sábado, 24 de mayo

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Miércoles, 31 de enero

Imprimir artículo

Foto: Dylan O'Brien y Kaya Scodelario en El corredor del laberinto: La cura mortal/Maze runner: The death cure

-Remato el tercer y último estreno que todavía tenía pendiente de este fin de semana (uno de los parcos de los últimos tiempos), EL CORREDOR DEL LABERINTO: LA CURA MORTAL (MAZE RUNNER: THE DEATH CURE):

Si bien con la segunda parte cinematográfica de la trilogía de EL CORREDOR DEL LABERINTO (escrita por James Dasher), la conocida como LAS PRUEBAS, se perdió gas respecto a la primera y francamente interesante entrega, titulada tal cual, EL CORREDOR DEL LABERINTO, con esta tercera con la que concluye la mini saga, se vuelve en parte a elevar moderadamente el vuelo.

La historia es igual de plana y tan de lugares comunes como lo fueron sus antecesoras o distopías similares (encontrarán bastante de los aditamentos con los que se aliñan estas ensaladas: escenarios postapocalípticos, parafernalia robótica, plagas, rebeliones juveniles…), pero un buen ritmo y una apreciable espectacularidad la acaban redimiendo definitivamente del suspenso. Me quedo con la secuencia inicial, un asalto a un tren en tiempos tecnológicos con clara estructura western. Es decir, volvemos constantemente a los mismísimos orígenes del de barracón de feria: recuérdese la fundacional en casi todos los sentidos ASALTO Y ROBO DE UN TREN de Edwin S. Porter (1903) con Bronco Billy Anderson.

Resulta un entretenimiento vistoso, que entiendo requiere estar un poco al tanto de lo que va esto, no porque ello suponga una excesiva complejidad sino por atar cabo de personajes y situaciones. Eso sí, trama y diálogos resultan olvidables.

Vuelve a repetir el director de los dos títulos previos, Wes Ball, y aquí se muestra un tanto más entonado que en la susodicha LAS PRUEBAS. Su trabajo consiste fundamentalmente en coordinar con acierto las secuencias de acción de abundantes efectos digitales sin mayores sutilezas. Lo que supusiera una relativamente original salida a escena y un más que curioso suspense y “atrevidilla” en aquél primer desembarco, es sustituido aquí por una narrativa más mecánica y funcional.

En fin, otra franquicia que se liquida. Y la verdad es que he llegado a un punto de saturación. Es de prever que una buena porción de la muchachada actual seguirá esto con fruición y disfrute. Yo ya llego algo deslomado y cansado a estas cosas, a LOS JUEGOS DEL HAMBRE (también con intermitencias y arritmias es lo más apañado de este tipo de empresas surgidas en los últimos tiempos) o a LA SERIE DIVERGENTE. Noto que los primeros síntomas jurásicos van arraigando en mí. Y me considero joven eh, conste en acta.

Le reconozco buen empaquetado, pero faltaría más en una superproducción de estas características. De los actores poco que decir, solventan -corren mucho, como ya sugiere el título- sin esfuerzo sus laxos personajes. La banda sonora remarca en exceso su supuesta emotividad. Sus 142 minutos se hacen un poquito largos. Los fans seguramente los/la recibirán bien, el resto tal vez deberían abstenerse, pero esa es una decisión de cada cual. Avisados quedan en cualquier caso de lo que se pueden encontrar.