domingo, 4 de mayo

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Estreno en Royal City

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Imprimir crítica

El Cairo confidencial ()

Director: Tarik Saleh

Intérpretes: Fares Fares, Tareq Abdalla, Yasser Ali Maher, Nael Ali, Hania Amar, Slimane Dazi, Ger Duany, Ahmed Abdelhamid Hefny, Ahmed Khairy, Mari Malek, Ahmed Selim, Hichem Yacoubi, Mohamed Yousry

Sinopsis: Noredin, un detective corrupto con un futuro brillante en el cuerpo de policía, y cuyo principal propósito no es exactamente hacer el bien sino hacerse rico, es enviado al hotel Nile Hilton, donde acaban de descubrir el cadáver de una hermosa mujer. La identidad de ésta, sus conexiones con las élites de El Cairo y otros incidentes más personales acabarán llevando a Noredin a tomar decisiones trascendentales y a descubrirse a sí mismo. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Hete aquí una Espiga de Oro (ya saben, máximo premio del Festival de Cine de Valladolid) merecedora de serlo y conectada con la más reciente actualidad. También, no se olvide, reconocida como mejor película internacional en el Festival de Sundance. 

Todo un neo-noir no solo de gran consistencia, sino de lo más aromático, clásico y moderno a la vez. Como buen exponente del género, cuenta con una estética muy acorde y con una trama enrevesada. Y de nuevo, el crimen es el detonante, la excusa para mostrar las fisuras, radiografiar el funcionamiento de una sociedad (en crisis), en este caso la egipcia de pleno hervor de la Primavera Árabe, dominada –de ahí las revueltas callejeras, no solo fue una cuestión religiosa y de privación de libertades- una corrupetela generalizada, instalada en las más altas instancias y en las más humildes.

Encontrarán todos los típicos ingredientes: polis alcohólicos, fumadores, corruptos o que tratan de buscar una dignidad perdida; mujeres fatales; chantajistas; sicarios; mafiosos; poderes del estado y políticos embarrados, supervivientes del lumpen…

Aunque el fondo, como bien la ha definido su propio autor, es un melodrama de trasfondo existencial y de denuncia, cuyo final es ilustrativo de lo anteriormente expuesto. A propósito de ello, horas después de finalizada su proyección todavía retumba una frase muy reveladora de su desenlace (nada descubro), “déjalo, no somos como ellos”.

Una de sus muchas virtudes es que este ejercicio por momentos diríase que casi scorsesiano (malas calles son también las aquí retratadas), que bebe del mejor cine negro americano (por ejemplo, la reciente L. A. CONFIDENTIAL, años 50, nada parece haber cambiado, da igual la latitud o la prosperidad económica del lugar retratado), de sus parámetros y estructura, capaz en este caso de capturar el estado emocional de un momento histórico, de una ciudad, de un país.

Su meollo argumental parte de la más estricta y real crónica negra con ligeras modificaciones. Los hechos relatados sucedieron cuatro años antes en Dubai. Pero en lo esencial es lo mismo. Una cantante libanesa –Suzanne Tamim fue el nombre de la asesinada en la realidad/Lalena la de la ficción- aparece asesinada en un hotel cairota (el Nile Hilton del título original). Una empleada de limpieza es testigo. Está implicado en el mismo un poderoso cargo político del país.

No se olvide que estamos en los estertores del régimen de Hosni Mubarak, que tras treinta años en la presidencia sería expulsado del poder tras las masivas revueltas callejeras que tuvieron lugar en la capital del país de los faraones, en lo que fueron los albores de algo que no ha quedado claro en estos siete años que haya cambiado apenas el estado de las cosas.

Agradezco que todo esto venga envuelto en un hiperrealismo sucio que le sienta fenomenal a un proyecto de estas características.

Y, desde luego, constituye un acierto la elección del carismático y ---dicho desde el respeto- narigudo actor libanés Fares Fares (LA NOCHE MÁS OSCURA, LOS CASOS DEL DEPARTAMENTO Q, la serie WESTWORLD, ROGUE ONE) para encarnar a ese teniente, ascendido a coronel, Noredin/Noureddine, encargado de la investigación, un policía corrupto –aquí todo dios trinca, prácticamente nadie se salva- en vías de redención, un tipo que en cualquier otro sitio con unos mínimos de respeto por el estado de derecho podría permitirse ser un profesional ejemplar. Un tipo que expresa en su mirada un corazón roto, como ha afirmado su director, el sueco de ascendencia egipcia y graffitero Tarek Salih, en el que constituye su cuarto y brillantísimo largometraje.

Las dos chicas principales de esta historia están igualmente de lo más convincentes, tanto Hania Amar como esa bella y sensual cantante, y Mari Malek, en la piel de esa inmigrante sudanesa, carne de cañón. Ya le dice el poli que regrese a sus orígenes, que ese no es sitio para ella.

Respecto a la tosquedad achacada a la investigación por parte de algún colega, en modo alguno me parece tal, la tosquedad viene determinada por los ambientes en que transcurre, pero su exposición formal me parece intachable.

Me encanta un detalle no advertido en una producción de estas características desde hace mucho tiempo, ya ni cuento si tengo que remitirme a CASABLANCA, y es el de lo mucho que se fuma, en especial el protagonista. Y es que ese es un elemento que certifica aún más a este tipo de propuestas, resulta de lo más cinematográfico y "retroactivador" de los grandes títulos de la edad de oro.

Espléndida.

Frase:

“¿Se cree que está en Suiza? ¡Aquí no hay justicia!” (Ahmed Selim)

José Luis Vázquez