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Ciudad Real célebre: El trovador Alfonso Eanes y María Përez Balteira la soldadera

por Eva Martínez Cabañas

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Hace mucho, mucho tiempo, concretamente en el siglo XII, nació en la pequeña población gallega de Negreira un hombre conocido como Afonso Eanes do Coton.

Cuentan algunos contemporáneos, y se deduce de algunos de sus poemas, que además de trovador era un vividor, y que se amancebó para escándalo de todos con María Pérez Balteira, también conocida como la soldadera de los trovadores. Las soldaderas eran mujeres que acompañaban a los soldados en sus campañas.

María Pérez cedió la herencia recibida de su madre a los monjes cistercienses a cambio de una renta vitalicia y el compromiso de llevar a cabo servicios en el monasterio como “familiar y amiga”. Ay, ay, ay… el documento que formaliza el acuerdo no da más explicaciones, pero si se refiere a ella como “cruzada”, y posiblemente fue así y peregrinó a Tierra Santa en 1257.

A su regreso a Castilla (y aunque ya se nombró en la corte de Fernando III) destacó sobre manera gracias a quince poemas escritos por once trovadores gallegos y portugueses de la corte, sus amantes muchos de ellos, que no dudaron en utilizar su talento para exponer la libertina vida de la soldadera. Entre aquellos burlones bardos se encontraba nada menos que el mismísimo rey Alfonso X el Sabio, que con mofa y escarnio contó los amores y la vida licenciosa de la dama, que así mismo se ganaba la vida cantando y danzando en la corte.

No pienso añadir ni un solo trocito de estos poemas, vive Dios…

El caso es que curiosamente el rey Sabio utilizó los encantos de la soldadera de los trovadores para tratar con sus enemigos musulmanes, aplacando así algunos asuntos de índole político. No sé por qué pero me estoy acordando de Mata Hari, la bailarina y actriz fusilada por espionaje en la I Guerra Mundial...

Cuando María envejeció y perdió su belleza, se hizo alcahueta facilitando amores y encuentros en la corte. Y temerosa sin duda del espantoso infierno medieval que pensaba le esperaba por su vida de meretriz, renovó su fe en la iglesia dejándose ver habitualmente con un clérigo a sueldo que la defendía del demonio… Eso sí, no sabemos si a capa y espada, o enarbolando la cruz y a base de letanías.

El rapsoda y noble Afonso Eanes también tuvo fama de buen trovador, y se conservan hasta veinticuatro cantigas suyas, la mayor parte “de escarnio e maldizer”. Participó en la Reconquista de Alfonso III, y se sabe por sus poemas que también estuvo en la conquista de Jaén, Córdoba y Sevilla. Recorrió gran parte de Castilla y el camino que llevaba de Burgos a Francia. Su obra se difundió en el Camino de Santiago.

En una cantiga el poeta Martín Suárez lo describe como trotamundos bohemio, dado al vino, al juego, a las prostitutas y a las peleas. Eanes le corresponde llamándolo “mui gran putanheiraficado” (que sinceramente no sé lo que significa pero me lo imagino) y afirmando que su colega se pasaba la vida en tabernas y mancebías. Siglos después Quevedo y Góngora jugaron al mismo juego despectivo, pero con más ingenio y elegancia… respectivamente.

Eanes tuvo un trágico final. Falleció en 1266 en una taberna de Ciudad Real, a cuchilladas y a manos de su amigo y discípulo Pero da Ponte. El rey Alfonso X contó en una cantiga profana que da Ponte había robado poemas a Eanes.

Hoy en día existe en nuestra ciudad una calle dedicada a Afonso Eanes, cerca del Hospital General. La calle María Pérez Balteira no la he encontrado en ninguna parte…

 

Fuentes: Ciudad-Real.es, Wikipedia, Xacopedia.com, blog Soledad tengo de ti.

Foto: datuopinion.com