Director: Janus Metz Pedersen
Intérpretes: Sverrir Gudnason, Shia LaBeouf, Stellan Skarsgard, Tuva Novotny, Marcus Mossberg, Leo Borg, Robert Emms, Ian Blackman, James Sobol Kelly, Jackson Gann
Sinopsis: Narra la historia de la rivalidad entre dos leyendas del tenis: el sueco Björn Borg (Sverrir Gudnason) y el norteamericano John McEnroe (Shia LaBeouf), un enfrentamiento legendario de la historia del deporte que tuvo su culminación en la final de Wimbledon de 1980, que enfrentó a ambos. (FILMAFFINITY)
Lo aquí narrado, el retrato de dos de los más legendarios tenistas de la historia, los previos y la mítica final que les enfrentó en 1980 en Wimbledon, en la que el tenista sueco Björn Borg conseguiría un hito y de alguna manera cedería el testigo al estadounidense John McEnroe, constituye la sustancia fundamental con la que está construida el relato.
Sin haber sido nunca un seguidor de este civilizado deporte, recuerdo las retransmisiones deportivas, algunas en un recién adquirido televisor en color, con las que nos obsequiaba de vez en cuando Televisión Española allá por los 70 y 80, cuando no tenía todavía competencia. Estos dos, en concreto, acabaron resultando nombres míticos de mi adolescencia.
BORG McENROE recrea de manera muy veraz aquél impresionante partido y nos acerca a las personalidades de sus protagonistas. Es una muy buena película deportiva (de nacionalidad sueca, con aportaciones danesas y finlandesas) y es una muy buena película en general. Nítida, bien contada. Y que aborda también el comportamiento humano de dos ídolos de masas, aunque uno de ellos generara numerosas antipatías por su tantas veces aflorante mala educación.
Janus Metz Pedersen, su director, ofrece un certero retrato a dos bandas, el de dos tipos que bien podrían ser catalogados como polos opuestos, aunque tal vez unidos por un cordón umbilical que les acercaba más de lo que se pudiera suponer, su pasión y su obsesión por lo que hacían, y el dolor y sacrificio que en su juventud les pudiera suponer tal adicción.
Uno, gélido, que conseguiría aprender a contenerse para mostrar e irradiar su rabia en la pista, conocido también como IceBorg. Otro, mal encarado, vehemente, visceral, conocido como Super Brat. Hielo y fuego, yin y yan.
La aproximación que se hace a ambas personalidades tiene el suficiente peso dramático para que resulte bastante convincente. Si le suman una extensa culminación rodada con pericia y sentido de la intriga pese a conocer el desenlace, tienen un valioso exponente del no muy nutrido subgénero tenista que merece bastante la pena.
Curiosamente ha coincidido en el tiempo con otras dos apreciables producciones de idéntica índole. Una, LA BATALLA DE LOS SEXOS, estrenada el año pasado, en 2017, recreaba otro “match” pero este no tanto competitivo sino simbólico y feministamente reivindicativo, como fue el entablado por Billlie Jean King y Bobby Riggs en 1973. El otro, es un documental, LOVE MEANS ZERO, en torno al descubridor, Nick Bollettieri, de otro grande, Andre Agassi.
Inevitable no recordar aquella memorable cinta de suspense que nos regalara Alfred Hitchcock fechado en 1951, EXTRAÑOS EN UN TREN, con momentos culminante también en una pista de cine, aunque estos de tono mucho más sombrío.
Volviendo a la que aquí me ocupa, debo reconocer que no es especialmente emocionante, tal vez inoculada por la personalidad de uno de sus protagonistas, pero en este caso ello no constituye desdoro alguno, más bien le confiere un carácter meticuloso elogiable. Pero, además, contiene una secuencia final que la redime en este sentido y hasta resulta explicativa sobre algo verdaderamente hermoso.
Magníficas caracterizaciones del actor sueco de origen finlandés Sverrir Gudnason, que clava a su personaje. Y no menos lo hace también el norteamericano Shia LaBeouf (vuelve por buenos fueros) con el suyo. Muy bien, un seguro siempre, la presencia de Stellan Skarsgard como estricto entrenador.
Entiendo que no es necesario que sean aficionados a este deporte, no hace falta, para que puedan disfrutarla igualmente, aunque esté, claro, impregnada del mismo.
José Luis Vázquez