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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Martes, 24 de abril

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Foto: David Hayman, Celia Imrie, Joanna Lumley, Imelda Staunton y Timothy Spall en Bailando la vida/Finding your feet

-Menudo feliz descubrimiento el de la producción británica BAILANDO LA VIDA (FINDING YOUR FEET). Supone el quinto estreno que veo del fin de semana:

Vuelve a suceder. Me refiero a no compartir ni mucho menos ni por lo más remoto la mayoría de las opiniones, el diagnóstico negativo vertido por mis colegas en torno a esta comedia dramática, agridulce que cala, y bien calado, en mi corazón ¿Suena cursi? Como diría Rhett Bhutler, me importa un bledo.

Un ejemplo excelente de feel-good movie, o sea, de film de buenos sentimientos, de los que hacen sentir bien, de melaza reparadora, tonificante.

Es de esas películas que ayudan a vivir, sobre todo a cierta edad. E incluso que pueden contribuir a que nos sintamos mejores personas, no todas claro.

Y aunque no gira exclusivamente en torno a una academia de baile, ésta sí tiene su importancia en una trama que abunda en momentos amables y también en otros dramáticos, tristones o decepcionantes. La última que vi y me encandiló completamente sobre tal referente fue la sensacional SHALL WE DANCE? en su remake norteamericano. Pero no se olvide yéndonos a años atrás LA SALA DE BAILE o GINGER Y FRED, ambas producciones italianas. La segunda de ellas también protagonizada por gente dejémoslo en veterana.

Veteranos dispuestos a aprovechar una segunda oportunidad que la vida les concede en terrenos amorosos, pero también dispuestos a reconciliaciones fraternales inesperadas. Por supuesto su argumento incide en situaciones y tópicos varios, desde el alzheimer al adulterio pasando por cierta promiscuidad y un romance otoñal (¿recuerdan aquélla estupenda película de Beeban Kidron de idéntico título con Shirley MacLaine?), sublimados por una dirección adecuada, ponderadamente funcional y un grupo de actores británicos sencillamente espléndido.

Por aquí se pasean ni más ni menos que Imelda Staunton (EL SECRETO DE VERA DRAKE), Timothy Spall (SECRETOS Y MENTIRAS, MR. TURNER, la reciente y curiosa THE PARTY), Celia Imrie (LAS CHICAS DEL CALENDARIO), David Hayman (EL SASTRE DE PANAMÁ) y la imponente ex vengadora –televisiva, nada que ver con los super héroes marvelianos de inmediato aterrizaje en su versión más “blockbuster”- Joanna Lumley. Lástima que ésta última no saga más, pues se encuentra en espléndida forma física e interpretativa a sus resplandecientes 72 años.

Para precisar más de qué va en esencia esto, les indico una referencia coetánea, EL EXÓTICO HOTEL MARIGOLD, otra exaltación gratificante –un poco menos redonda, pero grata- de la tercera edad.

Con resultados aún mejores que la citada, aunque las dos rebosantes de esa profesionalidad tan “british” que siempre constituye un plus, es una siempre oportuna reivindicación de la alegría de vivir en cualquier época de nuestras vidas, de aferrarse a este mundo, de alejarse a veces necesariamente de zonas de confort, de descubrir al otro. Y de no bajar nunca los brazos, ni las piernas, ni las ilusiones, las de cualquier tipo.

De propina sale al final Roma en plan topicazo. Pués qué bien, una perfecta guinda a un pastel cocinado con receta segura y paciente, con la solidez de los buenos y experimentados cocineros cinematográficos.

Una verdadera delicia plácida, serenamente narrada por Richard Loncraine (CÍRCULO DE LA MUERTE, FIREWALL, MÁS VALE SOLA QUE MAL ACOMPAÑADA, la última suya estrenada entre nosotros y vista la encantadora ÁTICO SIN ASCENSOR con Morgan Freeman y Diane Keaton). De las que salgo con un sonrisón de oreja a oreja finalizada su proyección.

-Una maravillosa manera de despedir el mes de abril de VERSIÓN UCLM es con la terrorífica, angustiosa y sensacional UN LUGAR TRANQUILO (A QUIET PLACE). La verdad es que tiene cierta guasa su elección, pues apenas se pronuncian más allá de 5 o 6 frases durante su metraje, pero da igual, su calidad la hace merecedora de figurar con letras de molde en esta actividad. Sirve para dar buena cuenta de los numerosos aficionados al género en la capital y aledaños:

Me había comprometido como aperitivo proyectar y presentar por parte de su autor el brillante cortometraje sobre violencia de género y más cosas XYX de Daniel Chamorro. Supone todo un acierto. Su factura visual es impecable, algo habitual en su director, en esta ocasión aún más acentuada por el excelente trabajo del gran Tote Trenas. Se puede interpretar de muchas maneras y me atrevería a decir que todas válidas. Los planos detalle, como ese teléfono descolgado, nos dan suficientes pistas sobre lo que late de fondo. Es una acertada fusión de suspense, terror y crítica social. Con razón su autor ha denominado a su trabajo como “terror social”. Es refrendada con aplausos, Cuánto alegra que un hijo de la tierra sea reconocido, pese a no resultar nada fácil hacer cine desde aquí. Mi más sincera enhorabuena.

A continuación, la película prometida, me atrevería a proclamar que prácticamente un clásico instantáneo del género en el que conviven miedos diversos y cuestiones espeluznantes. Algo al respecto una alusión sobre un artículo de nuestro colaborador de los lunes en Barricada Cultural, el –en todos los sentidos- bueno de Fernando Aceytón Sorrentini. A su vez se ha inspirado en otro de Manuel Hidalgo, que a su vez se centra en un ensayo del británico Mark Fisher en torno a un ensayo en el que analiza conceptos como como raro y el anteriormente citado de espeluznante en el ámbito del cine y la literatura de terror. Dice textualmente: “Es raro algo o alguien que está donde no debería haber nada ni nadie. Y es espeluznante que no haya nada ni nadie donde debería haber algo o alguien. Verdaderamente sutil. La presencia de lo que no procede o la ausencia de lo que debería estar ahí provocan, por sí mismas, miedo o terror”. Ahí queda eso.

Está primorosamente filmada. El director de LOS HOLLAN y ENTREVISTAS BREVES CON HOMBRES REPULSIVOS, John Krasinski, consigue dar de lleno en la diana con su tercer largometraje tras las cámaras, pues no se olvide que ya contaba con una amplia filmografía como actor.

Y si anteriormente XYX era denominado como terror social, este largometraje bien podría ser considerado como una distopía rural de carácter eminentemente realista, lo cual no le resta ni un ápice de terror o angustia, no tienen porqué ser incompatibles.

Nos muestra en según que condiciones lo terrible que puede ser dar a luz, o lo más doloroso aún de lo que resulta de por sí incrustarse un clavo en el talón.

Tras este segundo visionado continúa alucinándome lo dramático y alucinante que puede ser utilizar la austencia de diálogos o incluso de sonido, aunque éste se encuentre presente en todo momento.

Al fin y al cabo, esto es cine mudo casi puro y duro.

Extraordinaria, de verdad (para completar esta apostilla, acudan a la crítica del sábado 21 de marzo donde me extiendo con mayor amplitud). De lo mejorcito dentro de estos parámetros visto en años. Como mínimo, a la misma altura de otro buen puñado de títulos.