Director: Brett Ratner
Intérpretes: Nicolas Cage, Téa Leoni, Don Cheadle, Amber Valletta, Jeremy Piven, Saul Rubinek, Josef Sommer, Mary Beth Hurt, Makenzie Vega, Francine York, Harve Presnell, Ruth Williamson, Kate Walsh, Ken Leung
Sinopsis: Jack Campbell (Nicolas Cage) es un egocéntrico broker de Wall Street cuya única obsesión es el trabajo y una vida llena de lujo. Un día, tras un incidente en una tienda el día de Nochebuena, se despierta viviendo otra vida: es un humilde vendedor de neumáticos de Nueva Jersey, casado con su antigua novia Kate (Téa Leoni), a la que había abandonado hacía años para que no obstaculizará su carrera en el mundo de las finanzas.
Salvando las distancias, bien podría FAMILY MAN ser considerada como el ¡QUÉ BELLO ES VIVIR! (comienza también el día de Nochebuena con un punto de partida de lo más parecido) de este milenio, en color y con protagonismo de un actor por el que siempre he sentido debilidad, aún en sus actuaciones más cargantes y desaforadas, Nicolas Cage (probablemente serán pocos los que negarán su portentosa interpretación en LEAVING LAS VEGAS). El propio intérprete participaría en la realización de la película a través de su productora Saturn Films
Este melodrama hogareño y navideño vuelve a tocar asuntos muy queridos y afortunados del cine americano de cualquier época, como aquellos referidos a redenciones y a esas segundas oportunidades que a veces ofrece la vida. Lo hace mediante un argumento fantasioso, una paradoja temporal como la que proponía el genial Frank Capra: qué hubiera sido de mi vida si en vez de…
Pero claro, todo ello, y más si está enmarcado en ambientes propios de esas fechas invernales, tiene un origen fundamental, el célebre, aleccionador y extraordinario CUENTO DE NAVIDAD de Charles Dickens. Al fin y al cabo, todo queda en la narrativa anglosajona.
Cage viene a ser descendiente directo y convenientemente actualizado de aquél detestable Mr. Scrooge, que piensa nada más que en su exclusivo interés y “felicidad” a costa de comportarse despóticamente con quienes le rodean.
La pareja que forma el actor con la adorable Téa Leoni es verdaderamente encantadora. Sus escenas en común destilan feeling, confortabilidad, calidez.
Todos estos referentes y antecedentes literarios, para hacer un canto muy creíble a valores tradicionales y familiares que, indistintamente de ser compartidos o de la credulidad que pueda generar en muchos, están mostrados desde una fuerza expresiva y afectiva que atrapan desde el minuto uno hasta el final. Cuestiona becerros de oro de estos y de cualquiera otros tiempos -por favor, no se lea esto desde molestos moralismos-, tales como el éxito, el dinero o el sexo rápido. Como ya comentó en su momento más de uno, plantea preguntas del tipo ¿qué es más importante, lo material o lo afectivo?
Brett Ratner, su director, recurrió a un estilo clásico tradicional para mostrar desde la emotividad una historia que tiene vigencia y siempre colocando la cámara en el sitio adecuado, sin parafernalias de ningún tipo.
Añadan que el casi inevitable en cuestiones de este tipo, Danny Elfman (EDUARDO MANOSTIJERAS) volvió a componer una partitura envolvente, repleta de lirismo, que pone la guinda al pastel... nunca mejor dicho.
En su momento, no fue excesivamente considerada, pero ya saben la manía que tengo de defender –porque así lo siento, claro- títulos ignorados o causas perdidas en este terreno. La he visto hace poco y me reafirmo en mi pensamiento: MARAVILLOSA, aparte de profunda en el mejor sentido del término y, a la vez, sencilla.
José Luis Vázquez