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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Jueves, 26 de diciembre

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Foto: Alan Ladd y Shelley Winters en Rebelión en el fuerte/Saskatchewan

-Navidad es desde mi más tierna infancia tiempo de películas del Oeste, ese género atemporal, que nunca pasará de moda. Y me remonto a mis primeros pasos porque recuerdo con infinito agradecimiento aquellos Especiales Vacaciones que nos ofrecía toda la tarde Televisión Española, en los que pude disfrutar de abundantes títulos. En realidad, cualquier época del año es ideal para ver uno de los inagotables referentes del género. En esta ocasión me detengo en una de sus innumerables obras maestras en este caso no suficientemente ponderadas… REBELIÓN EN EL FUERTE (SASKATCHEWAN):

Hete aquí uno de los innumerables y magistrales westerns que jalonaron la filmografía de ese maestro de maestros llamado Raoul Walsh. No tan famoso como otros suyos, MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS, TAMBORES LEJANOS, UNA TROMPETA LEJANA o JUNTOS HASTA LA MUERTE, pero a idéntica altura y nivel artístico. Al igual que los también por él filmados LOS IMPLACABLES, HISTORIA DE UN CONDENADO y FIEBRE DE VENGANZA. Dejo otro buen puñado en el tintero.

Titulado en el original SASKATCHEWAN, en referencia al fuerte al que se dirigen sus protagonistas, bien podría ser considerado de itinerario, una “road movie” en toda regla situada en el lejano Oeste. Desde ese innato talento que poseía Walsh para narrar enérgicamente este tipo de historias, o ese exultante y colorista sentido del espectáculo que mostraba, Walsh nos cuenta el camino emprendido por un destacamento militar que tiene que trasladar armas y municiones a través de territorio hostil hasta el mencionado fuerte.

Una característica distintiva es que en esta ocasión los indios cree son los buenos, junto a la reluciente Policía Montada del Canadá. Los pendencieros vuelven a ser los sioux, aquí especialmente aguerridos.

A Alan Ladd, inolvidable Shane en RAÍCES PROFUNDAS, la verdad es que le sienta de maravilla la casaca roja (como catorce años antes a Preston Foster y a Robert Foster, con Gary Cooper secundándolos como cowboy en, precisamente, POLICÍA MONTADA DEL CANADA del colosal DeMille), tal como a un sacerdote la casulla. Le acompaña en su odisea casi homérica trasplantada a lugares tan peligrosos, una jovencita y atractiva Shelley Winters, la novia relegada y ahogada por Monty Clift en UN LUGAR EN EL SOL.

La fotografía se recrea en escenarios naturales de una belleza incomparable, los del Parque Nacional Bank de Alberta, en plenas Montañas Rocosas canadienses. Algo que le viene de perlas a esta película de carácter tan físico.

Resulta tan placentero, disfrutable y oxigenante su visionado que jamás me canso de revisarla las veces que sean necesarias. De un enorme vigor y rebosante en acción nítida, diestramente filmada, impecablemente contada.

Inolvidable.