martes, 6 de mayo

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Estreno en Royal City

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Inmersión ()

Director: Wim Wenders

Intérpretes: James McAvoy, Alicia Vikander, Alexander Siddig, Celyn Jones, Reda Kateb, Mohamed Hakeemshady, Clémentine Baert, Harvey Friedman, Matthew Gallagher, Godehard Giese, Andrea Guasch, Alex Hafner, Jess Liaudin, Adam Quintero, Jannik Schümann

Sinopsis: James More (James McAvoy) es un ingeniero hidráulico que ha sido tomado como rehén en Somalia por los terroristas yihadistas, que sospechan que es un espía británico. Danielle 'Danny' Flinders (Alicia Vikander) es una biomatemática que trabaja en un proyecto de inmersión en las aguas más profundas de los océanos para demostrar su teoría sobre el origen de la vida en el planeta. Un año antes James y Danny se conocieron en un hotel de la costa atlántica francesa y se enamoraron. Ahora, separados, Danny inicia su peligrosa inmersión al fondo del océano en Groenlandia sin saber si James sigue vivo. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 3 estrellas

Parece que es opinión unánime que el cine de los últimos años del alemán Wim Wenders (EL AMIGO AMERICANO, ALICIA EN LAS CIUDADES, PARÍS TEXAS) obtiene mucho más crédito en el terreno documental (BUENA VISTA SOCIAL CLUB, PINA, LA SAL DE LA TIERRA) que en el de la ficción, pues sus obras en este apartado suelen adolecer de pretenciosidad, artificiosidad, un pelín de pedantería y un ritmo plomizo que ha lastrado en bastantes ocasiones sus trabajos. Esta vez no seré yo quien rebata esto.

Aun así, INMERSIÓN no me parece tan horripilante como ha parecido a muchos. Es más, es de lo poco que le apruebo desde hace tiempo dentro de ese terreno anteriormente citado. Debo reconocer que cuando acudí a verla me la temía mucho más plasta.

Sencillamente, propone una historia de amor y esperanza en un tiempo convulso… y más cosas claro, una intimista inmersión metafísica de contrastes culturales. Entremezclado ello con cuestiones ecológicas y yihadistas. Demasiados timbales para algo que que no acaba orquestándose del todo.

Y es que precisamente es la mezcla este batiburrillo lo que acaba provocando su dispersión, su disipación, afectando lo que, al fin y al cabo, más me acaba importando, el como se va tejiendo el romance –y la inicialmente incomprensible ausencia de uno de los amantes-, el gran amor de una pareja formada por una biomatemática (me he enterado de esta profesión gracias a la película, ¡cuánto enseña el cine!) y un supuesto ingeniero hidráulico.

Si encima la misma destila tan buena complicidad, tan saludable aspecto y estilillo como el escocés James McAvoy y la –justamente- cotizada actriz sueca Alicia Vikander, verdaderamente fotogénica, querida por la cámara, pues ahí tienen un puntal en el que sostenerse este andamiaje un tanto relamido y literario.

Aprovecho para hacer un inciso. Nunca me cansaré de ponderar la aportación, la terna de intérpretes femeninas que ha aportado Suecia al Séptimo Arte: Greta Garbo, Ingrid Bergman, Ann Margret, Lena Olin, Anita Ekberg, Noomi Rapace, Bibi Andersson, Harriet Andersson, Mai Zetterling, Viveca Lindfors, Eva Dahlbeck, Zarah Leander, Britt Ekland, Elke Sommer, May Britt, Ewa Aulin. Signe Hasso, Ingrid Thulin y un largo y brillante etcétera.

Pero también se asienta en unas imágenes de magnética belleza en algunos instantes, rayanas en algún momento en la ampulosidad –el final, sin ir más lejos-, pero, en cualquier caso, atractivas y elegantes. Por tanto, el aspecto visual, el puramente formal, también funciona más o menos decorosamente.

Eso sí, uno de sus mayores inconvenientes estriba en que precisamente la manera de exponer esa relación amorosa está falta de verdadera chicha, no acaba de prender del todo, ni resultar todo lo flamígera que insinuaba o requería.

Es fatigosa, no la acabo de digerir del todo, no me acaba dejando especial huella, pero no la repudio y mientas la contemplo no me aburro ni me resulta un tocho. Se deja ver sin más florituras que algunas de las utilizadas por su director.

José Luis Vázquez