lunes, 5 de mayo

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Estreno en Royal City

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La Pantera Rosa ()

Director: Blake Edwards

Intérpretes: Peter Sellers, David Niven, Capucine, Robert Wagner, Claudia Cardinale, John Le Mesurier, Brenda de Banzie

Sinopsis: La seductora Princesa Dala (Claudia Cardinale) llega con su preciosa "pantera rosa", una magnífica joya en forma de felino, a un lujoso hotel, en el que conoce al elegante y amable Sir Charles (David Niven), bajo cuya inofensiva apariencia se oculta, sin embargo, un despiadado ladrón profesional conocido como "el fantasma". De impedir que el astuto delincuente se salga con la suya, se encarga el inspector más torpe de la policía francesa, nada más y nada menos que el famoso Jacques Clouseau (Peter Sellers).

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Si hablamos de comedia brillante y sofisticada, uno de sus monarcas ha sido, sin duda, el cineasta estadounidense de Tulsa Blake Edwards, fallecido hace dos años y medio. Éste es, probablemente, su título más reconocible, DESAYUNO CON DIAMANTES aparte. Su inicio ya predispone, aunque se haya visto muchas veces, para lo mejor.

Y, sin la menor duda, una de sus cimas artísticas dentro del género lo constituye esta PINK PANTHER. Alude a un diamante de gran valor codiciado por un experto ladrón de guante blanco, conocido por El Fantasma y encarnado con su habitual elegancia por David Niven.

Pero el gran hallazgo de esta primera entrega de la que acabaría siendo una longeva saga que  fue, paulatinamente, de lo más excelso a la más absoluta y mercantilista de las mediocridades, es el torpón inspector de la policía francesa aquí protagonista, Jacques Clouseau, memorable creación del actor fetiche del director, Peter Sellers. El cual le confirió un tono entre patético, desastroso y tierno imposible de poder ser despegado de las retinas, pues además, su comicidad resulta muy visual, característica de ese cine mudo que tanto veneraban ambos creadores.

A su lado, actrices, mujeres del fuste y la envergadura de una imponente Claudia Cardinale en toda su plenitud, o de la siempre elegante, esbelta, Capucine, tres y dos años después de haber intervenido en producciones tan populares como el western ALASKA, TIERRA DE ORO o el melodrama escabroso LA GATA NEGRA.

Pese a cierto tono de tebeo, uno de sus mayores logros es la humanización de los personajes de caricatura que se proponen.

Se partió para ello de un guión de enredo de ejemplar habilidad y diseño; una fotografía magistral, de tonos suaves, de Philip Lathrop; una exquisita, antológica banda sonora del imprescindible e inseparable Henry Mancini, con temas tan maravillosos como ese MEGLIO STASERA que se marca una sugerente Fran Jeffries, o el que sería cabecera de la serie, el famosísimo PINK PANTHER (un tema de jazz con un saxo tenor como principal elemento) y, finalmente, una serie de gags descacharrantes, como esa fiesta de disfraces con la que culmina este sofisticado vodevil y la posterior persecución de una fauna dispar disfrazada por las calles de un pueblo mientras un anciano asiste impertérrito a la misma.

Como sello distintivo, se recurrió a un dibujo animado para ilustrar el comienzo y los créditos finales. Edwards se lo encargó a prestigioso animador Fritz Freleng (el creador de Bugs Bunny, Speedy González, Piolín, el gato Silvestre o Porky, entre tantos otros hallazgos) con tres condiciones: que fuera gracioso, mudo y de color rosa. Las tres solicitudes fueron generosamente obedecidas.

El éxito comercial fue arrollador. Con toda justicia, pues estamos ante uno de los grandes referentes en comedia de toda la Historia del Séptimo Arte.

La imaginación, el humor y el estilo rocían de principio a fin esta parodia de valor superior a la joya codiciada por todos. Otra de esas comedias que ante cada nueva revisión, renuevan mi adhesión e incondicionalidad.

 

 

José Luis Vázquez