lunes, 12 de mayo

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Estreno en Royal City

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Imprimir crítica

La tribu ()

Director: Fernando Colomo

Intérpretes: Carmen Machi, Paco León, Luis Bermejo, Julián López, Bárbara Santa-Cruz, Manuel Huedo, Rebeca Sala, Manel Fuentes, Horacio Colomé, Jorge Asín, Marisol Aznar, Alfonso Lara, Julián Teurlais, Arlette Torres, María José Sarrate, Maite Sandoval, Artur Busquets, Maribel del Pino, Javier Perdiguero

Sinopsis: Virginia (Carmen Machi), limpiadora de profesión y "streetdancer" vocacional, recupera al hijo que dio en adopción: Fidel (Paco León), un ejecutivo que lo ha perdido todo, incluida la memoria. Junto a "Las Mamis", el extravagante grupo de baile que forman las compañeras de Virginia, madre e hijo descubrirán que a pesar de venir de mundos muy diferentes, ambos llevan el ritmo en la sangre.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 1 estrellas

Nunca he seguido, ni tan siquiera visto, a la AÍDA y el LUISMA de la serie que lleva por título el nombre de la primera. O sea, a Carmen Machi y Paco León en dichos roles. Así que los supuestos guiños cómplices que aquí puedan establecerse entre ambos, a mí se me escapan, se me pasan por alto. Y entiéndase esto sin actitud desdeñosa por mi parte.

Esto, con variantes, parecer intentar recoger o prolongar, la química o popularidad que le otorgaran aquéllos papeles a dichos intérpretes. Por ese lado, por tanto, no engancho. Tampoco por otro, lo aclaro a continuación.

Ciertos arquetipos, tanto los que ellos representan como otros que desfilan por LA TRIBU, me generan hartazgo y cansancio a estas alturas de mi vida cinéfila. Y es que una cosa es la humorada costumbrista con arraigo popular –que no populachero-, con lo que eso conlleva de historias y personajes de peculiaridad autóctona, y otra bien diferente, el agotador recurso a los chistes escatológicos de siempre, a esos de pedo, caca, culo, pis, de los que en tantas ocasiones me he quejado. Y es que en algo se debería notar el avance del cine español en los últimos tiempos (al menos el Santiago Segura muestra un aceptable empeño en no caer en esos tics y molestas tentaciones de gracias simplonas, facilonas).

En cualquier caso, soy consciente de que es un tipo de registros y humor que conecta con amplias capas de espectadores de la piel de toro. Dicho lo cual, matizo que no me estoy situando en un estadio de superioridad intelectual, ni mucho menos, pero tampoco me apetece transigir con un humor que considero –por ser suave- de nula inspiración. Mis gustos van por otros derroteros, pero tan legítima resulta la incondicionalidad de unos como mi desafecto.

Dejado claro esto, voy de pleno al asunto. La última comedia de Fernando Colomo, uno de los principales artífices de ese “movimiento” no demasiado definido llamado “nueva comedia madrileña” (surgida en plena transición: una serie no demasiado extensa de historias urbanitas de tono ligero, desenfadado y cierto espíritu progre), es otra de sus propuestas entre garbancera y modernilla y buen rollista que se repiten tan frecuentemente en su filmografía, en esta ocasión, además, a ritmo de “street dance”.

Al respecto, el par o tres de coreografías insertadas son muy de por andar por casa, aunque supongo que de eso se trataba por parte de su máximo responsable, darle mayor “verismo” a esos personajes periféricos.

Supone una vuelta por parte del cineasta a eso que se denomina –el término no me gusta, me repele- como cine comercial, tras un experimento cuanto menos curioso titulado ISLA BONITA.

Lo que más me sigue gustando suyo –sin excesos-, pues siempre ha gastado una medianía artística (TIGRES DE PAPEL, ¿QUÉ HE HECHO YO PARA MERECER ESTO?, ESTOY EN CRISIS, LA VIDA ALEGRE, BAJARSE AL MORO, ESO, ALEGRE MA NON TROPPO, EL EFECTO MARIPOSA, ROSA ROSAE, EL PRÓXIMO ORIENTE) con la que no he conectado, aunque tampoco nunca ofensiva (salvo en dos casos: EL CABALLERO DEL DRAGÓN y MISS CARIBE), es LOS AÑOS BÁRBAROS y AL SUR DE GRANADA, en ambos casos un intento de comedia histórica –también costumbrista- de loable carácter agridulce y calmada vitalidad. Su relativa virtud ha sido siempre cierto desparpajo narrativo.

En fin, volviendo a este último trabajo, me siento incapaz de poder destacar nada, ni tan siquiera un reincidente y cansino León y una demasiado prevista Machi.

A la sesión a la que asistí, una buena parte de espectadores se lo pasaban en grande y se desternillaban, así que sopesen.

José Luis Vázquez