLAYTON, la brillantísima saga BOURNE, DUPLICITY o incluso ese notabilísimo spin off de STAR WARS titulado ROGUE ONE.

Como se nota igualmente que detrás está un director con personalidad, el estadounidense e inquietante Brad Anderson, ya todo un maestro del cine de intriga y terror (en sus muchas acepciones), que recalara un tiempo en España –vía Filmax/Julio Fernández- para filmar dos notabilísimas -especialmente la primera, producciones de estas características, EL MAQUINISTA y TRANSSIBERIAN (aparte de la antropología otra de sus especialidades universitarias es el ruso). Y si no lo han hecho ya, descubran el tercer –HAPPY ACCIDENTS- y cuarto largometraje –SESSION 9- de su filmografía compuesta por ocho trabajos hasta la fecha y varios capítulos –de la sensacional THE WIRE por ejemplo- de numerosas series televisivas.

Aquí consigue uno de los picachos de más elevada calidad de su interesantísima carrera. Vuelve a esgrimir, a mostrar estilo propio pese a que pueda parecer lo contrario, pues ese corte que gasta de aparente impersonalidad no deja de acabar resultando una marca de fábrica. Para ello no necesita apelar a la espectacularidad ni a la exuberancia, sino a una sequedad narrativa que, en mi caso, se me va incrustando poco a poco, generándome desazón. No esperen por tanto heroicidades o épicas gratuitas, sino individuos baqueteados y devastados deambulando por una ciudad supurante de heridas, pero viva.

Es una lástima que al ser estrenada en verano puede que vaya a pasar desapercibida para muchos. No la dejen escapar.

José Luis Vázquez