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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Jueves, 27 de febrero

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Foto: Richard Widmark y James Stewart en Dos cabalgan juntos/Two rode together

-Amanezco echándome al cuerpo una obra magistral de crepúsculo del maestro de maestros John Ford… DOS CABALGAN JUNTOS (TWO RODE TOGETHER). Tonificante inmejorable para encarar una intensa jornada cinematográfica que conformarán mi habitual sesión de los Jueves y una presentación para una de lo más prometedora premiére ciudadrealeña patrocinada por Autrade (Asociación Regional de Afectados de Autismo y Otros Trastornos del Desarrollo) de cuyo presidencia se hiciera cargo durante mucho tiempo el buen amigo Pedro Ugarte, en la actualidad vocal de la misma:

Bastante incomprendida en su momento tanto por crítica como por público, TWO RODE TOGETHER (DOS CABALGAN JUNTOS) se erige hoy en día como una esplendorosa, magistral obra de madurez del sin par John Ford.

Son varios los que han apuntado con evidente acierto que supone una variante temática y formal de su divina CENTAUROS DEL DESIERTO. No solo eso, dentro de sí misma alberga unos radicales cambios de tono que la enriquecen aún más y le confieren una dimensión especial.

Desde luego, ya les garantizo que su perspectiva acerca del rapto de blancas por parte de los indios, está contemplada desde un prisma un tanto insólito y muy personal.

Ford adereza a su principal hilo conductor, Guthrie McCabe, de un particular sentido del humor, sirviéndose para ello de un –como siempre- sensacional James Stewart, quien también él viene a constituir una variación, en este caso del célebre Wyatt Earp y pistoleros similares. El retrato ofrecido no es precisamente glorificador ni edificante, pero gracias al arte del birli birloque que poseía la impresionante visión con que contemplaba a través su único ojo a sus criaturas, acaba dando el pego y pareciendo este individuo de lo más simpático y encantador. Y esconde grumos, bastante grumos tras ese amable antifaz y agradable superficie.

Dándole admirable réplica se encuentra ese actor que era también un seguro en sí mismo, que jamás fallaba,  el rubiales Richard Widmark. Ambos protagonizan una memorable secuencia –y se van a encontrar con muchas de este calado- resuelta con plano fijo frontal en la orilla de un río. Y no les diré más, pero les aseguro que no tiene desperdicio la parrafada que se larga el uno al otro. Dos maneras contrapuestas de ver y entenderla vida. 

Las chicas son, igualmente, de lo más atractivas y consistentes, Perla Cristal (todo un bellezón, el objeto de atenciones de Wayne/Crockett en EL ÁLAMO) y la en ese momento emergente Shirley Jones, la que había encandilado al padre viudo (Glenn Ford) de Eddie en la película de Vincente Minnelli de título nada “ejemplicifador”, la adorable EL NOVIAZGO DEL PADRE DE EDDIE.

Es una apasionante obra de esplendoroso ocaso del maestro. Verdaderamente compleja, lúcida, cínica, siempre humana. Otra lección de cine. Pocas más le restarían por motivos de salud, claro que todas ellas volverían a ser de categoría superior: EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE, LA TABERNA DEL IRLANDÉS, SIETE MUJERES y dos porciones más (LA CONQUISTA DEL OESTE y EL SOÑADOR REBELDE). 

-Me agrada muchísimo presentar en Los Jueves al Cine el primer gran policiaco de la temporada, cómo no, norteamericano. Su título, MANHATTAN SIN SALIDA (21 BRIDGES). Una vez más me quedo gratamente sorprendido por tan nutrida presencia en la sala:

Brutal, enérgico, expeditivo, lacónico, poderoso… Son distintivos, cualidades que adornan a este estupendo policiaco/thriller en la mejor tradición clásica del cine norteamericano, prolongada hasta ayer mismo con LA NOCHE ES NUESTRA o LA NOCHE CAE SOBRE MANHATTAN. Cada año continúan goteando abundantes muestras de enorme calidad no siempre suficientemente reconocidas, que muestran su buena salud y vigor. Sin ir más lejos y por reseñar los primeros que se me vienen a la cabeza ahí están en 2019 las –en mayor o menor medida- estupendas EL IRLANDÉS, VENGANZA BAJO CERO, ESTAFADORAS DE WALL STREET, UNCUT GAMES, DESTROYER e incluso en un registro a lo Agatha Christie también cabría incluir PUÑALES POR LA ESPALDA.

Ya su potente y dramático inicio pone en situación. Un funeral y un chaval negro llorando la trágica muerte de su padre, un oficial de policía asesinado mientras estaba de servicio. Diecinueve años después este mismo crío, asentado en el cuerpo, deberá hacer frente a una peligrosa investigación, el cierre de los 21 puentes epónimos –de ahí su título original 21 BRIDGES- que tiene Manhattan para detener a dos violentísimos asesinos de compañeros de profesión.

Producen los hermanos Anthony y Joe Russo, responsables entre otras de algunas de las notabilísimas aventuras de EL CAPITÁN AMÉRICA. Y dirige un para mí semi desconocido –procede del campo televisivo, habiendo dirigido numerosos episodios para diversas series, que van desde LOS TUDOR hasta BOARDWALK EMPIRE- Brian Kirk, que hace aquí un esplendoroso debut en la todavía –tal vez ya mal llamada- gran pantalla, mostrando un aplomo, brío y vigor dignos de las mejores causas en el futuro, salvo que esto haya sido un espejismo o un globo sonda. No sería la primera vez que una primera arrancada brillante se acaba quedando en agua de borrajas.

Lleva a cabo un cometido seco, directo, contundente. Desde luego no se anda por las ramas y va derecho al meollo de los hechos y las tarascadas.

Y da gusto ver con qué sentido de lo visual capta un Manhattan sombrío y nocturno, tirando de una planificación majestuosa sin que por ello chirríe dentro de la inserción de la propia trama. Para que me entiendan mejor… no estorbando al propio discurrir de la historia.

Se pueden advertir durante su transcurso diferentes influencias de títulos gloriosos del género con FRENCH CONNECTION a la cabeza y su célebre secuencia del metro con nuestro Fernando Rey. Y también incluso de referentes más recientes, como COLLATERAL, en lo referido a su tratamiento estético.

Por otra parte, Chadwick Boseman (Andre Davis), Sienna Miller (Frankie Burns) y J. K. Simmons (Capitán McKenna) son un más que consistente trío interpretativo que aportan o viene a sumar al conjunto el aplomo del que hace gala en todo momento.

No es de los exponentes a los que se deba solicitar –al menos yo no me lo he planteado así- originalidad o patrones renovados. Sigue los de siempre, no cuenta nada nuevo bajo el sol, pero su energía y explosividad parecen renovadas por la profesionalidad de todos quienes han estado detrás de esta empresa.

A mí no me importa volver a ver lo de siempre si a cambio consiguen una vez más, como sucede aquí, que me quede pegado a la butaca la escasamente más de hora y media que dura su metraje.

Olvídense de puntuaciones de filmaffinity y de aquellos títulos bendecidos por los popes de la crítica y concédanle una oportunidad… Excelente.