Director: Hugo Stuven
Intérpretes: Alain Hernández, Aura Garrido, Ben Temple, Leticia Etala
Sinopsis: Fuerteventura. Septiembre de 2014. En busca de la ola perfecta, el joven surfista Álvaro Vizcaíno se precipita por un acantilado en la zona más inaccesible de la isla. Lo que iba a ser una increíble jornada deportiva se transforma en 48 horas de agonía extrema. Con el cuerpo malherido y la cadera rota, deberá vencer a una naturaleza implacable y hacer frente a sus propios miedos para intentar sobrevivir... Basada en hechos reales. (FILMAFFINITY)
“Libertad o amor, no puedes tenerlo todo” (Aura Garrido)
Alargada en exceso (y eso que su duración apenas rebasa los 90 minutos) e inicialmente impactante, aunque ese impacto se vea un tanto atemperado o mermado por una serie de insertos oníricos y de flash-backs continuos, no deja en cualquier caso de ser SOLO una interesante y profesional historia de supervivencia.
El caso que cuenta está basado en –parece ser- estrictos hechos reales ocurridos en septiembre de 2014 en la isla de Fuerteventura, más concretamente en las dunas de Punta Paloma. Álvaro Vizcaíno, un joven surfista, vivió 48 agónicas horas tras precipitarse por una zona de acantilado y verse reducido a un espacio mínimo con la cadera rota y la mano abierta.
Es inevitable que les pueda venir a la memoria –quienes las hayan visto- la reciente A LA DERIVA, o las no muy remotas INFIERNO AZUL, INFIERNO AZUL y NÁUFRAGO, pues todas ellas abordan la situación extrema de un ser humano enfrentado en estado crítico a la salvaje naturaleza.
Toda la parte técnica o física del asunto está resuelta con solvencia, destreza en la dirección y una destacable fotografía de Ángel Iguacel. Los paisajes naturales, los mismos en los que sucedieron los acontecimientos, están mostrados con rotundidad, en toda su belleza.
Donde la historia flaquea es en el apartado emocional. Bien porque el personaje nos es presentado de manera un tanto abrupta, principalmente mediante una secuencia bastante elemental en la que el protagonista confiesa sus anhelos a un amigo canadiense de fatigas surfistas, o porque los diálogos e imágenes en las que se sustenta recordando el pasado, las considero un tanto simples e insuficientes, me saben a poco.
O tal vez sea que me resulta demasiado evidente su discurso acerca del perdón, el sentimiento de culpa, los remordimientos, la lucha contra los propios miedos, la recapitulación de la propia vida ante momentos límite.
Pero como predomina principalmente la aventura, la mera crónica de sobrevivir a toda costa, se acaba equilibrando hacia unos baremos aceptables.
Habrá que seguir la carrera del cineasta Hugo Stuven, hijo del mítico realizador de Televisión Española de idéntico nombre, pues se le notan ganas y una pericia no muy habitual ante un segundo largometraje, algo que ya demostrara en su debut tras las cámaras con la coproducción de terror fantástico hispano-estadounidense ANOMALOUS.
Aquí no deja de ofrecer en algunos momentos una experiencia sensorial que tiene su mérito, aunque no alcance ni mucho menos la excelencia.
No quiero dejar de rematar esta reseñar sin volver a resaltar la aparición de una bellísima mujer y una buena actriz (madrileña), Aura Garrido (presente en papeles relevantes y protagonistas en las notables LA PIEL FRÍA, STOCKHOLM y PLANES PARA MAÑANA), una de mis preferidas del actual panorama del cine español junto a Alexandra Jiménez y Macarena García. Esta vez su personaje no tiene la fuerza deseada, pese a que ella le rodee de atractivo y de un fugaz pero gratificante halo romántico.
José Luis Vázquez