Director: Klay Hall
Intérpretes: Animación
Sinopsis: Dusty es un avión que sueña con participar en una competición aérea de altos vuelos. Pero Dusty no fue precisamente construido para competir y resulta que... ¡tiene miedo a las alturas! Así que, recurre a un experimentado aviador naval que le ayuda a clasificarse para retar al vigente campeón del circuito de carreras. Dusty demostrará su valor para alcanzar alturas inimaginables y enseñará al mundo lo que hay que hacer para levantar el vuelo.
Destinada inicialmente al mercado dvdgráfico éste spin-off de CARS, producido por Disney, ya les supongo informados que bajo su dominio se encuentra la filial Pixar, se resiente de una considerable pereza creativa y una baldía inclinación por patrones argumentales preestablecidos y muy trillados. Cambien a los coches de carreras de aquélla por las naves voladoras competitivas de esta… y todo aún les resultará más diáfano.
Curiosamente, de todas las obras maestras de Pixar, precisamente las únicas dos que no me parece que alcancen ese calificativo, tal vez sean esas dos entregas en las que se ha inspirado miméticamente AVIONES.
Son más bien escasos los alicientes que presenta esta comedia de aventuras y superación personal sobre un avioncito fumigador cuya ilusión es participar en una competición, nunca mejor dicho, de altos vuelos, pese al enorme obstáculo que en principio representa su pánico a las alturas demasiado elevadas.
Es evidente su escasa imaginación y elaboración –no en el apartado técnico, eso en estos productos, siempre se dan por sobreentendidos unos mínimos de calidad-, algo que se nota hasta en la elección de su director, el esforzado pero nada brillante Klay Hall, responsable de títulos menores de la casa, a veces directamente dirigidos al mercado videográfico: EL REY DE LA COLINA y CAMPANILLA Y EL TESORO PERDIDO.
La animación no presenta ningún aspecto relevante, ni ningún riesgo argumental, algo no precisamente positivo en una época en que el género está alcanzando numerosos hitos.
Si no se es muy exigente, se puede ver sin que tampoco resulte rechazable, pero poco más ofrece esta demasiado discreta producción. Sus destinatarios, más bien los únicos me atrevería a decir: los más pequeñines de la casa.
José Luis Vázquez