Director: Carlos Saldanha
Intérpretes: Animación.
Sinopsis: Ferdinand es un novillo muy tranquilo que prefiere sentarse bajo un árbol a oler las flores que saltar, resoplar y embestirse con otros. A medidad que va creciendo y haciéndose fuerte su temperamento no cambia y sigue siendo un toro manso. Un día unos hombres vienen buscando el toro más grande, rápido y bravo... y Ferdinand es elegido equivocadamente para las corridas de toros de Madrid. (FILMAFFINITY)
No resultaba a priori la temática taurina un asunto demasiado accesible o recomendable para el mundo infantil, o así me lo podía parecer, para encarar una producción de gran estudio norteamericano. Pero creo que ha sido un relativo, moderado acierto encomendar la dirección del proyecto al brasileño afincado en los USA Carlos Saldanha, principal responsable junto a Chris Wedge, de algunos de los mayores éxitos de la filial de la Fox especializada en el género, la ya reputada Blue Sky. En concreto de la justamente celebrada saga de ICE AGE (LA EDAD DE HIELO).
Siete largometrajes jalonan hasta la fecha su filmografía, a los que hay que sumar dos más referidos a aquél gran éxito pero ya en calidad de productor ejecutivo. Aparte del citado y de sus dos primeras continuaciones (EL DESHIELO y EL ORIGEN DE LOS DINOSAURIOS), o del más bien discreto ROBOTS, su mayor logro hasta la fecha es RÍO y su secuela, la historia de unos animosos guacamayos –Blu y Jewel- cuyas andanzas transcurren en la localidad natal del director, Río de Janeiro.
Saldanha vuelve a ejecutar un trabajo más que aceptable en el apartado técnico, pero apoyándose en una trama elemental y sin mayores complicaciones. El trazo de los animales protagonistas, en especial de ese sensible toro de lidia que antepone las flores a la violencia –todo muy happy flower- y que responde al nombre de Ferdinand, es firme, recio, consistente.
Está resuelta con asepsia narrativa salvo en su emotiva parte final, esa peculiar corrida con desenlace curioso y simpático –que no crea haga excesivamente feliz a los taurinos… o sí, vayan a saber, no puedo hablar con propiedad porque no me encuentro entre los mismos- que se desarrolla en la plaza de Las Ventas de Madrid poblada de esas enseñas españolas que han vuelto a florecer en los últimos tiempos. El estreno en algunos ambientes catalanes bien pudiera provocar sarpullidos (permítaseme la ironía).
No deja de ser una aceptable anomalía dentro de un terreno que se presta permanentemente a las mismas y que también en sí mismo lo es felizmente. Pero esta no es una de sus muestras más destacadas, eso sí es correcta y procura una amable distracción. No está mal ante un mercado saturado en productos de esta índole, algunos de enorme calidad (caso de COCO)… y más en estas fechas navideñas de vacaciones escolares.
José Luis Vázquez