Director: David Alaux
Intérpretes: Animación.
Sinopsis: Maurice es un pingüino que fue criado como un tigre. Se propone junto a sus amigos mantener el orden y la justicia en la selva, como antes hizo su madre. Pero Igor, un malvado koala se lo va a poner difícil. (FILMAFFINITY)
Una película francesa de animación si no de saldo sí prescindible. Al ser los más pequeños un público ávido consumidor de productos de este tipo muchos de los cuales van destinados exclusivamente a ellos, a los más pequeñines, los distribuidores se están encargando de sacarlos hasta debajo de las mismísimas piedras. Y puesto que ya prácticamente suelen abundar, al menos en cualquier país del orbe occidental, rara es la semana en que no llegan a las pantallas españolas/ciudadrealeñas uno o dos exponentes.
Esta ocasión no ha habido que irse muy lejos, a la vecina Francia, para poder –es un decir- “disfrutar” de una historia de animalitos humanizados, una de tantísimas, desgraciadamente alejados de la grandeza que a los mismos otorgara Walt Disney décadas atrás y en la actualidad (ahí está ese alce Sven de FROZEN o Dante, el perro sin pelo, de COCO, obra de su filial Pixar).
Parte de la base de unos personajes excesivamente tontorrones, en especial ese pingüino adoptado por una tigresa, que lleva siempre un pez en una pecera que no se rompe ni aunque se estrelle contra las rocas.
Todo, una vez más, resulta muy simploncente y desabrido. Y vuelvo a lo de siempre, sin duda sus hechuras formales resultan aceptables pero de nada sirve ante tanta inanidad narrativa y ante un argumento tan fofo como el aquí desplegado.
El asunto principal consiste esta vez en que una variopinta panda de pobladores de una selva deben hacer frente a un resentido y malvado koala, especialista en dinamitar a los moradores de la misma a base de bombazos. Como ven, la cosa ya no es muy original de partida.
Pero es que el desarrollo es de lo más ramplón y cansino. Al poco de comenzada la proyección estoy deseando que llegue su final. Tiene al menos la virtud de que su metraje apenas excede los 90 minutos, algo que acaba suponiendo un relativo alivio.
Y es que aunque ame el género no por ello estoy dispuesto a firmar un permanente cheque en blanco. Los nuevos creadores tienen que hacer méritos en un terreno donde hay abundantes referentes ilustres y bastantes competidores con muy buen nivel.
José Luis Vázquez