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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Lunes, 18 de julio

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Foto: bauldelcastillo.blogspot.com (Eleanor Parker y Charlton Heston en Cuando ruge la marabunta)

-Veo en Paramount LOS CUATRO HIJOS DE KATIE ELDER (THE SONS OF KATIE ELDER):

Uno de esos westerns sesenteros protagonizados por John Wayne que respira clasicismo y serenidad narrativa por todos sus costurones.

Desde el mismo comienzo de los títulos de crédito, con esos acordes y compases reconocibles del autor de LOS SIETE MAGNÍFICOS, Elmer Bernstein, se nos mete de lleno en una típica y tradicional historia del Oeste sobre venganzas.

Siempre constituye todo un placer volver a revisar un cine de resolución tan prístina, tan nítido, tan bello en su composición de planos e imágenes, tan reconstituyentemente antañón, características inequívocas de su firmante, Henry Hathaway, cineasta nunca suficientemente ponderado.

De esos que nunca pretendieron ni se adjudicaron autoría alguna. Ni falta que le hacía. Pero fíjense qué manera tan extraordinaria de rodar, cómo es presentado Wayne, el inicial entierro de la madre o ese plano final de la mecedora… y tendrán una muy buena medida de lo que es un profesional con enorme talento creativo. De esos que se ponen al servicio de la historia… y de qué manera.

En su dorado crepúsculo de la década de los 6º, siguió ofreciendo abundantes motivos, es más, los realzaría, para que quien esto escribe se hiciera aún más incondicional de su obra. Pero si acuden a su anterior filmografía, la de los 30, 40 y 50, motivos había acumulado más que de sobra para situarlo entre los cineastas más grandes de la historia.

LOS CUATRO HIJOS DE KATIE ELDER la rodó tras su apreciable incursión española con Samuel Bronston, EL FABULOSO MUNDO DEL CIRCO, justo antes de otra maravilla, una obra culmen del western en ese momento de ciertas hechuras modernas, NEVADA SMITH.

Lo único que me cabe es recomendarles, sobre todo si son entusiastas del género, que disfruten con su destreza para montar tiroteos en que todo se ve claro y secuencias de acción en general, apoyándose siempre en brillantes fotografías, como la aquí ofrecida por Lucien Ballard, de una claridad y luminosidad francamente destacables.

Y luego, claro, está el mito, El Duque, John Wayne, llenando de nuevo la pantalla cada vez que asoma por la misma. Rodeado para la ocasión de colegas tan estimulantes como Dean Martin, Earl Holliman  y Michael Anderson Jr. como los hermanos/hijos en cuestión del título; o de jóvenes promesas como Dennis Hopper y veteranos de la categoría de George Kennedy, James Gregory y la elegante Martha Hyer.

De lo más vistosa, entretenida y estimable. Para su redondez, lástima que el guión no diera alguna vuelta de tuerca a las relaciones y psicologías de los “brothers” en cuestión, un poquito más de profundización, pues probablemente entonces estaríamos hablando de uno de los títulos indispensables del género. Aún así, lo obtenido resulta de lo más gratificante.

Selección filmográfica indispensable de Hathaway: SUEÑO DE AMOR ETERNO, TRES LANCEROS BENGALÍES, EL BESO DE LA MUERTE, NEVADA SMITH, EL PRÍNCIPE VALIENTE, ALMAS EN EL MAR, EL CAMINO DEL PINO SOLITARIO, LA CASA DE LA CALLE 92, EL PASTOR DE LAS COLINAS, VALOR DE LEY, CÍRCULO DE FUEGO, LOBOS DEL NORTE, EL DEMONIO DEL MAR, ENVUELTO EN LA SOMBRA, EL JARDÍN DEL DIABLO, A 23 PASOS DE BAKER STREET, JOHNNY APOLLO, CORREO DIPLOMÁTICO, AHORA Y SIEMPRE, EL ÚLTIMO SAFARI, NIÁGARA, ALASKA TIERRA DE ORO, LA CONQUISTA DEL OESTE, ROMMEL EL ZORRO DEL DESIERTO, EL FABULOSO MUNDO DEL CIRCO, CATORCE HORAS, EL CORREO DEL INFIERNO, 13 RUE MADELEINE, YO CREO EN TI, LA MUJER OBSESIONADA, DIEZ HÉROES DE WEST POINT, EL PÓKER DE LA MUERTE… Y aseguro que me dejo otras tantas más, pero éstas son de un nivel y una altura artística enorme.

 

-Aventuras selváticas en technicolor características de los 50 en Hollywood, sazonadas y, esto es lo importante, con una potente historia de amor, es en esencia mi propuesta de este lunes en Los Clásicos del Deicy, CUANDO RUGE LA MARABUNTA (THE NAKED JUNGLE):

Continúan plenamente vigentes ambos aspectos, el público joven que se concita en la taberna irlandesa me da fe de ello.  

Siempre recuerdo esta rutilante y colorista producción Paramount de 1954, como una resplandeciente y fogosa historia de amor, surgida a partir de una situación un tanto peculiar, un matrimonio por poderes entre un terrateniente y una mujer nada mojigata precisamente. Y es que esto cuenta con un tratamiento más “físico” que químico, con mucha latente tensión sexual.

También se ha alojado en mi memoria como un fascinante melodrama selvático y una apasionante película de aventuras, con un momento culminante y espectacular, protagonizado por una buena colonia de las susodichas marabuntas del título… español, pues el original es THE NAKED JUNGLE, de las cuales en la censuradora España de la época se decían en “petit comité” que en el país vecino –siempre fueron más adelantados- podían ser contempladas desnudas. Una gracieta para encarar tiempos en que no podía ser vista cualquier cosa en nuestras pantallas, o hacerlo convenientemente retocadas, ahí está si no el preclaro caso de MOGAMBO para corroborarlo. 

Pero sobre todo lo que marcó es esa citada y flamígera relación entre sus extraordinarios protagonistas, la bellísima Eleanor Parker (SCARAMOUCHE, SONRISAS Y LÁGRIMAS) y un siempre imponentemente marmóreo Charlton Heston. La relación que se va tejiendo entre ambos echa chipas y constituye uno de sus mayores reclamos. Algo por otra parte nada raro, sabiendo que su guión llevaba la firma de Philip Yordan, el febril y lírico autor de los volcánicos diálogos amorosos de la imprescindible JOHNNY GUITAR.

La dirección corrió a cargo de todo un especialista en efectos especiales, Byron Haskin, que tras su salto detrás de las cámaras fabricaría numerosos encargos –propios o ajenos- de fantasía y acción que hicieron las delicias de un par de generaciones. Títulos inolvidables como la fundacional LA GUERRA DE LOS MUNDOS, basada en el célebre relato de H. G. Wells, LA CONQUISTA DEL ESPACIO, LAS AVENTURAS DE SIMBAD o SU MAJESTAD DE LOS MARES DEL SUR.

A título anecdótico señalar que está fechada el mismo año que el de otro enorme clásico con hormiga dentro, aunque éstas de tamaño gigantesco por efectos de la radiación. Me refiero a esa pieza maestra titulada LA HUMANIDAD EN PELIGRO de Gordon Douglas.

En un cometido secundario los más veteranos y nostálgicos pueden encontrarse con William Conrad, aquél detective CANNON de muchas noches españolas de los 70.

El paso de los años no ha hecho mella en su inmarchitable encanto ¡Qué cine se hacía antes… y como churros!

Apostilla: 

Esa frase que le espeta la bellísima Eleanor Parker al aparentemente rudo Charlton Heston en un momento dado, “Si supiese algo de música se daría cuenta de que un piano suena mejor cuando se ha tocado. Este no es un buen piano”, marca el auténtico y verdadero tono de este drama pasional, de furioso romanticismo, algo que no resulta nada extraño si se fijan que en su guión figura la firma de Philip Yordan, máximo responsable de los volcánicos diálogos de JOHNNY GUITAR.

CUANDO RUGE LA MARABUNTA es erotismo puro y duro expedido de manera sugerente. Se podría condensar en una secuencia aparentemente inocua pero reveladora de su cableado de alto voltaje.  Me refiero a aquélla en la que Parker solicita a Heston que le embadurne espalda y cuello con un líquido anti-mosquitos. De lo más sensual y turbadora.

La trama está basada en un episodio real sucedido en Brasil, en el cual fallecerían numerosos indígenas, debido un devastador y combinado ataque de marabuntas y langostas. Fue recogido por Carl Stephenson.

El rodaje tuvo lugar en una pequeña localidad de Tennessee, que dio perfectamente el pego como selva amazónica.

A título anecdótico, indicar que Heston y su asistente ficticio, Abraham Sofaer, volverían a coincidir en un reparto cinco años más tarde, el primero como Judá Ben-Hur y el segundo como amigo árabe, en la mítica y oscarizada superproducción de William Wyler.

La secuencia cumbre del ataque de las hormigas carnívoras está resuelta con un realismo, sintetismo y precisión dignísimas de todo elogio sesenta y dos años después de su confección.

Byron Haskin mueve la cámara con sutileza y elegancia en diversas aproximaciones en momentos dramáticos a la pareja protagonista.

Las piezas interpretadas por Parker proceden de composiciones de un autor casi indispensable en el cine hollywoodense de la época, Federico Chopin. 

Frase:

"Si supiese algo de música se daría cuenta de que un piano suena mejor cuando se ha tocado. Este no es un buen piano" (Eleanor Parker)

Diálogo:

"-Veo que no está vestida, la vendré a ver más tarde, -No estoy desnuda" (Charlton Heston y Eleanor Parker)