Director: Francis Lawrence
Intérpretes: Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Jeremy Irons, Charlotte Rampling, Mary-Louise Parker, Matthias Schoenaerts, Joely Richardson, Nicole O'Neill, Sergej Onopko, Sergei Polunin, Kristof Konrad, Simon Szabó, Ciarán Hinds, Thekla Reuten, Joel de la Fuente, Sakina Jaffrey, Douglas Hodge
Sinopsis: Dominika Egorova (Jennifer Lawrence) es reclutada contra su voluntad para ser un "gorrión", una seductora adiestrada del servicio de seguridad ruso. Dominika aprende a utilizar su cuerpo como arma, pero lucha por conservar su sentido de la identidad durante el deshumanizador proceso de entrenamiento. Hallando su fuerza en un sistema injusto, se revela como uno de los activos más sólidos del programa. Su primer objetivo es Nate Nash (Joel Edgerton), un funcionario de la CIA que dirige la infiltración más confidencial de la agencia en la inteligencia rusa. Los dos jóvenes agentes caen en una espiral de atracción y engaño que amenaza sus carreras, sus lealtades y la seguridad de sus respectivos países. (FILMAFFINITY)
Los acordes iniciales, breves, me retrotraen a la música del genial compositor Bernard Herrmann, incluso a la del Maurice Jarre de TOPAZ. Las referencias al mago del suspense no son gratuitas, pues este filmaría dos de las obras maestras del género de espionaje enmarcadas en un contexto de plena Guerra Fría, la citada y CORTINA RASGADA (con Paul Newman y una inesperada Julie Andrews).
GORRIÓN ROJO vuelve a poner de moda ese marco ambiental que nunca ha dejado de existir pese a la caída del Muro de Berlín, actualizándolo, expendiéndolo de manera más letal y contundente, aunque expuesto con ese pasaporte tradicional de los grandes títulos de antaño –décadas de los 60 y 70 preferentemente-, tirando de una ejemplar contención narrativa, pese a la dureza de lo expuesto y la metralla albergada en su argumento.
Inevitable cuando la contemplo y aún finalizada la proyección, que vengan a mi recuerdo referentes gloriosos (sí, una vez más, todos los expuestos a continuación estadounidenses salvo cinco británicos), aparte del par ya citado, como EL ESPÍA QUE SURGIÓ DEL FRÍO, LA CARTA DEL KREMLIN, EL HOMBRE DE MACKINTOSH,ENCADENADOS, LA CAZA DEL OCTUBRE ROJO, EL ESPIA, EL BUEN PASTOR, DESDE RUSIA CON AMOR, FUNERAL EN BERLÍN, EL TOPO, EL DANUBIO ROJO, CORREO DIPLOMÁTICO, LA SEMILLA DEL TAMARINDO, TELÉFONO, FUGITIVOS DEL TERROR ROJO, EL BUEN PASTOR, LA CASA RUSIA, EL PUENTE DE LOS ESPÍAS, RUMORES DE GUERRA, CIELO DE OCTUBRE, MANOS PELIGROSAS, EL MENSAJERO DEL MIEDO, NUESTRO HOMBRE EN LA HABANA, EL CUARTO PROTOCOLO, ROJO ATARDECER y tantos otros. Prácticamente todos ellos de un claro posicionamiento pro norteamericano o pro occidental.
Y es que no lo puedo evitar, no me preocupa que tilden de malos o perversos a los rusos o los soviets, sino que sean capaces de hacerlo bien, como es el caso. Aparte, mi embrutecido y casi militante yanquismo, provoca que no me altere lo mínimo ponerme incondicionalmente de parte de los de las barras y estrellas, pues como sugiere uno de los personajes en un momento dado, son la representación, con todas las grietas que quieran, de la libertad individual. Qué le vamos a hacer, soy así de maniqueo.
En conseguir que este empeño se salde con sobresaliente son varios los responsables, bastantes debo reconocer, pero me centraré en tres fundamentales. Comenzando por el espléndido guionista Justin Haythe (firmante igualmente de los soberbios libretos de REVOLUTIONARY ROAD y del de esa maravilla un tanto ignorada titulada LA CURA DEL BIENESTAR). Traza un texto con escuadra y cartabón, repleto de zozobra, angustia, intriga y brutalidad. Partiendo, claro, de la novela original de Jason Matthews, que pareciera haber escrito una variante de la célebre súperheroína de la Marvel la Viuda Negra (encarnada para la gran pantalla por Scarlett Johansson).
No faltan los ingredientes habituales en este tipo de producciones: agentes dobles, infiltrados, intercambios de espías, adoctrinamientos, comeduras de tarro, retruécanos y giros imprevistos (aquí hay varios hacia el final). Esta vez introduciendo una nueva categoría o variante, los sparrow, jóvenes agentes adiestrados por el estado ruso desde la época Kruschev que emplean para seducir, manipular psicológicamente (y ser manipulados), torturar o asesinar.
Y es aquí cuando entra en liza el segundo, la segunda más bien, responsable de que esto alcance niveles de tan elevada calidad, que el engranaje funcione con enorme precisión. Me refiero a una –en todos los sentidos- imponente, sensual, impositiva Jennifer Lawrence (Dominika Egorova). Todo un salto adelante en su carrera esa ex bailarina del Bolshoi reconvertida en máquina letal al servicio del estado que encarna, esencialmente, a una superviviente que preserva su voluntad y cierta nobleza.
Llegado este punto, entra en liza el tercero en concordia, el director estadounidense Francis Lawrence, sin ningún parentesco con la actriz pese a compartir apellido, pero sí con una relación muy directa en lo profesional, pues ya la había dirigido en tres de las cuatro entregas de LOS JUEGOS DEL HAMBRE, todas salvo la primera, aunque dadas las dos últimas, lo que se ha limitado es a cambiar de ave plumífera, de sinsajo a gorrión.
Francis ha vuelto a repetir con buena parte del equipo técnico de las mismas, incluyendo al excelente compositor James Newton Howard, y eso se nota para muy bien en pantalla, hay complicidad, competencia profesional. Le regala además a su estrella abundantes planos de todo tipo para su lucimiento integral. Jennifer sale hermosísima, resplandeciente, deslumbrante, hipnótica.
Su batuta es tersa, elegante, clásica, de las que remiten a esa manera felizmente antañona de contar las cosas. Gran trabajo del responsable de otros títulos meritorios como AGUA PARA ELEFANTES, CONSTANTINE o el estupendo SOY LEYENDA. Director siempre a seguir, pues como mínimo garantiza entretenimiento. GORRIÓN ROJO es su culmen hasta la fecha.
A su alrededor brujulea un reparto de quitar el tipo, desde unos inquietantes Jeremy Irons y Mathias Schoenaerts, hasta un resolutivo Joel Edgerton pasando por una perversa Charlotte Rampling o una peculiar Mary Louise Parker.
No renuncia al espectáculo, aunque este más bien de corte intimista, sensual y retorcido. Tampoco a perturbar con secuencias tan poderosas como la del lavado de cerebro por parte de Rampling, a deshumanizar conciencias.
Excelente, nutriente.
Frases:
“Los americanos os creéis que a los demás les interesáis mucho, ¿verdad?” (Jennifer Lawrence).
“En mi país si no importas a los hombres que tienen poder, no eres nadie” (Jennifer Lawrence).
“A partir de hoy seréis gorriones, aquí nos dedicamos a la manipulación psicológica, armas en una lucha mundial por el poder” (Charlotte Rampling).
“Tu cuerpo pertenece al estado, desde que naciste el estado lo nutrió, ahora el estado te pide algo a cambio” (Charlotte Rampling).
“Todo ser humano es un puzzle de necesidades, aprenderás a intuir la carencia, ser la pieza que falta… y ellos os lo darán todo” (Charlotte Rampling).
José Luis Vázquez