viernes, 26 de abril

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Estreno en Royal City

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Hereditary ()

Director: Ari Aster

Intérpretes: Toni Collette, Gabriel Byrne, Alex Wolff, Milly Shapiro, Ann Dowd

Sinopsis: Cosas extrañas comienzan a suceder en casa de los Graham tras la muerte de la abuela y matriarca, que deja a su hija Annie en herencia su casa. Annie Graham, una galerista casada y con dos hijos, no tuvo una infancia demasiado feliz junto a su madre, y cree que la muerte de ésta puede hacer que pase página. Pero todo se complica cuando su hija menor comienza a ver figuras fantasmales, que también empiezan a aparecer ante su hermano. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Números -abundantes pruebas de ello cantan- resultan de lo más elocuentes. El cine de terror estadounidense está viviendo una de sus máximas épocas de esplendor desde hace poco más de un lustro. HEREDITARY (HEREDITARIO sería su oportuna traducción al español, la que deriva tanto de la herencia genética como mental, cultural o ritual) no viene sino a contribuir y ratificar dicho diagnóstico o sentencia.

Su arcilla está compuesta por elementos típicos y clásicos del género, por lugares mil veces transitados, pero el punto de vista, su desarrollo, acaban pareciendo completamente novedosos (aunque sigo pensando que lo mejor y más original visto este año dentro de este territorio es UN LUGAR TRANQUILO, seguido a continuación por este trabajo, ambos sensacionales). Bebe principalmente del suspense psicológico más tradicional del género en la década de los 70. De la casi siempre mucho más estimulante sugerencia que de la explicitud, aunque en su tramo final ésta también se manifieste, algo que por otra parte tampoco tiene porqué ser criticable.

Hay algunos momentos durante la contemplación de esta película que pareciera que el mismísimo Ingmar Bergman la hubiera vampirizado con su estilo reposado e intelectualizado y sus tragedias intimistas. Estoy pensando en PERSONA, por ejemplo. Pero esta es una sensación más intransferiblemente personal que nunca, pues ni por lo más remoto tiene finalmente que acabar de ver con la obra del cineasta sueco esta sorprendente y gratificantemente perturbadora propuesta del debutante Ari Aster. Si acaso sus referencias habría que encontrarlas en LA SEMILLA DEL DIABLO o más vagamente en EL RESPLANDOR.

Habla, eso sí, de pérdidas, traumas, relaciones y vidas bruscamente cercenadas (y aquí también me refiero al aspecto más estrictamente físico). Como perfectamente la ha definido el colega A. A. Dowd estamos ante una muestra de “puro terrorismo emocional”, en el que se puede llegar a lo sobrenatural desde la realidad más dolorosa.

Cada plano, desde el revelador inicial, cada instante suponen inquietud, amenaza, desasosiego, laceración. Sin que por ello tenga necesidad prácticamente de recurrir a sustos facilones o a esos golpes de efecto tan masivamente habituales hasta hace bien poco. Y que no desdeño, eh, pero toda sobresaturación acaba pasando factura.

Aquí un click, un simple chasquido labial, puede acabar convirtiéndose en un elemento de lo más perturbador. Y es que el diseño de sonido se acaba erigiendo en un elemento fundamental. Algo mucho más meritorio si tenemos en cuenta de que a su director no le dio tiempo a rematar ni este apartado, ni el de los efectos visuales –le faltaron dos semanas- para así poder llegar a tiempo a estrenarla en el Festival de Sundance, donde constituyó todo un éxito. Pero no creo que arrase taquillas, ni mucho menos, o que pueda ganarse la incondicionalidad de un amplio número de espectadores.

Lo cual sería una lástima porque este trabajo despliega virtudes por doquier. Desde una atmósfera verdaderamente asfixiante, hasta su audacia narrativa, pasando por ese continuo descorche de capas argumentales o un excelente trabajo actoral (¡cómo vuelve a estar de nuevo esa madre sufridora en la que se ha especializado Toni Collette desde los tiempos de EL SEXTO SENTIDO!, también se muestra fenomenal en un cometido secundario la veterana Ann Dowd, presente de manera intensa en las series THE LEFTOVERS o EL CUENTO DE LA CRIADA… su sesión de espiritismo constituye un guiño a tantas otras referenciales desde THE HAUNTING).

Todo ello viene servido por un ritmo convenientemente pausado, por un ejemplar manejo de lo inquietante, por un argumento –sí- intrincado pero que no deja de generar desazón en ningún momento, por una ambigüedad magistral o por ese parecer una cosa –y a lo mejor lo es- y acabar siendo otra, sin dejar de enlazar con lo inicialmente imaginado. Siento ser indescifrable, pero no me queda otra ante una propuesta de estas características.

Y, desde luego, alguna de sus secuencias va a ser difícil que deje de permanecer alojada en mi memoria. Me refiero a la del accidente automovilístico… y nada más descifraré.

Por supuesto no es sencilla para el espectador, le obliga a fajarse mentalmente, puede tener tantas interpretaciones como quieran, aunque creo que no es conveniente que se calienten en exceso la chola. Lo que vean.

Una cosilla más. Resulta curiosa y muy relevante esa interpretación que se hace en clase sobre el trágico destino de Heracles, sobre personajes que acaban resultando peones, como lo son los quienes construyen metafóricas, reveladoras casas de muñecas (para su tranquilidad: nada descubro, más bien subrayo lo que es obvio).

Me deja estela. Otro nuevo referente.

José Luis Vázquez