Foto: Kirk Douglas, Van Heflin y Barbara Stanwyck en El extraño amor de Martha Ivers/The strange love of Martha Ivers
-Con el título nada enjundioso de VALORACIÓN RÁPIDA SOBRE LAS NOMINACIONES A LOS GOYA 2020 publico en este periódico una reseña que supone una mera aproximación al acto celebrado este lunes en la Academia del Cine:
Desde tiempo inmemorial he creído tener vocación de académico hollywoodiense –son los demás los que deberían dilucidar si justificadamente o no… al menos siempre me mojo en los previos a las entregas de premios, eso no tiene vuelta de hoja- y desde hace ya un tiempo parece que también de miembro de la de los Goya.
Evidentemente esto no tiene la menor puñetera importancia, pues las películas que nos gustan no las marcan premios algunos, aunque sí es un hecho que puede marcar tendencia. Pero insisto, lo importante es lo que uno verdaderamente piense, o mejor aún, lo que sinceramente le guste, le arrebate, sin imposturas, ni coartadas intelectuales, ni la madre que las parió… con perdón.
El caso es que un año más vuelvo a coincidir plenamente en la terna de los mejores títulos autóctonos de la cosecha del año. Este lunes 2 de diciembre se han anunciado por parte de los actores Elena Anaya y Miguel Herrán las candidaturas a la 34 edición de los premios del cabezón maño que tendrán lugar el próximo 25 de enero en Málaga (en el Pabellón José María Carpena). Repetirán como presentadores los eficaces y más que resueltos Andreu Buenafuente y Silvia Abril.
A la cabeza figura MIENTRAS DURE LA GUERRA, esa excelente propuesta de Alejandro Amenábar que recupera la admirable figura del librepensador Miguel de Unamuno y que se centra en el pasado, en nuestro pasado colectivo e individual, para hablar de cuestiones plenamente vigentes (las dos Españas, la conciencia tolerante que lleva a posicionarse en un momento determinado en un lugar o en otro…), con 17 nominaciones.
Pisándole los talones DOLOR Y GLORIA, la que considero obra cumbre de Pedro Almodóvar, con la que ajusta cuentas consigo mismo y con su agitada existencia, como aspirante a 16 estatuillas. LA TRINCHERA INFINITA con 15 sitúa a estas tres destacadas producciones en un pañuelo. La obra de los vascos Garaño, Arregi y Goenaga también les otorga la plena madurez artística, tras muescas tan valiosas como LOREAK y HANDIA.
La cuarta en merecidísimo litigio –todos estos títulos he tenido la dicha de poder programarlos y presentarlos en la actividad semanal Los Jueves al Cine que tiene lugar en el ciudadrealeño Parque de Ocio Las Vías- es la más cercana en el tiempo de su estreno, INTEMPERIE con un extraordinario Luis Tosar, aspirante por su no menos destacada actuación en QUIEN A HIERRO MATA, papel por el que estará en la terna a mejor actor, junto entre otros, al descomunal Karra Elejalde de MIENTRAS DURE LA GUERRA. Ambos lo van a tener muy complicado, muy crudo, con el excepcional Antonio Banderas del último trabajo del firmante de las igualmente magníficas JULIETA o VOLVER, en la que tal vez sea la mejor interpretación de su carrera… Clava al alter ego del manchego universal. Y en modo alguno se olvide al tremendo Antonio de la Torre de LA TRINCHERA INFINITA. Sin duda, va a ser éste uno de los más apartados reñidos de esa noche.
La quinta nominada en cuestión a mejor producción, LO QUE ARDE, ambientada en mi natal y querida Galicia, lamento no haberla podido visionar hasta la fecha.
Que también figure como mejor actriz de reparto la excelente Natalia de Molina por su breve pero gran intervención en la notable ADIÓS también me congratula. Atención igualmente a la Greta Fernández de LA HIJA DE UN LADRÓN en la categoría mayor femenina. Resultará este otro de los apartados más competitivos con Penélope Cruz, Belén Cuesta y Marta Nieto.
Y, como se trata de cumplir lo que indica el enunciado de esta reseña a vuela pluma, una valoración rápida y por encima, no sería mal colofón que la mejor animación del año gestada en suelo ibérico, BUÑUEL EN EL LABERINTO DE LAS TORTUGAS lograra una merecida recompensa en este campo.
No se olvide tampoco que este año el Goya honorífico, algo siempre decidido previamente, irá a parar a aquella preciosa niña llamada Marisol y posteriormente Pepa Flores que despuntara en el cine y la tímidamente “aperturista” España de los albores de los 60. Supongo que el hecho de que el reconocimiento sea en su tierra lo convertirá en algo aún más especial.
El pistoletazo de salida está dado, veremos en apenas dos meses quienes alcanzan los laureles que otorgan la gloria… y espero que escaso o ningún dolor, aunque los reconocimientos a veces se pueden atragantar.
Relación de todas las nominaciones:
Mejor Película:
«Dolor y gloria»
«Intemperie»
«La trinchera infinita»
«Lo que arde»
«Mientras dure la guerra»
Mejor Dirección:
Pedro Almodóvar («Dolor y gloria»),
Aitor Arregui, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga («La trinchera infinita»)
Oliver Laxe («Lo que arde»)
Alejandro Amenábar («Mientras dure la guerra»)
Mejor Dirección Novel:
Salvador Simó por «Buñuel en el laberinto de las tortugas»
Galder Gaztelu-Urrutia por «El hoyo»
Belén Funes por «La hija de un ladrón»
Aritz Moreno por «Ventajas de viajar en tren»
Mejor Actor Protagonista:
Antonio Banderas, por «Dolor y gloria»
Antonio de la Torre, por «La trinchera infinita»
Karra Elejalde, por «Mientras dure la guerra»
Luis Tosar, por «Quien a hierro mata»
Mejor Actriz Protagonista:
Penélope Cruz, por «Dolor y gloria»
Greta Fernández, por «La hija de un ladrón»
Belén Cuesta, por «La trinchera infinita»
Marta Nieto, «Madre»
Mejor Actor de Reparto:
Asier Etxeandia, por «Dolor y gloria»
Leonardo Sbaraglia, por «Dolor y gloria»
Luis Callejo, por «Intemperie»
Eduard Fernández, por «Mientras dure la guerra»
Mejor Actriz de Reparto:
Mona Martínez, por «Adiós»
Natalia de Molina, por «Adiós»
Julieta Serrano, por «Dolor y gloria»
Nathalie Poza, por «Mientras dure la guerra»
Mejor Actor Revelación:
Nacho Sánchez, por «Diecisiete»
Vicente Vergara, por «La trinchera infinita»
Santi Prego, por «Mientras dure la guerra»
Enric Auquer, por «Quien a hierro mata»
Mejor Actriz Revelación:
Pilar Gómez, por «Adiós»
Carmen Arrufat, por «La inocencia»
Benedicta Sánchez, por «Lo que arde»
Ainhoa Santamaría, por «Mientras dure la guerra»
Mejor Guion Original:
Pedro Almodóvar, por «Dolor y gloria»
David Desola y Pedro Rivero, por «El hoyo»
Jose Mari Goenaga y Luiso Berdejo, por «La trinchera infinita»
Alejandro Amenábar y Alejandro Hernández, por «Mientras dure la guerra»
Mejor Guion Adaptado:
Eligio Montero y Salvador Simó, por «Buñuel en el laberinto de las tortugas»
Benito Zambrano, Daniel Remón y Pablo Remón, por «Intemperie»
Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, por «Madre»
Javier Gullón, por «Ventajas de viajar en tren»
Mejor Película de Animación:
«Buñuel en el laberinto de las tortugas»
«Elcano y Magallanes: la primera vuelta al mundo»
«Klaus»
Mejor Película Documental:
«Ara Malikian: una vida entre las cuerdas»
«(Aute)retrato»
«El cuadro»
«Historias de nuestro cine»
Mejor Película Europea:
«Border» (Suecia)
«Los miserables» (Francia)
«Retrato de una mujer en llamas» (Francia)
«Yesterday» (Reino Unido)
Mejor Película Iberoamericana:
«Araña» (Chile)
«El despertar de las hormigas» (Costa Rica)
«La odisea de los giles» (Argentina)
«Monos» (Colombia)
Mejor Dirección de Fotografía:
José Luis Alcaine por «Dolor y gloria»
Javi Agirre Erauso por «La trinchera infinita»
Mauro Herce por «Lo que arde»
Ález Catalán por «Mientras dure la guerra»
Mejor Dirección de Producción:
Toni Novella por «Dolor y gloria»
Manolo Limón por «Intemperie»
Ander Sistiaga por «La trinchera infinita»
Carla Pérez de Albéniz por «Mientras dure la guerra»
Mejor Montaje:
Teresa Font por «Dolor y gloria»
Laurent Dufreche por «La trinchera infinita»
Alberto del Campo por «Madre»
Carolina Martínez por «Mientras dure la guerra»
Mejor Dirección Artística:
Antxón Gómez por «Dolor y gloria»
Pepe Domínguez por «La trinchera infinita»
Juan Pedro de Gaspar por «Mientras dure la guerra»
Mikel Serrano por «Ventajas de viajar en tren»
Mejor Diseño de Vestuario:
Paola Torres por «Dolor y gloria»
Lourdes Fuentes y Saioa Lara por «La trinchera infinita»
Sonia Grande por «Mientras dure la guerra»
Alberto Valcárcel por «Paradise Hills»
Mejor Maquillaje y Peluquería:
«Dolor y gloria»
«La trinchera infinita»
«Mientras dure la guerra»
«Ventajas de viajar en tren»
Mejor Sonido:
«Dolor y gloria»
«La trinchera infinita»
«Mientras dure la guerra»
«Quien a hierro mata»
Mejores Efectos Especiales:
«El hoyo»
«La trinchera infinita»
«Mientras dure la guerra»
«Perdiendo el Este»
Mejor Música Original:
«Buñuel en el laberinto de las tortugas»
«Dolor y gloria»
«La trinchera infinita»
«Mientras dure la guerra»
Mejor Canción Original:
«Intemperie»
«Klaus»
«La inocencia»
«La noche de las dos lunas»
Mejor Cortometraje de Ficción:
«El nadador»
«Foreigner»
«Maras»
«Suc de Síndria»
«Xiao Xian»
Mejor Cortometraje Documental:
«2001 Destellos en la oscuridad»
«El infierno»
«El sueño europeo: Serbia»
«Nuestra vida como niños refugiados en Europa»
Mejor Cortometraje de Animación:
«El árbol de las almas perdidas»
«Homomaquia»
«Madrid 2120»
«Muedra»
Goya de Honor: Pepa Flores, Marisol
-La propuesta de este lunes en los Clasicos del Deicy es verdaderamente de luxe. Solamente no hay más que echar un vistazo en su ficha al nombre de su director, Lewis Milestone (SIN NOVEDAD EN EL FRENTE, UN PASEO BAJO EL SOL, REBELIÓN A BORDO en su segunda, colorida, exuberante y magnífica versión) y al de su impresionante trío interpretativo –la grandísima Barbara Stanwyck, Van Heflin y Kirk Douglas en su debut en la gran pantalla- para darnos cuenta de su calado. Pero es que en sí mismo supone un trabajo insólito, fascinante, sensacional. No les dejo más con el suspense de su título, se trata de EL EXTRAÑO AMOR DE MARTHA IVERS (THE STRANGE LOVE OF MARTHA IVERS):
"De ti lo tomo todo... hasta el dolor" (Kirk Douglas)
Prohibida en España en su momento (mediados los 40 del siglo XX), su descubrimiento en Televisión Española en 1990, pues no recuerdo haberla visto en su emisión de 1971 (justo cuando ya comenzaba a ir devorando celuloide, aunque fuera por la pequeña pantalla), me supuso un gratísimo y feliz descubrimiento… cuyo efecto se ha prolongado hasta la actualidad, treinta años después.
El motivo de ello es fácil de deducir dada su explosiva trama para la situación –plena posguerra dictatorial- que se vivía en España en 1946, ya que el hecho de que su principal responsable estuviera en la diana inquisitorial de algunos elementos de su país (USA) no creo que fuera motivo tenido en cuenta… pero quién sabe.
El comienzo, tremendo, incluso escabroso (a lo que contribuye la actuación y presencia de la inolvidable ama de llaves de REBECA, Judith Anderson) durante una noche oscura y tormentosa y con unos niños intentando huir de la casa de la tía de ella (la susodicha), ya pone en perfecta situación. Los elementos físicos se rebelan como importantes, pero son muchos los ingredientes (lo cual no siempre es sinónimo de éxito), principalmente temáticos, que convierten a esta película en un cóctel explosivo: avaricia, venganza, lujuria, infidelidad, deseo, asesinato, fracaso, corrupción, rechazo, autodestrucción, alcohol, azar, amores no correspondidos, inexorabilidad, sexo implícito (¡ese fuego en el bosque y esos rescoldos!), tiranía, fatalismo y pasión.
De hecho, bien pudiera ser considerada EL EXTRAÑO AMOR DE MARTHA IVERS, el título ya resulta de partida de lo más sugerente, como un fascinante melodrama pasional… y criminal, también turbio y ambiguo, incluso si me apuran atípicamente gótico. Y, algo importante, con fundamentales incrustaciones propias del cine negro más recalcitrante, su atmósfera así lo delata. E introduciendo intensos y agudos apuntes sociales.
Lo que no voy a hacer esta vez es contarles mucho de su trama. Tan solo pinceladas. Por ejemplo que transcurre en una imaginaria localidad llamada Iverstown, que bien pudiera ser el anverso, reverso o ratificación de la también supuesta Pottersville de ¡QUÉ BELLO ES VIVIR!, que aunque no dejaba de ser una comedia, poseía igualmente costurones característicos del noir. Y fechada, al igual que ésta, en 1946, cuando tras la lógica euforia por la victoria en la II Guerra Mundial, la sociedad estadounidense comenzaba a experimentar los estragos y secuelas que padecerían a continuación.
Por tanto, esto también repercutiría en la industria cinematográfica, en las producciones hollywoodienses, que sin dejar de ser en un buen porcentaje de carácter optimista, ampliaron su presencia en los subterráneos de la condición humana. Como sucede aquí.
Llegado a este punto es donde conviene destacar un aspecto imprescindible. Un fenomenal reparto a la altura de su prestigio, incluyendo a los más noveles.
La inmensa Barbara Stanwyck es la representación de una personalidad capitalista más palpable que nunca. Precisamente resulta esclarecedor que fuera ella, que siempre se reveló como una republicana (me refiero al partido, lo otro se da por descontado) de pro, contumaz.
Su primera entrada en escena como tal (Janis Wilson la encarna de niña), emergiendo desde un auto con un traje negro (atención igualmente a esa estola compuesta por pequeños visones o a ese vestido con capucha, obra todo ello de la imprescindible Edith Head), resulta rutilante, garantizo que no pasa desapercibido. Ya le había pasado algo así (y en otras muchas ocasiones), un año antes, cuando se desliza por unas escaleras y la cámara repara en sus tobillos en esa obra maestra del género que es PERDICIÓN.
A sus 38 años se encontraba en la cumbre de su carrera. Creo que ya lo he manifestado en más de una ocasión: es mi actriz favorita de todos los tiempos con las dos Hepburn, Audrey y Katharine. La rueda entre CHRISTMAS IN CONNECTICUT y CALIFORINA, dos títulos a revisar, y justo un año después –como he dejado expuesto anteriormente- de la mítica PERDICIÓN, o DOBLE INDEMNIZACIÓN, tal es su título original, ambos ilustrativos de la esencia del asunto principal.
Junto a Kirk Douglas y Van Heflin conforma un por momentos triángulo isósceles en el que la falta de sinceridad de sus lados es manifiesta. Y en el que se acaban manifestando unos tonos grisáceos eminentemente oscuros en los comportamientos de todos ellos. Tal vez tan solo se salve la cuarta en cuestión, Toni, una como siempre cautivadora Elizabeth Scott, una de las femme fatale –reconvertida esta vez- por excelencia de la historia del cine (les propongo a vuela pluma una filmografía esencial de su carrera: CALLEJÓN SIN SALIDA, AL VOLVER A LA VIDA, PITFALL, AMARGO DESQUITE, PRISIONERA DE SU PASADO, SOLO UNA BANDERA, MALO PARA TODOS, DEMASIADO TARDE PARA LÁGRIMAS, EASY LIVING, CIUDAD EN SOMBRAS, EL SOBORNO y FILÓN DE PLATA).
A su vez, constituyó el debut de un Kirk Douglas de ya 30 añitos. Fue recomendado por Lauren Bacall, toda una descubridora de talentos amén de modelo y actriz (mítica), para hacer una prueba en esta producción del independiente Hal B. Wallis para Paramount. La llevó a cabo junto a otros dos novatos que acabarían siendo leyenda, Montgomery Clift y Richard Widmark, pero fue él quien salió triunfante en el rol del fiscal del distrito Steven, el esposo de la protagonista. En, conviene matizarlo, una infrecuente composición, como un tipo blando, debilucho… lo que habla a las claras de la versatilidad y adaptación del centenario actor.
El tercero en cuestión, Van Heflin, siempre fue un valor seguro de Metro, en la que llevaría a cabo una buena parte de su carrera (de hecho la productora de las estrellas lo cedió para la ocasión) hasta MADAME BOVARY, pasando por –ésta ya para Paramount- el esposo generoso, comprensivo y abnegado de un western indiscutible, RAÍCES PROFUNDAS.
A las bridas de la cámara pusieron al veterano y progresista Lewis Milestone, ganador de 2 Oscar en los comienzos de los premios, por sus formidables trabajos para HERMANOS DE ARMAS y la antibelicista SIN NOVEDAD EN EL FRENTE. Wallis había reparado en él por su anterior trabajo, la estupenda producción bélica UN PASEO BAJO EL SOL, ofreciéndole seis proyectos, de los que escogería el texto de John Patrick BLEEDING HEART, que sería reconocido con una nominación a la estatuilla dorada y que sería trasladado por el otrora cineasta –y como Milestone, objeto de la furibunda persecución maccarthysta- Roert Rossen.
Y aunque la película es de un metraje considerable -116 minutos- ejecutó una narrativa escueta, concisa, de una solidez genialoide.
A rescatar seguramente por muchos y a consolidar una vez más por quienes somos incondicionales y devotos de esta genuina, febril e incluso insólita obra maestra.