sábado, 26 de abril

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Estreno en Royal City

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M.A.S.H. ()

Director: Robert Altman

Intérpretes: Donald Sutherland, Elliott Gould, Tom Skerritt, Sally Kellerman, Robert Duvall, Jo Ann Pflug, Rene Auberjonois, Bud Cort, Fred Williamson, John Schuck, Gary Burghoff

Sinopsis: M.A.S.H. narra las aventuras de dos cirujanos del ejército destinados a una unidad móvil médica en Corea durante la guerra. Tanto ellos como su equipo de enfermeras se toman el trabajo muy en serio pero, en su tiempo libre, las bromas constantes y la ironía hacen más llevadera la situación. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

Hay que tener en cuenta el contexto en el que surge esta prestigiosa producción estadounidense, plena contienda de Vietnam, y el espíritu que invadía la década de los 70 –en los USA, claro- en los que fue concebida, irreverente y satírico. Y también tener en cuenta una dureza inhabitual hasta entonces, al menos en lo que a algunas crudas escenas de quirófano se refiere. Eso sí, al estar localizada en la retaguardia, no escucharán sonido de disparos, salvo el que sirve de inicio a un match de rugby.

Será bueno comprobar cuál ha sido el efecto provocado por el paso del tiempo, o si no hay efecto alguno y continúa conservando algunas de las buenas cualidades que le concedieron enorme popularidad e importantes galardones.

El título de siglas responde a la abreviatura de una unidad móvil del ejército estadounidense destinado en Corea (en realidad el conflicto pretendidamente reflejado es el anteriormente mencionado… aunque nunca se mencione como tal)… Mobile Army Surgical Hospital. Trata de las aventuras o desventuras, de las guasas que se traen dos cirujanos allí destinados y del equipo a su alrededor.

Y aunque nunca he reverenciado el cine de Robert Altman salvo en siete u ocho ocasiones (LOS VIVIDORES, NASHVILLE, CONFLICTO DE INTERESES, EL JUEGO DE HOLLYWOOD, KANSAS CITY, COOKIE´S FORTUNE, GOSFORD PARK, VIDAS CRUZADAS) en las que sí me ha ganado para su causa, aquí ese estilo a veces un tanto farragoso y premioso que le acompañaba, encuentra una acertada trasmutación debido a una mayor viveza y a su sentido del humor.

Protagonizada por un reparto de feos, algo a lo que inicialmente se opusieron los productores, finalmente se acabaría erigiendo como un acierto la elección de los principales, Donald Sutherland (que exigió más protagonismo, a punto de embarcarse ese mismo año en otra sarcástica humorada bélica, espléndida, ambientada en la 2ª Guerra Mundial: LOS VIOLENTOS DE KELLY) y Elliot Gould, los dos  poseedores de efectivos y amplios registros humorísticos. No quiero olvidarme tampoco de Tom Skerritt, Robert Duvall y una muy guapa, rotunda Sally Kellerman.

La novela del que fuera cirujano Richard Hooker puso en bandeja al buen guionista Ring Lardner Jr. un texto cáustico, corrosivo, que se muestra como una atinada sátira tanto antibelicista como médica. Los chistes contenidos, numerosos, adquieren una connotación especial al estar enmarcados en un ambiente tan trágico. El humor bascula de lo sutilmente acertado a lo chabacano. En cualquier caso, los diálogos mantienen un elevado nivel de acidez y tiran de una saludable ironía.

En lo que respecta a la dirección de Altman abusa de un recurso muy de moda en la época, el zoom. Aunque lo más importante son las trastadas que llevó a cabo con los actores y que dieron buenos resultados para el buen resultado final.

Desde luego momentos como la recreación de la Última Cena, el relativo a la lona de las duchas femeninas, el del jeep robado, el partido de fútbol americano o aquél que alude a Morritos Calientes, la enfermera, y Robert Duvall enrollándose al oído de todos, seguramente seguirán conservando la misma eficacia y gracia que en su origen.

Un detalle a retener es el tema musical principal, SUICIDE IS PAINLESS. Traducido al español es EL SUICIDIO ES INDOLORO. Suficientemente explícito del carácter general de la película.

Al cabo de los años disfrutó de una secuela en forma de serie televisiva y con Alan Alda como cabeza visible. El único personaje que mantuvieron del original fue el de Radar, encarnado por Gary Burghoff.

Entre sus galardones figura el Globo de Oro a la mejor película en el apartado de comedia y la Palma de Oro del Festival de Cannes. Tuvo 5 nominaciones al Oscar, cosechando finalmente el de guión adaptado.

Permaneció prohibida en España seis años, hasta 1976, debido a su antimilitarismo.

Tal vez se la magnificara en exceso cuando se estrenó, en 1970, algo por otra parte entendible porque resultó bastante rompedora. Se impone por tanto conveniente un nuevo visionado.

 

José Luis Vázquez