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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Jueves, 21 de junio

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Foto: Ansel Elgort y Kaitlyn Dever en Hombres, mujeres y niños/Men, women and children

-Reviso el penúltimo trabajo del muy buen cineasta estadounidense Jason Reitman (JUNO, GRACIAS POR FUMAR, UP IN THE AIR, YOUNG ADULT), a tiro de piedra de estrenar –este mismo viernes sin ir más lejos- el último, el muy atractivo a priori TULLY. Me refiero a HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS (MEN, WOMEN AND CHILDREN), programada en su momento dentro de mis Jueves Cine:

Fumadores, precoces madres solteras adolescentes, ejecutivos agresivos, adultas jóvenes han sido parte del paisaje humano y del todavía breve -6 títulos con éste- universo cinematográfico del brillante director estadounidense Jason Reitman (hijo de Ivan Reitman, el responsable de LOS CAZAFANTASMAS), firmante al menos de entre ellas, de tres obras magníficas: GRACIAS POR FUMAR, JUNO y UP IN THE AIR (EN EL AIRE).

Este sexto y notable trabajo viene a nutrir coherentemente ese repaso que lleva haciendo desde hace nueve años a diversos aspectos y personajes de la sociedad que acoge al mundo occidental actual en que vivimos. En esta ocasión, el objetivo de su entomológica cámara se centra en la manera en que las nuevas tecnologías están influyendo en nosotros.

A través de 14 minimalistas historias, de siete familias tejanas, sobrevuela el estado de las cosas y elabora un tapiz bastante lúcido del posiblemente el mayor fenómeno que nos ha invadido en los últimos tiempos. De cómo Internet ha cambiado nuestras relaciones y vidas. Apelando en muchos momentos a la ironía y a cierta acidez, pero sin perder jamás el factor humano, o paulatinamente deshumanizado, y la autenticidad que desprenden las diversas situaciones expuestas.

Da para muchas reflexiones y debates finalizada su proyección. Una de ellas bien podría ser hasta qué punto son las propias redes o nosotros mismos los causantes de este panorama un tanto devastador de incomunicación, crisis de identidad, frustración y soledad. Al igual que sucediera con la pólvora, o con cualquier otro invento importante, supongo que el problema estriba en el (mal) uso que hagamos de los mismos.

Al contrario que algunos colegas, no advierto en ese tono moralizante que le achacan. Lo que resulta es que esta burbuja o abducción en la que nos encontramos en la actualidad, refugiándonos en nubes virtuales, tiene en muchos casos unas puntuales consecuencias que, inevitablemente, se hace obligado mostrar.

Me parece brillante la visualización de mensajes y pantallas. Le confiere un tono de lo más adecuado y con un punto de originalidad. También me resulta atractivas esas imágenes iniciales del satélite Voyager desplazándose por el espacio con el almacenamiento de multitud de datos provenientes de todos nosotros.

Reitman vuelve a mostrar talento y una gran destreza en diversos apartados. En sentido del ritmo, en la habilidad que tiene para descubrir actores jóvenes y dirigirlos con tino, entremezclándolos con los adultos, alguno ya habitual de su cine, como Jennifer Garner. Por cierto, ésta en un papel de madre sobreprotectora un tanto llevado al límite, pero sin duda revelador.

Esta nueva y lúcida incursión en reflejar la realidad, se salda sin duda con una elevada nota. Gran cine.

-No solo está muy bien, sino que resulta de lo más oportuna la programación de la producción uruguaya MI MUNDIAL (MI MUNDIAL) dentro de Los Jueves al Cine:

“El fútbol es un deporte hermoso, pero muchas veces puede ser cruel”

“La única defensa del pobre es leer y aprender”

 

A propósito de MI MUNDIAL titula su crítica el colega Gustavo Iribarne “Los espejos del éxito”. Es una perfecta condensación del espíritu de esta bonita y entrañable producción uruguaya. Que recuerde lo último llegado de aquel país hermano que había visto en las pantallas ciudadrealeñas fue la insólita y notable WHISKY de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll, estrenada en el todavía no extinto y añorado Cine Castillo.

Basada en la –en su país de origen- exitosa novela del ex jugador y entrenador Daniel Baldi, la película resultante, que por lo que cuentan es un fiel reflejo del material de origen (pero ya saben que en esas cuestiones no entro), es muy transparente a la hora de contar las vivencias y experiencias de una joven promesa/estrella del fútbol. Podría ser el caso de Messi, Neymar, Pelé o cualquier otro.

Ello da pie a elaborar un drama moral, social, sobre cuestiones diversas en torno al mundo del deporte rey. Del tipo de lo fundamental que es poder compatibiliar estudios y deportes, teniendo en cuenta una serie de valores primordiales para moverse por la vida.

Sobre esto resulta de lo más esclarecedora esa parte final, en concreto una emotiva carta que lee el chaval. Muy reveladora y contundente dentro de su legítimo sentimentalismo. Conviene tomar buena nota de lo que en ella se dice.

También retrata de manera implacable, pero bastante ajustada a lo que pasa en este voraz mundillo aún desde edades tempranas, a alguno de esos especuladores y carroñeros agentes futbolísticos. Brasileño en este caso el retrato, aunque pueden ser extensible a cualquier otra latitud del globo.

Los niños que salen aquí, en especial el protagonista (gran trabajo de Facundo Campelo), Tito, una especie de Niño Torres, desprenden una naturalidad, una veracidad de lo más reconfortante. Suenan a auténticos.

Por otra parte, me encanta esa tierna y cándida historia amorosa entre críos, el citado Campelo y la preciosa Candelaria Rienzi (Florencia en la ficción).

Supone la opera prima de Carlos Andrés Morelli, al que, si mantiene el pulso y la sensilidad aquí es esgrimida, no es arriesgado augurarle un buen futuro artístico.

Fue presentada con buena acogida en el Festival de Cannes de 2017. Y premiada en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara con los premios Secuencia y Estrategia, Postproducción de Sonido y Postproducción de Imagen. Precisamente u factura técnica es una de sus varias virtudes, algo más loable teniendo que pertenece a una cinematografía que no cuenta con demasiada producción al año, aunque este resultó uno de los títulos más taquilleros del país sudamericano en 2017.

Encantadora, accesible para cualquier tipo de público (su discurso es universal y para cualquier edad) y eso que algunos dan en denominar cine familiar. A ser tenida en cuenta.

Atentos a la letra de la canción que acompaña los créditos finales, frases del estilo “Los caminos de la vida son muy difíciles de andar…”