Director: Fabio Guaglione y Fabio Resinaro
Intérpretes: Armie Hammer, Annabelle Wallis, Tom Cullen, Juliet Aubrey, Geoff Bell, Clint Dyer
Sinopsis: Un soldado se queda de repente solo y perdido en medio del desierto tras una misión que sale mal.
Bien podría ser considerada MINE como un BURIED (ENTERRADO) de la superficie y a plena luz del sol. Su premisa es simple pero indudablemente llamativa y efectista… que no finalmente efectiva. Y conste que hay unos cuantos ejemplos más de cine filmado en espacios reducidos, pero creo que el anterior es el que se encuentra más presente en las retinas de los espectadores, y uno de los más destacados también.
Un soldado estadounidense tras una misión fallida en el desierto iraquí pisa una mina de la que no puede despegar el pie si no quiere volar por los aires en añicos. Esto que sin duda tiene a priori un gran interés dramático, no acaba dando de sí mucho más que este interesante punto de partida.
Por partes, la cuestión angustiosa, de pura tensión funciona discretamente a medias, pero la de las reflexiones del protagonista, la doctrina, la tesis, como lo quieran denominar, es más bien pura filfa. Por supuesto, la idea tenía su aquél, pero haría falta que tras las cámaras se encontrara un director más diestro que el formado por los italianos, milaneses para más precisión, Fabio Guaglione y Fabio Resinato.
Lo de las alucinaciones o lo de esos flash backs que indagan en aspectos conflictivos del tipo atrapado, traumáticos más bien, no ayudan precisamente a que la cosa avance, sino que más bien se van erigiendo más bien en todo un estorbo.
Sí me parece de justicia destacar, en parte por eso la califico con un 2, el esfuerzo llevado a cabo por el intérprete casi exclusivo (hay algunas otras apariciones, aunque todas ellas episódicas cuando no fugaces), un Armie Hammer (J. EDGAR, EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN, correré un tupido velo sobre su intervención en EL LLANERO SOLITARIO como enmascarado dando réplica a Johnny Depp: menudo fiasco) entendiblemente sudoroso, sufriente, pero no basta ello para darle la vuelta a tan inamovible progresión (con interés me refiero, por supuesto que la situación límite propone incertidumbre).
Algunos le reprocharon su neutralidad por el asunto de fondo de la guerra de Irak, pero no creo que sea convenientemente sacar las cosas de quicio, estamos ante un producto de aventuras, acción, como lo quieran denominar, sin mayores implicaciones éticas y políticas, de fácil consumo y más fácil aún regurgitación.
José Luis Vázquez