sábado, 17 de mayo

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Estreno en Royal City

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Amor a la siciliana ()

Director: Pierfrancesco Deliberto

Intérpretes: Pierfrancesco Diliberto, Miriam Leone, Andrea Di Stefano, Stella Egitto

Sinopsis: Ambientada en la época de la llegada de los americanos a Sicilia durante la II Guerra Mundial, el personaje principal de la película, Arturo, tendrá que alistarse en el ejército de Estados Unidos si quiere ganarse el corazón de su amada Flora. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

EN GUERRA POR AMOR, ese es su verdadero título original, comienza de una manera, digamos que como una típica historia de amor con peculiares reminiscencias familiares; continúa de otra, un relato bélico con apuntes humorísticos, y concluye de manera sorprendente, al erigirse en denuncia de un episodio histórico acontecido durante la II Guerra Mundial no demasiado conocido o aireado.

Pues bien, en este cambio de registros, algo que bien podía ser de prever al ser dedicada al inicio al recientemente desaparecido cineasta Ettore Scola Scola (UNA MUJER Y TRES HOMBRES, LA TERRAZA, UNA JORNADA PARTICULAR, LA SALA DE BAILE, MACARRONES), estriban muchas virtudes y algún defectillo del segundo largometraje como director –también protagoniza y es autor del guión- del conocido artísticamente como Pif, o sea, Pierfrancesco Diliberto. Su debut hace cuatro años con LA MAFIA SOLO MATA EN VERANO presentaba ya varios aspectos aquí también desarrollados. Por ejemplo, el hecho de ser la Cosa Nostra el detonante principal de ambos argumentos.

Respecto a esos defectillos señalados aluden a una cierta dispersión que, de acuerdo, le concede riqueza tonal pero también en lo referido a algunas historias –la de esa madre y ese hijo que tienen al padre y marido combatiendo en el frente- se muestra un tanto dispersa.

Pero el saldo es francamente positivo porque no se atiene a normas estrictas. Esa extravagancia que muestra en algunos de sus pasajes, fellinianos, incluso o deudores de títulos más o menos recientes como LA VIDA ES BELLA, acaba resultando a la larga una virtud, pues a esos personajes tan italianos, tan costumbristas, es fácil que se les acabe cogiendo inevitable cariño en sus defectos y virtudes, en sus heroicidades y cobardías. Algo por otra parte que es una de las características principales de muchos de los títulos de oro del género, de maestros como Monicelli, Risi, Comencini o De Sica.

Vuelve a constituir este un ejemplo de lo que se viene denominando con tino una dramedy, mitad drama mitad comedia. Esta última no es exactamente de carcajadas sino más bien de sonrisas, aunque he de admitir que en algunos instantes la risa me brota fácil. Estoy pensando en esa descacharrante petición de mano en el lecho de un moribundo. O esos otros pasajes del ciego que detecta los ataques aéreos con bombas.

Pero la clave del asunto, lo que se acaba erigiendo en su principal sustancia se encuentra precisamente en los últimos compases. DIliberto vuelve a dar otro volantazo y enfrenta a su personaje con una toma de conciencia en toda regla. Y, lo que es francamente importante, nos abre la puerta de un episodio –anticipado ya al comienzo y durante su desarrollo- de lo más curioso y esclarecedor, acerca de Lucky Luciano y como la mafia siciliana se erige en la llave del desembarco norteamericano… y el precio a pagar. No diré más, pero resulta de lo más revelador acerca de lo vivido en las últimas décadas en la sociedad y en la política del país transalpino, mediterráneo.

Bañado todo ello por un toque de melancolía consustancial a aquellas latitudes, así como el aireo de las frustraciones de algunas de sus miserables o vitalistas criaturas. Desde luego la mirada ofrecida no es precisamente convencional, muestra personalidad y un sesgo fuera de estándares.

Quien sea admirador de la comedia clásica italiana con elementos lógicamente renovados, creo que puede pasar un muy buen rato con esta propuesta de calado final. Cuatro millones de espectadores autóctonos le han dado el refrendo, al menos en las taquillas.

Eso sí, hagan todo lo posible por escucharla en versión original con subtítulos. Es una aberración lo aquí perpetrado al ser doblada y perderse una buena parte de los chistes y giros de esa enriquecedora mezcla de inglés, italiano y siciliano. 

José Luis Vázquez