Foto: Charlie Wright, Jason Drucker, Alicia Silverstone y Tom Everett Scott en Diario de Greg: Carretera y manta/Diary of a Wimpy Kid: The long haul
-Quinto y último estreno pendiente todavía de este pasado fin de semana, EL DIARIO DE GREG: CARRETERA Y MANTA (DIARY OF A WIMPY KID: THE LONG HAUL):
No hay nada como acudir a una sala, o a otros sitios, sin expectativa alguna, en este caso la mía era más bien de bajo mínimos, pues los antecedentes no me hacían albergar lo contrario. Pero esta cuarta traslación cinematográfica de la saga de libros infantiles de Jeff Kinney (correspondiente al noveno libro de la tanda), y siempre teniendo en cuenta que sus destinatarios primeros –cuestionaré un poquito lo de… y casi únicos- son los críos de 10 años para abajo, no deja de tener su gracia y una cierta dignidad.
Y aunque la mayoría de mis colegas es la que más cuestionan de todas las filmadas hasta el momento, sin que por ello el resto gozaran de su especial consideración, a mí es la que más gracia me hace, pues las otras sin atragantárseme del todo me generaron más bien indiferencia.
No resulta descabellado emparentarla o concebirla como un previo de aquella serie de los 80 que a tantos horripilara –a mí sin ir más lejos en algunas ocasiones- pero que disfrutara de tanto éxito popular conocida en el original como NATIONAL LAMPOON VACATION, o traducido libérrimamente al español LAS VACACIONES DE UNA FAMILIA AMERICANA. Estaban protagonizadas por un a veces excesivamente cargante Chevy Chase y por la agradable Beverly D´Angelo. Una de las más conocidas fue precisamente el título mencionado anteriormente, aunque la que me resultó y aún me continúa resultando la más tronchante es la divertidísima ¡SOCORRO! YA ES NAVIDAD.
Tanto todas las allí surgidas, como esta nueva franquicia baby, se caracterizan por una decidida disposición al slapstick, a un nada empachoso sentimentalismo y a cierta atenuada escatología (no se librarán para provocar risas fáciles de vómitos, micciones, material orgánico porcino o pañales usados), aquí tal vez más “comprensible´” al ser sus destinatarios los espectadores más menudos.
Pero en DIARIO DE GREG: CARRETERA Y MANTA se aprovecha ese corte y confección para insertar píldoras oportunas acerca del sometimiento de las actuales generaciones a las nuevas tecnologías o tratar de elaborar un canto a las relaciones familiares, al trabajo en equipo. Todo dentro de un tono menor, que al no ir aderezado por ínfulas de ningún tipo, ni ninguna trascendencia, provocan mi simpatía e indulgencia.
Desprende además una saludable y relativamente ingeniosa cinefilia, siendo motivo de sus homenajes/saqueos dos secuencias clave de dos títulos fundamentales del Mago del Suspense, LOS PÁJAROS y PSICOSIS. Se pueden encontrar más referencias, incluso de la maravillosa BABE, EL CERDITO VALIENTE.
También deja entrever un no novedoso pero de nuevo esclarecedor retrato de la América profunda y rural, esa que parece haber votado a Trump. Lo que está claro es que sus postulados se alejan de los almibarados e igualmente saludables de Disney.
Se nota además para bien el pasado “animado” de su director, George Bowers, responsable también de los dos episodios anteriores (DÍA DE PERROS y LA LEY DE RODRICK), dentro precisamente de ese terreno. Me refiero a las discretas pero chispeantes RATÓNPOLIS y ASTRO BOY, la primera con la deliciosa productora Aardman por medio. Ello es advertible en el dinamismo impreso a las imágenes y en ese retrato caricaturesco de los personajes.
Ah… Y me agrada volver a disfrutar de la presencia de la otrora estrella sexy Alicia Silverstone (FUERA DE ONDA, BATMAN Y ROBIN, BABYSITTER/LA NIÑERA,VENENO EN LA PIEL), aquí reconvertida en toda una mamá de lo mejor dispuesta con sus polluelos. En su vida personal es una activista medio ambiental y en pro de los animales.
Lo que me parece curioso es que este considerable fenómeno literario, más moderado en lo que a gran pantalla se refiere, no haya tenido en España el eco esperado entre sus ávidos y nada escasos seguidores.
Leía, ahora no me acuerdo a quién, que es una película adecuada para que niños y padres establezcan una buena complicidad y se rían en armonía con las gamberradas de no demasiada intensidad aquí propuestas. Pues eso, no seré yo esta vez quien enmiende la mayor.