sábado, 26 de abril

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Estreno en Royal City

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Mazinger Z Infinity ()

Director: Junji Shimizu

Intérpretes: Animación.

Sinopsis: Cuando el malvado Doctor Hell ataca la Tierra, el poderoso robot gigante Mazinger Z se decide a detenerlo. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 3 estrellas

Es una moderada y relativamente grata sorpresa esta recuperación de todo icono televisivo de los 70. Es verdad que pesa el recuerdo y la nostalgia, pero de nada valdrían si la operación no tuviera entidad propia.

Para muchos de la Generación de los Chiripitifláuticos supone toda una referencia. De esas inolvidables sobremesas sabatinas cuya culminación era la película clásica de Primera Sesión, maravillosos westerns y cine de aventuras preferentemente. Justo antes veíamos una gran mayoría de críos españoles esos dibujos llegados del país del Sol Naciente, cuyos protagonistas eran Koji Kabuto y un enorme robot denominado así, Mazinger Z. Para la memoria han quedado ya frases como “puños fuera” o “fuego de pecho”.

Esta superproducción tiene la virtud de restituir esos recuerdos sin caer en el ensimismamiento. Es más, supone un paso adelante en cuanto a una postura más madura del asunto, apelando a la condición humana, a las relaciones de pareja y a algún que otro apunte de sugerente o más o menos velado contenido sexual.

En cambio, cae en algo en lo que alguno que no somos precisamente muy duchos derrapamos,  en esas cuestiones científicas de fondo que puede causar cierto aturdimiento, como reconozco me sucede a mí. Son esas jergas acerca de física cuántica, nuclear o fotovoltaica, átomos, fotones, universos paralelos y no sé cuantas cosas más. Eso que aceptaba de pequeño sin reproche alguno pero que ahora de talludito me supone toda una lata al haber ido mis vocaciones por otros derroteros. Y provoca que rebaje la nota, pero probablemente sea más un problema achacable en mi debe que en la de los responsables de esta obra.

En cualquier caso, lo que sí me llama la atención es su cuidado aspecto visual. Está estupendamente utilizada la luz, como por ejemplo en esos velones que iluminan una estancia.

También esa mezcla de efectos especiales/animados a la antigua usanza y otros digitales de última generación, presenta brillantez.

Volviendo a la trama, se vuelve a recuperar al malvado principal de la serie, el Doctor Muerte (de hecho, resucitan a todos los personajes importantes). Precisamente debido a algunos enfrentamientos especialmente virulentos entre ambos, en España nunca llegamos a ver la serie completa sino un tercio de la misma. Con los nuevos tiempos, no hay barrera a alguna para mostrar la violencia de manera explícita.

Por tanto, buen acabado, nostalgia a raudales, argumento enrevesado y notable diseño visual, podría ser el resumen de una propuesta para un público muy concreto de espectadores, fundamentalmente amantes del  “anime” o del manga, que bien pudiera ofrecerles un rato de esparcimiento.

José Luis Vázquez