Foto: frasesdecineparaelrecuerdo.blogspot.com (el pulpo Hank y la pez cirujano de la película Buscando a Dory)
-Pixar, eterna Pixar, aunque lleve en pie solo poco más de treinta años. Pero parece que siempre ha estado ahí, acompañándome en alguna de mis mejores inmersiones cinematográficas durante este trayecto. Hace tiempo que acuñé una frase que continúo manteniendo, aunque en el caso que aquí me ocupa, advierto algún, todavía ligero, síntoma de estancamiento:
“Tres de las mejores cosas que le han pasado a cine últimamente han sido Clint Eastwood, Tim Burton y Pixar”. Por tanto, acudo expectante e ilusionado a ver su última propuesta, BUSCANDO A DORY (FINDING DORY): Lo paso francamente bien pero no me acaba de ganarse mi total incondicionalidad.
Más apabullante técnicamente que su predecesora, esta secuela de –ésta sí- la redonda y originalísima BUSCANDO A NEMO muestra, sin embargo, algunas leves carencias argumentales. Aún así, vuelve a constituir un espectáculo refulgente, divertido, colorista, parcialmente emotivo y apabullante acerca de fondos y criaturas marinas.
Precisamente en este apartado, el de la recreación de esto último es donde vuelve a jugar su mejor baza. Se nota el revolucionario cambio experimentado en los efectos digitales. En la detallista y mimada ambientación de algas, plancton y peces. Pero no solo basta con eso, siendo ello muy importante.
También acentúa algo más la parte sentimental, algo que no reprocho en absoluto, pero que tal vez reste viveza a la aventura en sí misma. Acotada sobre todo en esta ocasión a una clínica de peces/parque acuático, algo que le puede otorgar una dimensión más “ecologista” pero que le resta la mayor diversidad ofrecida por las profundidades y extensiones del mar abierto.
Pese a estos, más o menos, pequeños reproches, bien pudiera parecerles que se me haya atragantado. Ni mucho menos. En la mayor parte de su metraje continúa conservando varias de las virtudes de su inspiradora. No menos cierto que ello lastra un tanto un guión deudor en algunos pasajes de su larga sombra, aunque a cambio, juega sobre seguro en un terreno que ya quedó contrastado que resultara de lo más efectivo y estimulante. Vuelve a desplegar emocionantes secuencias de acción, gags divertidos y ternurismo autocomplaciente. Lástima que Marlin y su hijo Nemo queden esta vez más descafeinados, más relegados en cuanto a peso específico o hallazgos, más metidos con calzador.
Los nuevos personajes incluidos vuelve a ser otra de las bazas seguras, comenzando por ese pulpo de siete tentáculos, Hank, cuyo despiste por parte de los dibujantes en no otorgarle los ocho brazos preceptivos provocó cambiar el guión, entrando en escena el parque acuático de Morro Bay. Contribuyen a ese abigarrado y divertido catálogo de secundarios la ballena beluga blanca Bailey, el tiburón ballena Destiny, la locuela pajarraca Becky o esos perezosos leones marinos.
Todavía resulta incipiente, pero cuidado, porque Pixar podría entrar en un estado acomodaticio y pelín mercantilista, tirando del siempre fácil recurso de las secuelas a falta de esos libretos que le han otorgado grandeza y diferencia respecto a sus coetáneos. Y pese a que DEL REVÉS ha constituido uno de los hitos del estudio, tanto CARS 2 como EL VIAJE DE ARLO me resultaron de lo más desangeladas y rutinarias. BUSCANDO A DORY no llega a tanto, pero muestras síntomas de un relativo aletargamiento de esas fórmulas seguras.
Así y con todo, le da ciento y raya a tantísima producción reciente de todo tipo y condición. Amén de ser muy buena en sí misma y pese a los reproches anteriormente expuestos. No se olvide que uno de sus directores, Andrew Stanton ha sido el responsable de tres obras maestras, la antecesora/inspiradora de ésta, BUSCANDO A NEMO, BICHOS y WALL-E, amén de estar presente en los sensacionales libretos de las tres sensacionales partes de TOY STORY.
No quisiera concluir sin destacar algo que no suelo ponderar dado mi viraje hacia radicales posturas de versiones originales subtituladas: el doblaje español de Ana Isabel Alonso, como la desmemoriada pez cirujano azul protagonista, y José Luis Gil (la voz de Buzz Lightyear en TOY STORY) como Marlin, es estupendo. En el original, Ellen De Generes y Albert Brooks.
PD: No se pierdan el corto previo, el del pajarito PIPER, que viene a relevar al anterior “kitsch” de LAVA. Una minúscula gozada.
Frase:
“Sin recuerdos no hay problemas” (pulpo Hank)