Foto: Julie Hagerty, Robert Hays y Leslie Nielsen en Aterriza como puedas/Airplane!
-Antes de meterme en faena, felicitarles a todos ustedes, lectores fieles, intermitentes o fugaces, por este recién estrenado 2018. Desear que lo hayan entrado con el mejor posible. Y adelantarles qué en la entrega del Diario del Cinéfilo de mañana, martes 2 de enero, tendrán la posibilidad de poder leer el listado de todos los estrenos habidos en Ciudad Real durante 2017, con sus correspondientes calificaciones y subrayando mis favoritos tanto españoles, estadounidenses como totales:
No me detengo en lo que es la pura crítica, pues todas las de ellos –salvo de 3 títulos, los únicos que se me escaparon- las tienen a su disposición en estas mismas páginas del periódico digital. Otra cosa es que puedan o no comulgar con mis reflexiones, pero esta es una de las gracias de las películas, del arte en general y de la vida... El hecho de tener opiniones diversas sobre ello.
Mis mejores deseos no solo para este año sino para siempre. Vayan preparándose para un año de cine francamente espectacular si lo anunciado responde a un mínimo de expectativas. El que nos deja considero que ha sido espléndido y otra demostración de que el cine español ha cogido impulso y mantiene una buena línea.
-La primera película del año que justo comienzo a verla a las 00:04, en el Canal 0 de Movistar, tras las preceptivas campanadas (tan sólo en una ocasión una mezcla de orujo de hierbas del terruño y de sidra me impidió celebrarlas), es una comedia que las varias veces que la he visto siempre me ha procurado felicidad y abundantes carcajadas. Creó tendencia, fue relativamente innovadora, un taquillazo en toda regla y tiene bastante importancia en la historia del género. Se trata de la hilarante, regocijante ATERRIZA COMO PUEDAS (AIRPLANE!):
La década de los 80 no pudo comenzar mejor en el terreno de la comedia cinematográfica con el antecedente de la magistral y desternillante LA VIDA DE BRIAN, con varias más memorables, pero con dos especialmente descacharrantes, gamberrotas, desmadradas, paródicas, y tremendamente divertidas: LOCA ACADEMIA DE POLICÍA –ésta ya un tanto avanzada, de 1984- de Hugh Wilson (¡qué decepcionante desinfle posterior!) y ATERRIZA COMO PUEDAS de Jim Abrahams y los ingeniosos y hábiles hermanos Zucker, David y Jerry, responsable el segundo de dos preciosos cuentos de corte fantástico y mitológico: GHOST MÁS ALLÁ DEL AMOR y EL PRIMER CABALLERO.
AIRPLANE en el original o ATERRIZA COMO PUEDAS en el español, es un continuo desfile de gags a cuál más disparatado y efectivo. Diría que casi en un ochenta o noventa por ciento resultan de lo más efectivos y logrados. Un porcentaje elevadísimo para una obra artística sea cual fuere su soporte. El de esnifar pegamento o el de la hilera de viajeros esperando para hacer entrar en razón a una niña con todos los contundentes métodos materiales que puedan suponer, son solo un mínimo ejemplo de la enorme cantidad que proporciona.
No es menos cierto, además, que abriría un camino que acabaría vulgarizándose hasta extremos insoportables. Ahí está si no para corroborarlo la interminable serie de SCARY MOVIE.
Su intención primera supongo que fue la de darle la vuelta al calcetín a grandes títulos de Hollywood de carácter dramático o catastrofista, desde el más evidente AEROPUERTO y toda su saga hasta ese comienzo “spielbergiano” a lo TIBURÓN. Es decir, carece de petulantes pretensiones, salvo la siempre sagrada y suprema de entretener al espectador, y eso me genera un plus, una mayor simpatía aún.
Constituyó igualmente el fulminante despegue de una segunda carrera en la trayectoria del buen y simpático actor estadounidense canoso Leslie Nielsen. Numerosos grandes secundarios del cine norteamericano de cualquier época (en este caso nombres como el patriarca de los Bridges de nombre Lloyd, Robert Stack, Peter Graves o el mismísimo y mítico baloncestista Kareem Abdul-Jabbar) le arroparon brillantemente, así como una joven pareja protagonista muy resultona y que posteriormente tampoco acabaría ofreciendo muchas otras alegrías. Me refiero a Julie Hagerty y Robert Hays.
Todo acompañado musicalmente por una formidable y elocuente banda sonora del maestro Elmer Bernstein que siempre imprime ritmo con sagacidad y talento a unas imágenes de gran dinamismo y de un surrealismo contagioso.
Curiosamente, puede provocar hoy en día que resulte manido o un tanto redundante un título que precisamente sería el primero en crear escuela de un subgénero que repetiría después esquemas y situaciones hasta el hartazgo… pero ya sin su chispa y frescura. Pero esta es la auténtica, la única, la original, la fetén. Comicidad en estado puro.
Leí una vez que Groucho Marx se sentiría orgulloso de esta película. No quisiera especular sobre gustos ajenos, pero estoy bastante de acuerdo con esta aseveración. Es una casi inmejorable muestra del absurdo elevado a la enésima potencia.
-Me pego un palizón de lo más gratificante. Veo seguidos en el canal Sundance los cinco primeros capítulos -60 minutos de duración cada uno- de los seis que consta –me falta el desenlace- de la notable serie francesa EL BOSQUE (LA FORÊT):
Pertenece a ese género tan agradecido y exitoso como es el “thriller”, la intriga policial, de investigación, en ambientes rurales. Les remito a un comentario leído en Filmaffinity firmado por Polivinilo, de lo más sintético y definidor: “Excelente, mantiene la tensión con personajes reales, nada histriónicos… Un pueblín, gentes normales, pero la desaparición de una de las chicas del instituto desencadena una búsqueda y una realidad oculta para todos. Al lado del pueblo un hermoso bosque, denso, con historias acontecidas”
Me empapo bien empapado en esa atmósfera franco-belga-luxemburguesa –transcurre en el pueblo de Montfaucon, en la boscosa región de las Ardenas, supongo que cerca de donde tuvo lugar la famosa batalla recreada brillantemente en cine en 1965 por Ken Annakin- a lo Twin Peaks, de personajes misteriosos, “fantasmas” del pasado, secretos del presente y todo el ingrediente típico de este tipo de recetas que suelen funcionar bien.
Una buena elección para comenzar el año y pasar cinco horas seguidas de lo más expectantes ante el televisor… con mis preceptivas en estas fechas botellas de sidra al lado.
-Los cinco estrenos del fin de semana los he visto entre el viernes 29 de diciembre y el sábado 30, pero dada la festividad de estas fechas los iré desgranando entre este lunes y el jueves. Es el turno en este primer día de año para ofrecerles –así me lo saco de encima cuanto antes- la breve crítica –no da para más- del más flojo, del único en realidad de todos ellos, puesto que el nivel debo reconocer ha sido elevado. Me refiero a DANDO LA NOTA 3 (PITCH PERFECT 3):
Mantiene el mismo discreto nivel que sus dos predecesoras, pero con el inconveniente de repetir patrones ya suficientemente sobados. Creo que la serie ha llegado a su fase casi terminal, salvo que se le insuflen nuevos bríos con directores con mayor personalidad o argumentos algo más elaborados o trabajados. “Como un disco rayado” titula con agudeza Nando Salvá su reseña sobre la misma.
Algunos ya lo sabrán, va de grupo de chicas, campeonas del mundo en cantar a capella, o hacer música acústica que parece queda más preciso, que se ven embarcadas en una engañosa gira por varias plazas europeas, incluyendo la española base militar de Rota (solventado ello con una asepsia manifiesta y apenas unos insertos más o menos tópicos, incluyendo la habitual flamenca vestida de faralaes).
Los que conozcan sus precedentes no se van a encontrar con ninguna sorpresa, si acaso se sentirán relativamente defraudados, porque pese a que los números musicales suenen estupendamente –el sonido se acaba erigiendo en una de sus no muy numerosas virtudes- carecen de la efervescencia impresa anteriormente. La de la camaradería femenina queda esta vez más diluida.
Vuelve a salir mona y resultona Anna Kendrick, machaconamente graciosilla Rebel Wilson, guapetona Brittany Snow… y Hailee Steinfeld, la inolvidable y vengativa cría Mattie Ross de la espléndida versión de VALOR DE LEY de los hermanos Coen, que ya había hecho su aparición en el título anterior, DANDO LA NOTA: AÚN MÁS ALTO. Es Emily Junk. La actriz ya ha cumplido 21 añitos… ¡cómo pasa el tiempo!
Aun así, no es ni mucho menos de lo más despreciable visto en 2018, procura una inocua e irrelevante distracción y seguramente puede –a mí así me ha ocurrido- que la olviden tan fácilmente como se va deglutiendo. Yo al menos ahora que tengo que escribir la crítica dos días después, les aseguro que me cuesta recordar cualquiera de sus pasajes.
Supongo que tendrá su público preferente entre adolescentes.
-Remato tan especial, glorioso y cinematográfico día viendo en el canal Sundance una película que adoro y que creo nunca ha tenido el reconocimiento merecido, EL CLAN DE LOS IRLANDESES (STATE OF GRACE):
Supongo que el hecho de haberse estrenado el mismo año -1990- que UNO DE LOS NUESTROS no le hizo precisamente ningún favor. O tampoco el hecho de que en el transcurso de poco más de una década –de 1984 a 1997- se rodaran obras maestras de la enjundia de EL PRECIO DEL PODER, ÉRASE UNAVEZ EN AMÉRICA, LOS INTOCABLES DE ELIOT NESS, CASINO, ATRAPADO POR SU PASADO o DONNIE BRASCO entre otras muchas.
Hago esta presentación porque estamos ante una típica película de mafiosos, que nada tiene que envidiar a los títulos anteriormente citados. Insisto, creo que uno de sus escasos defectos es el de haber tenido que competir en el tiempo y en el recuerdo con primas hermanas tan ilustres. Pero da igual. Me lo pareció en su momento y me sigue pareciendo una excelente película de gángsters y polis.
De acuerdo en que no aporta ningún elemento novedoso en lo argumental, pero el material literario manejado es ejecutado con una gran fuerza dramática y vigor enorme en lo que atañe a las secuencias de acción. Para la antología, ese desenlace a ralentí en pleno San Patricio, con un montaje paralelo del desfile y de un bar en el que se producirá un encuentro fatal.
De fatalista precisamente se puede calificar, y de sombrío también, este “thriller” que trata de viejas amistades infantiles, de amores que tratan de resurgir de las cenizas, de lealtades, de conflictos éticos, de violencia… de mucha violencia para gobernarse en la vida.
Máxima atención a –una vez más- una impecable e intimista banda sonora de Ennio Morricone (completada con temas de la época como ese SWEET CHILD OF MINE de los Guns N´Roses), eficaz en todo momento, tanto en los pasajes de acción como el que acompaña a los encuentros –fogosos, muy sentidos, eran pareja- de unos irreprochables Robin Wright y Sean Penn.
Pero quien se lleva la palma es Gary Oldman, fuera de sí cada vez que aparece en plano, pero sin dejar de mostrarse convincente y eléctrico en todo momento. Y un Ed Harris (como su hermano mayor y jefe del clan) que parece extraído de los clásicos del cine negro, de Richar Widmark y de uno de sus hitos, EL BESO DE LA MUERTE de Henry Hathaway.
Phil Joanou (La Cañada Flintridge, California, 20 de noviembre de 1961), su director, es un valioso profesional de no muy extensa filmografía pero que me ha proporcionado unos cuantos momentos bastante gratos gracias a PÁNICO A LAS TRES/THREE O´CLOCK HIGH (una meritoria incursión en el mundo adolescente), U2: RATTLE AND HUM (documental sobre la gira norteamericana en 1987 de la banda de rock irlandesa), LA VIDA EN JUEGO (una típica pero estimable historia de redención y deporte con un sorprendente y plausible Dwayne “The Rock “ Johnson), ANÁLISIS FINAL (un eficiente y laberíntico ejercicio “hitchcockiano con una tremenda Kim Basinger),PRISIONEROS DEL CIELO (valioso noir con aromas y ecos del pasado) y a la que aquí me ocupa, probablemente su obra más redonda, aunque las anteriormente citadas son de un considerable nivel. Con la que anticipa de alguna manera y por varias cuestiones -ambientes, temática, actores- esa obra maestra de Clint Eastwood titulada MYSTIC RIVER.
Me vuelve a sacudir, a mantener tenso y embobado ante sus imágenes. Si todavía no la han visto, hagan lo posible por recuperarla, sobre todo los afectos a este tipo de asuntos.
Diálogo:
“- ¿Qué te apetece? –Irme a casa - ¿Y dónde está eso?” (Gary Oldman y Sean Penn)