Director: Matthew Vaughn
Intérpretes: Taron Egerton, Julianne Moore, Halle Berry, Mark Strong, Jeff Bridges, Channing Tatum, Pedro Pascal, Sophie Cookson, Edward Holcroft, Elton John, Ayman Khechini, Alessandro De Marco, Colin Firth
Sinopsis: Se produce un ataque contra el cuartel general de Kingsman y aparece un nuevo villano. Eggsy y Merlin tienen que colaborar con la agencia norteamericana para salvar al mundo.(FILMAFFINITY)
La secuela del más que apreciable y ultraviolento entretenimiento KINGSMAN: SERVICIO SECRETO casi comienza de manera sádica a propósito de picadillos –no especificaré más- y casi se clausura de idéntica manera. Entre medias, algunas secuencias verdaderamente descabelladas cuando no estrambóticas dentro de ese tono “todo vale” con los que los cómplices de esta nueva franquicia de agentes secretos acudimos ávidos a verla. Me refiero a ese microchip introducido vaginalmente y no seré mucho más explícito, pues pese a lo suficientemente dicho ya les advierto que quien vaya buscando un exclusivo morbo sexual verá defraudadas sus expectativas.
Hago estas primeras alusiones para determinar y que tengan en cuenta el carácter extravagante, excesivo, gamberro y disfrutablemente que continúa manteniendo esta continuación que multiplica casi por tres los efectos digitales y las virguerías volatineras de la primera. Nada de extrañar pues quien se encuentra tras las cámaras, quien reincide, es el rompedor Matthew Vaughn, el firmante también de STARDUST, KICK ASS y X-MEN: PRIMERA GENERACÍÓN, espectáculos exuberantes hasta la extenuación que, al contrario que otros coetáneos suyos, muestra imaginación e inventiva visual.
Añadan a ello una potentísima banda sonora de temas de antaño de inequívoco sabor americano (la película es un homenaje con cierta malévola carga de profundidad a ambientes sureños de los USA), secuencias de acción al más desenfrenado y mejor estilo coreano, algunos cameos francamente estimulantes como el de un Elton John de lo más glam (o los de Jeff Bridges y Halle Berry, reforzando la parte yanqui) y una villana de armas tomar (la siempre estupenda Julianne Moore como una vintage reina del narcotráfico de sugerente nombre: Poppy) y entenderán las razones de su tirón.
Por supuesto, es también importante encararla con ánimo festivo, incluso fallero con tropezones “kitsch”. Supone un cruce de JAMES BOND (aquí también hay gadgets, algunos de los más sorpresivos tienen forma de látigo psicotrónico) con HARRY PALMER, o de FLINT AGENTE SECRETO, MATT HELM y otros demenciales compañeros de profesión surgidos en la década de los 60, pero siempre recuperando de ellos o exhibiendo un tono entre irónico y guasón.
Inevitable y de manifiesta obviedad me supone pensar en quién se ha inspirado para recrear a ese mandatario de la Casa Blanca. Lo dejo a su libre imaginación, pero está facilito. Bueno, reconozco que ese puede que sea uno de sus puntos o pasajes más evidentes y breves a la vez. Aunque ese diálogo que mantiene con su general para erradicar a los fumetas y drogatas del mundo no deja de tener su terrible aquél.
También el hecho de haber aumentado las dosis de desenfreno y acción, por mucho que su montaje vuelva a resultar rompedor, no favorece su desarrollo, pues en muchos momentos ese registro acumulativo que gasta me lleva al agotamiento.
Incluso algunas frases o secuencias revividas del original con ligeros cambios, como ese enfrentamiento contra un grupo de garrulos de la América profunda (en la anterior cockneys), tal vez sobraran en este reencuentro, sencillamente por repetitivo, aunque eso parece que sea lo que demanda hoy en día una buena parte del personal que acude a las salas. Ir sobre seguro, no arriesgar.
Eso sí, volver a contar con la presencia de Colin Firth y algunos brillantes secundarios (Mark Strong como Merlin o Pedro Pascal com Whiskey, también tiene su gracia Channing Tatum como Tequila) vuelve a constituir un placer de lo más gratificante.
No engaña, da más de lo mismo pero en arrobas sobrepasadas y si se dejan llevar por su llamativo envoltorio y su arrollador ritmo hasta podrían pasar un buen rato.
Viva Glastonbury.
José Luis Vázquez