Director: Chris Wedge
Intérpretes: Lucas Till, Jane Levy, Amy Ryan, Rob Lowe, Thomas Lennon, Barry Pepper, Danny Glover, Frank Whaley
Sinopsis: Tratando de evadirse de la vida en el pueblo en el que se encuentra atrapado desde que nació, Tripp (Lucas Till), un estudiante de último curso de instituto, construye un Monster Truck a partir de piezas y restos de coches de desguace.
Después de un accidente en un yacimiento cercano en el que se estaban realizando perforaciones en busca de petróleo, aparece una extraña criatura subterránea, que posee una pasión y habilidad especiales para la velocidad. Es entonces cuando Tripp descubre que puede haber encontrado la clave para escapar de su pueblo... además de conocer al más inesperado de los amigos.
El primer estreno en sala del año es decepcionante. Visto lo que va a desembarcar en enero y febrero, habrá que creer que no supone un mal augurio sino una mera y mala coincidencia. Casi ni me atrevería a recomendársela a los más pequeños, claro que dada la chatarrería digital que absorben últimamente, seguramente les parecerá simpática. Su título MONSTER TRUCKS, idéntico en el original, así se ahorran nuevo enunciado. Lo veo en casi completa soledad. Suele ocurrir la noche de Reyes, algo que para mí ya supone tradición en sí misma, indistintamente de la calidad del producto.
Vamos a ganar tiempo, el suyo y el mío ¿les parece? Intentaré que sea una constante a partir de este momento. Por tanto, no voy a extenderme mucho con este primer bodriete visto en 2017.
Basada en la línea de juguetes de Hasbro, esto no necesariamente suponía un buen aval, si me apuran, más bien lo contrario. Últimamente me pasa con estas influencias como las de los vídeojuegos, el saldo acaba resultando de lo más pobretón.
Constituye un refrito más modesto pero del todo indigesto de la espantosa saga TRANSFORMERS y de tantas de esas comedietas juveniles propias del cine americano de décadas no tan lejanas, inclusive algún osado se ha atrevido a mencionar a la maravillosa LOS GOONIES. En fin, de todo tenemos que estar en la viña del señor. El resultado, un desperdicio desde el minuto uno hasta el 104 aproximadamente. Yo de ustedes me la ahorraría.
Mi rechazo hacia la misma parte de un guión de una pobreza y de una falta de enjundia alarmantes, que más que evocar el cine ochentero se inspira más bien en cierto repelente cine noventero de “blockbusters”. Continúa por un diseño de criatura antediluviana (la cosa va de prospección petrolífera en un lugar en el que se han mantenido a lo largo de los siglos una singular especie animal) repelente en su esforzada simpatía y se remata con unos actores francamente anodinos, sobre todo en lo referido a los más jóvenes.
Siento que el bueno de Danny Glover (el compañero más sensato de Gibson en ARMA LETAL, EL COLOR PÚRPURA) esté viviendo una etapa profesional de demasiados subproductos como éste. Al menos, queda como consuelo que su personaje, su aparición es meramente testimonial.
Podría haberse esperado más de su director, Chris Wedge, el mismo que firmara dos sobresalientes producciones animadas –ICE AGE: LA EDAD DE HIELO y EPIC: EL MUNDO SECRETO- y otra más bien discreta –ROBOTS-, en el que aquí constituye su salto al largometraje de imagen real, pese a que el monstruito beba de técnicas propias del campo en el que ha venido desenvolviéndose.
Adolece de los defectos propios de quien no acaba de dar el salto adecuado y maneja a los actores como “cartoon” insulso y rutinario, y carece de las virtudes del género del que procede.
José Luis Vázquez