Director: Sergio Manfio
Intérpretes: Animación.
Sinopsis:
Leo Da Vinci, un joven pintor e inventor con mucha ideas en la cabeza, queda totalmente enamorado de Mona Lisa, una chica que un día pierde su casa a causa de un incendio. Él, implicado en ayudarla, se le ocurre una aventura loca y emocionante a partes iguales que podría arreglar su situación. Quiere encontrar el barco pirata que años atrás naufragó cerca de la isla de Montecristo para recuperar el fabuloso tesoro que se dice que esconde. Con este tesoro, cree que los problemas de Mona Lisa se podrían solucionar, así que ambos, junto a sus amigos, empezarán un viaje que no será nada fácil. Pero no serán los únicos que quieran conseguir el tesoro. (FILMAFFINITY)
No conozco el único trabajo hasta la fecha, aparte de éste y también dentro del campo de la animación, del italiano Sergio Marfino, que responde al enunciado de LOS CACHORROS: EL CÓDIGO DE MARCO POLO.
Por lo visto, el interés temático de este cineasta estriba en acercar a los más pequeños la vida de algunos de sus más ilustres compatriotas en su período juvenil, de formación. Y, como es el caso en LEO DA VINCI, elaborar una elemental historieta de aventuras, un elogio a la creatividad, la invención y el tesón, personificados en el autor de la Mona Lisa (incluso sugieren cuál pudiera haber sido quiméricamente su inspiración, un amor de adolescencia). Pero todo discurriendo por unos caminos nada acordes con las características de los personajes retratados, es decir, poco imaginativos.
Y si levanté un poco la mano al puntuar otro estreno animado del mismo fin de semana, RABBIT SCHOOL: LOS GUARDIANES DE LOS HUEVOS DE ORO, esta vez no transijo y me muestro más “implacable”.
Por supuesto, es una cinta con una técnica pulcra, decentita, pero eso hace tiempo que no me basta para ensalzar una producción de este tipo. Además, carece de matices en sus retos más significativos, fondos, movimientos. Vuelvo a la misma cantinela, el guión, hacen falta mejores guiones por mucho que vayan destinadas a los más peques. Y conste que no son los –lógicos hasta cierto punto- anacronismos lo más achacable. Sí, en cambio, por la manera de encajar a piratas en este argumento aventurero.
Me quedo, eso sí, con que su aspecto supuestamente “divulgativo” puede mover a la curiosidad para descubrir en la tierna infancia a este genio del Renacimiento. Ambientada en dicha época, se nos muestra una Florencia bulliiciosa, pero no todo lo artística que hubiera sido deseable. En cambio, recuerdo que el París de la reciente BALLERINA sí daba bastante juego.
El villano tiene su relativa gracia… por relativamente inesperado. Por decir algo. Y al menos, como es norma en este tipo de empeños, es alegre.
José Luis Vázquez