Cuando amaneció sentí un escalofrío en mi espalda, lo comprendí, me habías abandonado. Desde que apareciste en mi vida, nadie ha sabido despertar mi piel como tú.
Echo de menos el tacto de tus sedosas manos, tus fornidos brazos, el dulce sabor de tus labios de caramelo. Recordaré aquel día en aquella habitación de aquel hotel. Fuiste directo, clavaste en mí esos dos ojazos, me cogiste violentamente de la cintura y me plantaste un húmedo beso en la boca que me hizo temblar.
Me echaste al hombro como si fuera un fardo, me sentaste a tu lado en el trineo y azotaste sin piedad a los renos rumbo al hotel. Confieso que estaba excitadísima, casi me meo en las bragas de la emoción, créeme.
Me subiste a la habitación en brazos y me tiraste a la cama. Tu brutalidad y tu instinto me hacían temblar, no hacían falta las palabras, sólo los actos. Yo soñaba con que arrancaras mi ropa interior de un bocado, pero pasaste al baño para ponerte cómodo. Cuando vi tu silueta recortada en la puerta, la rosa entre los dientes, dos copas y una botella de espumoso posada en tu firme miembro que hacía un perfecto ángulo recto con tu tronco, el gas de la botella aún sin descorchar, ya me hacía cosquillas en la tripa.
Te aproximaste hacia mí ofreciéndome una copa, y los dos las apuramos apresuradamente presos de la ansiedad, estampándolas contra la pared. Rasgaste mi ropa interior como yo soñaba y a partir de ahí todo fue pasión y arribo, abandono y vértigo, tormenta y éxtasis. Hicimos la navidad una y otra vez, mientras la nieve caía plácida afuera. El alcohol y la lujuria nos hicieron abandonar el mundo transitoriamente.
Luego perdimos la conciencia mientras me abrazabas dulcemente y mirábamos embobados como el bueno de Bing Crosby cantaba “Noche de paz”.
Yo aún sigo atrapada en ese sueño, miro al cielo esperando en vano a que desciendas con tu trineo y me lleves contigo a Laponia donde viviríamos juntos al calor de la chimenea, y no me puedo hacer a la idea de que no volveré a verte hasta la próxima navidad.
https://thewaytoinnisfree.wordpress.com/2012/12/20/tocala-otra-vez-santa/
* Sobre una idea original de Inka